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Hugo antes de Chávez

Por: Jafet Gallardo 05 Jun 2018
Mientras saciaba mi adicción a noticias desde las seis de la mañana, se confirmó a lo largo de la tarde […]
Hugo antes de Chávez

Mientras saciaba mi adicción a noticias desde las seis de la mañana, se confirmó a lo largo de la tarde del 5 de marzo lo que se veía venir desde hace meses: la muerte del presidente venezolano Hugo Chávez Frías.
En ese momento, se me agolparon los recuerdos de un Hugo Chávez joven, delgado, simpático y lleno de vida, que se paseaba enamorado por las calles del Centro de Coyoacán. Lo sé porque estuve ahí.
Esa noche busqué la fotografía que recordaba haberme tomado con Chávez en Coyoacán en 1999, cuando él empezaba su mandato como presidente en Venezuela y yo todavía estudiaba en la Universidad. También trabajar como reportera los fines de semana y días festivos en la delegación. Publiqué la imagen en Facebook y las reacciones no se hicieron esperar, entre “me gusta” y comentarios se reunieron más de media centena en mi muro. Así de popular fue Chávez al momento de morir.

Aviéntate una notita
Parecía una mañana cualquiera en mi trabajo como reportera para el gobierno de la delegación en Coyoacán. No había ninguna orden de trabajo y todo pintaba para que fuera un día muy aburrido, hasta que llegó una llamada de mi jefe para ordenarme que corriera a la Casa de la Cultura Reyes Heroles, que está en la emblemática calle de Francisco Sosa: “andará por ahí el presidente de Venezuela, aviéntate una notita por si dice algo”.
A 14 años de distancia, el entonces coordinador de Comunicación social, el jefe de información de Coyoacán y yo, recordamos que ésa no fue una visita oficial, porque no estaba registrada en las órdenes de trabajo. El joven presidente Chávez vino a visitar la Iglesia de San Juan Bautista, en especial a la Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela, que habita también en Coyoacán. Chávez iba a su encuentro como ferviente devoto en compañía de su entonces esposa María Isabel Rodríguez. Entonces todos la llamaban Marisabel, de la que el Mandatario se divorció y, paradójicamente, se convirtió en una de sus críticas más feroces.
Chávez fue un experto en utilizar recursos ideológicos religiosos desde el principio de su mandato, ya fuera en actos y acciones públicas o con palabras. No tenía pudor alguno en expresar su fervor católico para estar más cerca de los venezolanos, el cual mezclaba con los asuntos políticos. Así lo hizo en dos programas de la transmisión de ¡Aló Presidente!, el 11 y el 27 de junio de 1999, donde habló emocionado de su visita a la Virgen de Coromoto en Coyoacán:
“Hay gente que está empeñada en crear un enfrentamiento; no lo van a lograr, entre la jerarquía eclesiástica y el presidente Hugo Chávez. Hay campañas diseñadas desde hace tiempo. Decían que yo iba a cerrar las iglesias, que yo era enemigo… mentira, nosotros somos católicos y cristianos y luchamos con la iglesia católica y cristiana… la Virgen María Santísima, aquí cargo en el pecho la imagen, la efigie que acompañó a mi abuelo en la guerra durante casi 20 años, que es la Virgen del Carmen, la virgen de los soldados, de los guerreros. Esa anda con nosotros día y noche. En México, lo primero que hice fue ir a visitar la imagen de la Virgen de Coromoto en Coyoacán”.

Una caminata de enamorados
Cuando Chávez visitó Coyoacán en 1999, en México ya habían pasado dos años desde que la izquierda había tomado el poder en el Distrito Federal encabezados por Cuauhtémoc Cárdenas. En Coyoacán gobernaba Laura Itzel Castillo, hija del ideólogo de la izquierda mexicana y promotor del Partido Comunista, el Ingeniero Heberto Castillo, quien había sido encarcelado por su apoyo al movimiento estudiantil de 1968 y propuso la fusión de varios partidos de izquierda para formar el Partido Mexicano Socialista, del cual fue candidato a la Presidencia de México en 1988, en cuyo proceso declinó en favor de Cuauhtémoc Cárdenas, que perdió las elecciones frente a Carlos Salinas de Gortari por un fraude electoral.
La izquierda mexicana se encontraba en una etapa de querer cuidar las formas con el fin de legitimarse y tratar de ser congruente, así que la delegada en Coyoacán Laura Itzel Castillo no acompañó al Presidente Chávez a su encuentro con la Virgen de Coromoto, pero sí lo alcanzó en la visita guiada que le dieron en la Casa de la Cultura Reyes Heroles a él y su esposa.
Hugo Chávez se paseaba contento, en lo que parecía una caminata dominical de enamorados después de ir a misa escoltado por su comitiva de militares y diplomáticos venezolanos, guiados por la Coordinadora de Cultura en Coyoacán, María Eugenia López Brun. El Comandante en todo momento sujetaba amorosamente la mano de su esposa Marisabel. Como buena parejita de enamorados, los dos venían muy bien coordinados: ella, enfundada en un traje sastre color verde agua, aderezada con una gargantilla, que en el centro tenía la figura de un inca con una esmeralda en medio, la cual resaltaba hasta viéndola de lejos. Él con un traje azul marino que le ajustaba perfectamente a su entonces esbelta figura, sin una sola arruga y los zapatos muy bien boleados; aunque vestido de civil, el porte y su caminar era totalmente marcial, la corbata que lucía era roja, símbolo de la revolución, adornada también con ídolos incas en color oro a juego con su esposa.

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El presidente bromista
Hubo sólo dos momentos en que el comandante soltó la mano de Marisabel: el primero fue cuando le dieron la hoja con la programación de los talleres que se impartían en la Casa de Cultura y el segundo a la salida del recinto: “¡Aaaah, aquí dan clases de guitarra! ¡Fíjate tú! ¿No habrá clases de mariachi para mí?”, dijo, jocoso, mientras miraba a su esposa y a su comitiva. Todos reían ante sus comentarios. “¡Hasta clases de baile, fíjate tú, que me enseñen y de paso a estos muchachos!”, gritó señalando a los militares que lo escoltaban.
Luego los llevaron a visitar las salas de exposiciones donde se encontraban expuestas diversas pinturas, pero la explicación se interrumpió abruptamente cuando llegó el sociólogo alemán asentado en México desde los años 70, Heinz Dieterich Steffan, acompañado de su esposa. Saludó al presidente venezolano y lo elogió frente a todos por su triunfo reciente en los comicios electorales. Ahí le entregó un libro de su autoría publicado ese mismo año (1999): Hugo Chávez: Con Bolívar y El Pueblo Nace Un Nuevo Proyecto Latinoamericano. En la portada, destaca la figura de Bolívar repetida varias veces y de perfil; intercalada aparece la imagen de Chávez.
El comandante apreciaba mucho al profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana a quien citaba y elogiaba en múltiples ocasiones en su programa ¡Aló Presidente!; era, por mucho, el asesor preferido de Hugo Chávez. Dieterich era un intelectual orgánico, del sistema, y publicaba opiniones ligadas a su militancia a favor de Chávez en las colaboraciones que aparecían en el periódico El Universal. A partir de 1999, cuando Chávez llegó al poder, hasta 2007, Heinz Dieterich trabajó en lo que era su sueño a lado del venezolano, el intento por materializar su obra: Socialismo del Siglo XXI, donde explica la teoría del socialismo aplicado al mundo actual; pero como el sociólogo admite hoy, el chavismo lamentablemente tiene más de peronismo que de marxismo y no logró del todo encontrar su aplicación práctica en el proceso revolucionario de Venezuela.

Chicles de a peso
Cuando acabó la visita en la Casa de Cultura Reyes Heroles, el comandante salió a la calle rodeado de sus séquito de uniformados venezolanos, personal diplomático y del gobierno de Coyoacán. Entonces, se detuvo en seco en la acera frente a la puerta principal en posición de alerta, los militares no entendían qué pasaba. Chávez soltó por segunda vez, pero ahora de forma abrupta la mano de su esposa, que amorosamente había sujetado durante todo el recorrido. Se asomaba, se movía, se agachaba quitándose de enfrente a los que lo rodeaban, nadie sabía qué hacer más que liberarle el paso al presidente.
Así, llegó hasta unos pequeños niños de entre seis y cuatro años, que por su estatura se perdían entre esos gigantes uniformados y gente de traje. La niña sostenía una cajita de chicles. Chávez se agachó un poco y le dijo con voz firme pero suave, y con una leve sensación de desesperación, como si él hubiera llegado en el último segundo antes de que se escaparan de su vista: “¿Cuánto cuestan?”. La niña, tomada de la mano del hermanito, lleno de mugre y mocos, contestó: “a peso”. Chávez no tardó en responderle con gesto serio: “Te compro todos”. Incrédula, pero sin miedo, acostumbrada a la gente y a la calle, la niña volteó de un lado a otro, en busca de alguien que no lograba encontrar con la mirada. Chávez volteaba también tratando de encontrar lo que la niña buscaba desesperada. Finalmente la niña asintió con la cabeza y aceptó el billete. De inmediato apareció la madre y se llevó a los dos niños sin decir nada, el padre miraba desde lejos.
A la distancia y con más experiencia que entonces -cuando pensé tan sólo en la “bondad” del comandante-, pienso que tal vez en ese momento a Chávez se le reveló su propia infancia, cuando vendía dulces en la Plaza de Bolívar en su pequeño pueblo natal Sabaneta, del Estado de Barinas.
Durante mi breve entrevista con Chavéz, le expliqué quién fue Jesús Reyes Heroles y que una de sus frases célebres era: “en política, la forma es fondo”. Así aplica para el chavismo en Venezuela hoy, que ha sido constantemente criticado porque se sospecha que buena parte del dinero generado por el petróleo fue despilfarrado por incompetencia y desorden en las políticas económicas del país, así como por la corrupción imperante. Los ídolos se nos caen del pedestal, los excesos, el autoritarismo y los contrastes de los personajes ya no se pueden ocultar detrás del populismo y la asistencia social a los pobres.
Chávez me respondió: “¡Mire nomás y usté tan jovencita! ¿Cómo sabe tanto de Reyes Heroles, oiga?”. “Porque trabajo aquí en Coyoacán.” “Aaah, ¡qué bueno que trabaja, así no va a tener que depender de nadie, eeh!” y me miró a los ojos fijamente. Eso se me quedó grabado para siempre. Igual que mi foto.

Año por año
1954 Nace el 28 de julio en Sabaneta, Venezuela.
1971 Ingresa al Ejército Nacional de Venezuela.
1982 Cofunda el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, en medio de una crisis económica y social del país.
1992 Junto con otros militares, intenta un fallido golpe de Estado contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez.
1994 Gracias al indulto del presidente Rafael Caldera, sale de la cárcel.
1998 Con el apoyo del Movimiento Quinta República (MVR), se postula como candidato y gana las elecciones presidenciales.
1999 Asume la presidencia de Venezuela, en el primero de sus cuatro periodos consecutivos como mandatario. Promueve y ratifica una nueva Constitución Política.
2002 Sufre un golpe de Estado que lo derroca por dos días del poder, pero es restituido con el apoyo de las Fuerzas Armadas de Venezuela.
2005 Critica al entonces presidente mexicano Vicente Fox por su “entreguismo” a Estados Unidos.
En 2006, tiene enfrentamientos verbales con George W. Bush y Tony Blair.
En 2007 vive un altercado con el Rey Juan Carlos de España, en la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, en Santiago de Chile.
2011 Primera crisis de salud, operación de un absceso pélvico en La Habana, Cuba. El 30 de junio, Chávez informa de la cirugía exitosa de un tumor cancerígeno. Sin embargo, recibe cuatro sesiones de quimioterapia en Cuba.
2012 Recaída y nuevas intervenciones quirúrgicas y radioterapias en Cuba. Pese a su delicada salud, gana las elecciones presidenciales del 7 de octubre.
2013 El 18 de febrero, Chávez regresa a Venezuela para continuar su tratamiento. Muere el 5 de marzo, en el Hospital Militar de Caracas.

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Foto perfil de Jafet Gallardo
Jafet Gallardo Digital Editor Periodista de formación. Creador de contenidos, analista, especialista en viajes, entretenimiento y estilo de vida.
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