¿Sabías que la miel es un vigorizante sexual?
Ya sé, ya sé… Estás pensando en las últimamente denominadas “Mieles de amor” … Pero no, no se trata de eso. Esas cosas me parece que ni son miel ni, a la larga, podrían resultar tan “amorosas” con tu cuerpo que digamos. Me refiero a la miel que producen las abejitas desde siempre y que, desde hace miles de años, el ser humano ha utilizado de diversas formas.
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Una de las maneras más interesantes de utilizarla ha sido para darle candela a los encuentros eróticos, a ese espacio en la intimidad donde dos seres se funden dando rienda suelta a sus más profundos deseos perdiéndose en la inmensidad del tiempo.
Los celtas, por ejemplo, durante la Noche de bodas y por todo un ciclo lunar, bebían un elixir denominado Hidromiel. Bebida sagrada que tiene por objetivo darle sabor al encuentro y hacerlo mucho más interesante (¡tú me entiendes!). El Hidromiel aún existe, aún se usa y aún genera en quien lo bebe un vigor extraordinario. Del uso del Hidromiel se deriva la frase “Luna de miel”.
El Hidromiel favorece a los huesos, es digestivo, relajante, antioxidante y por supuesto, afrodisiaco… Es el secreto mejor guardado de los antiguos. No por nada era la bebida favorita del Dios Nórdico Odin.
¿Y qué me dices de los egipcios, griegos y romanos? ¡También los mayas! Muchas culturas han considerado al Hidromiel como una bebida sagrada, mezcla de miel y agua con una fermentación adecuada.
Puede servirse caliente en invierno y con algunas especias o con un poco de limón o naranja para romper el dulzor.
Y si prefieres algo un poco menos sofisticado, también tomar miel de abeja todos los días puede contribuirte a ese vigor que tanto disfrutas… Algunos estudios mencionan que la miel pura de abeja aumenta los niveles de testosterona. Pero recuerda, se trata de la miel que consigues en el súper o con apicultores. No arriesgues tu salud con inventos que ni sabemos qué ni cuándo ni cómo.
Regresa a lo natural y vive le elixir del amor ahora que ya lo sabes.
