Fat Mike y el sillón donde se drogó Kurt Cobain
Fat Mike y yo nunca hemos estado en la misma habitación, pero ya conozco el interior de su casa. El bajista y cantante de NOFX me dio un tour a través de la pantalla de su computadora para mostrarme el sillón en el que Kurt Cobain durmió la mona.
“Es un pedazo de historia, lo pondré en el Museo del Punk. Se lo compré a Razor Edge, el estudio en el que Kurt Cobain grabó el disco con los Melvins”, me contó Michael John Burkett, mejor conocido como Fat Mike, que lleva puesta una camiseta de los Plasmatics.
No binario es el nuevo punk
Platicábamos acerca del Punk In Drublic Craft Beer & Music Festival que se celebrará el 2 de octubre en Pittsburg, el Festival del que es creador, y de “Single Album”, el disco de estudio que NOFX publicó en febrero, catorceavo en su historia y el primero en cinco años desde la publicación en 2015 de “First Ditch Effort”.
Fat Mike sacó a colación “The Big Drag”, el track que inaugura el disco. Dijo que junto con “Your Last Resort”, el que lo clausura, son sus canciones favoritas. Pero de “The Big Drag” subrayó que el video, una propuesta animada y crítica sobre el desarrollo cultural de la humanidad y en el que él muere simbólicamente, defiende un posicionamiento “muy feminista”.
Eso nos condujo a abordar la diversidad sexual. No es raro que Fat Mike suba al escenario llevando un vestido.
—¿Crees que la lucha por el reconocimiento de lo no binario es una expresión punk contemporánea?
“Definitivamente y es fantástico. Mi hija fue a un campamento cuando tenía 13 años y cuando regresó me dijo: ´papá, creo que soy bisexual´. Pensé que era maravilloso que me lo compartiera. Ser gay hoy en día está más que aceptado. Mi hija sabe que yo uso vestidos y aunque haya quien piense que estoy loco, me vale madre. Ella no tiene un problema. Si prestas atención a mis letras, sabes que soy queer.
“En la actualidad es mucho más sencillo para las personas gay vivir sus vidas como quieran. Mi hija tiene amigos que salieron del clóset a los 12 años. Fue terrible que Estados Unidos tuviera a Donald Trump al mando durante tanto tiempo, con todo lo que significó para las personas trans, pero todo está cambiando”.
Paco Santander: “no somos diferentes, sino únicxs”
Entre rednecks y homofóbicos
Le mencioné aquellas líneas que Kurt Cobain escribió en una nota que se publicó en el booklet del álbum “Incesticide”, en 1992: “Si alguno de ustedes de alguna manera odia a los homosexuales, personas de diferente color o mujeres, hágannos este favor: déjennos en paz. No compren nuestros discos y no vengan a nuestros shows.”
“Tengo un sillón en el que Kurt Cobain se sentó cuando trabajó con los Melvins, ¿Quieres verlo?”, me respondió Fat Mike y me llevó de paseo por su residencia a través de la laptop.
Después acercó su celular a la pantalla para enseñarme una fotografía del cantante de Nirvana tumbado en el mueble y luego una que él se tomó ahí mismo, emulándolo.
—¿Te preocupa quién escucha tu música, como le sucedía a Kurt?
“No me importa que los rednecks y los homofóbicos escuchen mi música porque tal vez pueda hacerlos cambiar de opinión. Acabo de escribir una canción nueva que dice: ‘está bien odiar a las personas siempre y cuando los odies por su ética y no por su etnia’. Eso incluye su sexualidad. Puedes odiar a alguien por comportarse como un imbécil, pero no por lo que es como persona”.
La camiseta de Henry Rollins
El sillón de Kurt Cobain formará parte del Museo del Punk que Fat Mike inaugurará en Las Vegas. Un proyecto que reunirá memorabilia de cinco décadas de esta contracultura. Incluso dispondrá de tornamesas para que los visitantes musicalicen su experiencia.
“Fletcher (Dragge) de Pennywise y yo estamos reuniendo los objetos. Hemos estado detrás de muchos coleccionistas. Ya tenemos un cinturón, unas botas y algunos pins que pertenecieron a Sid Vicious, algunas guitarras de los Misfits, unos discos de la colección personal de Darby Crash, borradores de canciones escritas a mano de Necros y Poison Idea y una camiseta que Henry Rollins usó en su primer concierto con Black Flag que lleva su nombre escrito en la espalda”.
Pero a diferencia de otros museos en los que se advierte no tocar nada, en el Museo del Punk de Las Vegas habrá un cuarto con la señalización “Favor de tocar”.
“Tendremos un cuarto de guitarras en el que podrás tocar uno de mis bajos conectado a mi amplificador y una guitarra de Fletcher enchufada a su ampli. También habrá chamarras de bandas como The Casualties que estarán sujetas a cables para que puedas descolgarlas de la pared y olerlas”.
Fat Mike dice que está contemplado instalar un bar, un estudio de tatuajes y hasta una capilla en la que se oficien bodas punk.
“Quiero que se convierta en La Meca de los punks”, comentó.
La extinción del slam
Respecto al Punk In Drublic Craft Beer & Music Festival, el también bajista de Me First and the Gimmie Gimmies dijo estaba casi seguro —al momento de la entrevista— que se cancelaría por los rebrotes de Covid.
“El gobierno ha empezado a cerrar los restaurantes de nuevo y dime, ¿existe algo peor que un concierto de punk para contraer una enfermedad?”, cuestionó.
“Al parecer el Covid es más contagioso que el sarampión o el ebola. Lo que tal vez desaparezca en el futuro sean los moshpits. A menos que hagas slam con cubrebocas. Si la humanidad no genera una inmunidad, tal vez los conciertos se acaben eventualmente, por lo menos los que no sean al aire libre. El Covid tendría que convertirse en algo como la gripe. Si sales de tu casa sabes que puedes contagiarte de gripe y sentirte mal unos días, pero eso no significa que vayas a morir”.
—En otros tiempos una cuarentena hubiera significado un distanciamiento entre el artista y su público, pero tú generaste una mayor cercanía compartiendo tu vida cotidiana en Instagram. ¿El encierro afectó tu salud mental, como le sucedió a muchos de tus fans?
“En realidad no, porque mi vida normal era muy parecida a la cuarentena. Ni siquiera extraño relacionarme con la gente. Esta noche tenía que ir a una fiesta con Avenged Sevenfold, un evento de skateboarding, y ya no iré. En la cuarentena grabé muchas canciones en el estudio que tengo aquí en casa. Terminé otros cuatro discos listos para salir y en marzo de 2021 se publicará el primero de ellos. Para mí esto no es trabajo, porque lo disfruto. También aproveché el tiempo para estar con mi mujer.
“Estoy haciendo canciones que se salen absolutamente del molde. Muy cortas y extremadamente rápidas. Para la banda ha sido muy complicado aprendérselas por los cambios que hago. En un verso toco 32 acordes. El otro día le mostré una de esas canciones a un amigo que es productor de pop y me dijo: ‘¿qué carajos estás haciendo’”.
Greenpunk: cómo derrumbar al sistema sembrando un árbol
El compañero muerto de la primaria
Una de las canciones de Single Album más me gusta es “Doors and Fours”. En ella, Fat Mike menciona a un tal Jordan Hiller, cuya identidad se ha indagado al interior de los foros de fans. El autor de la letra me platicó que se trataba de un amigo con quien cursó la primaria y la secundaria que murió antes de cumplir los 18 años.
Ese track está lleno de referencias a la violencia policial, las drogas y las pandillas que existían en Los Ángeles durante los 80.
—¿Mencionar a un amigo tuyo en una canción como “Doors and Fours” es rendirle también un tributo, aunque poca gente lo entienda?
“Unos escriben historias y otros escribimos canciones. Aunque sé que canciones como ‘Doors and Fours´ retratan de una manera romántica un ambiente que en verdad era muy peligroso. La directora que pondremos en el Museo del Punk es una mujer que creció con todas esas pandillas, por cierto. No me gusta escribir canciones que todo el mundo comprenda. Quiero que sólo el 10% de quienes las escuchan sepan de qué hablo y el resto, lo adivine”.
—Le he echado un vistazo a tu casa gracias a que me mostraste el sillón de Kurt Cobain y tienes una casa muy bonita. En “Doors and Fours” hay un verso que dice: “los viejos punks de LA nunca mueren de viejos”, pero Fat Mike sí podría morir de viejo, ¿lo has pensado?
“Espero que no. Prefiero morir de una manera más divertida”.
