#HombreNecios: Baby, ¿cuándo voy a conocer a tus papás?
Por:
Jafet Gallardo
05 Jun 2018
Uno, dos, ya viene por ti. Tres, cuatro, cierra bien la puerta. Cinco, seis, toma el crucifijo. Siete, ocho, no […]
Uno, dos, ya viene por ti. Tres, cuatro, cierra bien la puerta. Cinco, seis, toma el crucifijo. Siete, ocho, no duermas aún. Nueve, diez, nunca más dormirás. Once, doce, baby, ¿cuándo voy a conocer a tus papás?
Así de escalofriante y terrorífico es el tema de este mes. Quién no se recuerda sudando frío la primera vez que conoció a la familia de su pareja. Sin saber qué ponerse, qué decir, cómo sentarse, cómo comportarse y cómo callar los ruidos estomacales que nos tienen a punto del córrele que te alcanzo de tanto nervio.
¡Uy! Conocer a los papás son palabras mayores. En México para los hombres las mamás marcan el paso: “A mí no me traigas a todas tus amiguitas mijo. A mí tráemela cuando ya sea la buena. Nada de mujeres casquivanas en esta casa. A mí se me respeta”. Para las mujeres es el papá el que le tiene prohibido a la hija mirar a un hombre. La mayoría de los papás sueña con que apenas llegando a los 30 empecemos a tener un noviecito de manita sudada. Ingenuos. Lo que sí, es que eso de llevar cada modelito nuevo no es bien visto ni en una ni en otra casa.

La verdad es que a nosotras tampoco nos interesa conocer a los papás de todos ni que todos conozcan a nuestros papás. Es hasta que aparece ése que sí nos gusta para mucho y para todo cuando como lolly pop queremos apartarlo con baba. Se inicia la sutil cacería en la que con seductores encantos cercaremos el territorio en donde se mantendrá a la presa en cautiverio, aunque ustedes no sepan que son la presa ni que se les está fabricando una barda.
Playboys, si su dulce novia está presionando con esto es porque quiere formalizar muchísimo más la relación. Ya le es imperativo que se asuma aún sin acta de matrimonio que ella es su mujer y, lo más importante, que tú eres suyo.
Revisemos. Para una mujer es primordial que su novio conozca a sus papás para:
- Que el novio sienta la presión familiar y no se ande con jueguitos.
- Que sienta que el compromiso de noviazgo es serio.
- Que si se porta mal, ella tiene con quien acusarlo.
- ¡Ah! Y también porque es un buen gesto y demostración de confianza invitarlo a casa.
- Para una mujer es fundamental conocer a los papás de su novio porque:
- Quiere marcar territorio. Una buena suegra no recibe a más de una en su casa.
- Quiere que los papás del joven en cuestión también lo obliguen a portarse bien con ella.
- Quiere ser parte de su vida al 100%. ¡Ah! También por educación lo correcto es conocer a la “posible” familia política.
- Ahora que lo saben todo detrás de esta pregunta no se enojen y si ya están cazados y casados, pues ya qué.

Si tienen intenciones de formalizar ya éntrenle con todo, conozcan a los papás, tíos, primos. Si están seguros de que ella no es la indicada, ni se les ocurra acceder a alguna invitación familiar y mucho menos a incluirla con la propia parentela. Pero la situación más difícil es la de la duda. Si no saben cómo responder sigan estas instrucciones:
—Baby, ¿cuándo voy a conocer a tus papás?
(Traguen camote y respondan.)
—Pronto, mi cielo.
—Pero ¿cuándo?
(Respiren, traguen camote, sonrían.)
—Te prometo que la próxima reunión familiar que haya me acompañarás ¿va? (bésenla y cambien de tema ¡ya!). ¿Vas a querer que compremos boletos para el concierto de Shakira?
—Sí. Oye, ¿y tú vas a querer conocer a mis papás?
(Retraguen camote)
—Claro, sería un honor, pero primero quiero que conozcas a mis papás. Con los tuyos todavía me da un poco de nervios. (Cambio de tema) ¿Quieres boletos para el primero o el último concierto?
Pasada la incómoda conversación busquen oportunidad para acercarla a alguna reunión familiar, no una boda, no un bautizo, sino a algo casual. El feedback de los primos, hermanos y papás siempre les dará un buen termómetro para saber si es conveniente pasar al siguiente nivel. Una vez superada esa prueba de observación se puede entonces -y sólo entonces- considerar conocer a la familia de ella. Nunca al revés. Mientras más cómodo y seguro te sientas con la relación, más fácil será integrarte a su vida familiar. O de lo contrario la sentencia de Freddy Krueger se cumplirá y la pesadilla iniciará.