Hilo Negro: un taller de puntadas con sabor a vino
En el arte de la costura y el vino, cada trazo y cada sorbo cuentan una historia. Hilo Negro lo sabe bien y llevó esta conexión a otro nivel con un taller donde las puntadas cobraron vida entre copas y costuras.
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Una copa y una puntada
Así, se organizó un taller de costura que, al igual que el buen vino, llevó su tiempo de maduración para que los asistentes pudieran disfrutar de una buena copa de cada una de las puntadas de Hilo Negro, mientras ellos descubrían cada puntada tanto en la tela como en la copa.
El nombre de Hilo Negro y el concepto de nombrar a cada uno de sus vinos como una puntada viene de las máquinas de coser Singer, en donde se muestra cada una de las puntadas, así cada uno de los vinos adoptó el nombre y las características que hacen especial y peculiar a cada costura.
Así se cose con el vino de Hilo Negro
Las profesoras de la Academia Sistema C y C fueron muy pacientes con cada uno de los asistentes que, por primera vez, se acercaron a una máquina de coser. Y es que era importante para esta experiencia llevar un buen ritmo al momento de hacer la costura y aprender de cada error para luego llevarlo a una tela que fue decorada con cada una de las puntadas de Hilo Negro.
La primera puntada fue delicada, suave y elegante. Tricot es un vino rosado flexible y vibrante. El primer sorbo es fresco y el sabor concuerda en las notas a fresa, con una acidez equilibrada que lo hace perfecto para acompañar ensaladas, mariscos o pastas ligeras. Tricot tanto en copa como en tela, teje una red armoniosa de sabores y texturas. Sin duda fue un buen inicio para romper el hielo y el miedo a la máquina de coser.
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Escala podría parecer una puntada sencilla, pero es tan compleja que hay que encontrar el equilibrio y precisión perfecta para que luzca no solo en la tela, también en la botella de vino. Y es que se trata de un vino elaborado con Syrah, su color rojo brillante y sus aromas de moras y flores danzan en la copa, mientras sus taninos suaves integran sabores de caramelo y vainilla. Es ideal para quesos maduros, carnes asadas y pastas sustanciosas. También el vino indicado para una noche de películas, o una tarde de costura.
Un ensamble de Nebbiolo y Syrah
La última puntada en cobrar vida fue Zigzag, versátil en lo decorativo y funcional. Este vino tinto reflejó su esencia en su ensamble de Nebbiolo y Syrah. Con un color rojo profundo y notas de cerezas, frambuesas y especias como el té negro, su textura aterciopelada convierte a Zigzag en el acompañamiento perfecto para carnes rojas como cerdo y cordero. Además, fue un gran cierre en donde se presentaron solo algunas de las puntadas de Hilo Negro.
Hilo Negro cuenta con una década de historia que inició en su vinícola en Valle de Guadalupe. En este tiempo han recibido reconocimientos como el Concurso Mundial de Bruselas y el Concurso Internacional de Vinos Bacchus, coronándose como líder en la escena vinícola global.
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Con este taller de costura, Hilo Negro rompió esquemas y ofreció un acercamiento más íntimo, relajado y lúdico en donde los asistentes tuvieron la oportunidad de descubrir que la conexión entre la costura y el vino va más allá de compartir nombres.
Se trata de elaboraciones que requieren tiempo, aprendizaje, experimentación y, sobre todo, paciencia y gusto por lo que se hace.
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