Para muchos la actuación de España en la final de la Euro terminó con la evolución del deporte
Son muchos los analistas que aseguran que la selección española alcanzó en Kiev la máxima expresión en el fútbol, y que a partir de ahora, el balón pie dejará de evolucionar.
En la era del mejor Barcelona y de la mejor selección española de la historia (que no existiría sin el primero), los argumentos a favor de la muerte del futbol se basan en que cualquiera que aspire a ganar un título tendrá que jugar como lo hizo el equipo de Del Bosque la noche de ayer en la capital de Ucrania o, por el contrario, como lo hizo el Chelsea en la final de la Champions; en pocas palabras, en cuestión de táctica y belleza, ya se vio todo.
Sin embargo, en esta Euro aprendimos que la belleza del juego radica precisamente en que no todo está dicho ni mucho menos visto. El cambio de filosofía de una Italia que ha dejado atrás el juego ultra defensivo, una selección de Portugal que ha superado la dependencia en Cristiano y una Alemania tan brillante como en los mejores momentos de su historia, nos demuestran que aún hay mucho por ver.
Es cierto que la belleza y la eficacia de una España inspirada es difícil de superar, pero en este deporte no es la primera vez que estamos ante una situación similar, lo mismo sucedió en los 70 cuando la perfección del joga bonito brasileño fue superado por la revolución de una naranja mecánica que, aunque no ganó un sólo título, modificó al futbol para siempre.
Así, la mesa está puesta para que dentro de dos años en Brasil, podamos disfrutar una copa del mundo brillante, espectacular y majestuosa con selecciones plagadas de estrellas que entienden que lo importante no es sólo ganar, si no cómo lo hagan, por que afortunadamente, en esta Euro terminaron ganando los que quieren hacer fútbol.
En Polonia y Ucrania Europa afirmó que es la cabeza evolutiva del futbol, ahora el reto está en América en donde las potencias continentales —Brasil, Argentina y Uruguay— tendrán que borrar la desastrosa imagen que dejó la Copa América del año pasado y demostrar que están a la altura de semejante desafío.