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Nunca comete errores. Siempre luce impecable y te hace lucir a ti como un mamarracho. Todo lo sabe hacer y lo hace bien. Tan perfecta, con su cabello impoluto y su collarcito de perlas y esos detallitos que tiene con todos… y sus galletitas… y esa sonrisa blanca… ¿le seguimos?
La típica chava que es capaz de meterse a media pelea a defender a un amigo. Es la que no tiene un problema en enfrentar a la autoridad por una injusticia. Siempre metiéndote en problemas. Siempre metiéndote en aventuras. Siempre llenándote de adrenalina. No la habías pensado así, ¿verdad?
Trata a todos como si fueran sus sirvientes. Da órdenes a diestra y sinistra, y espera que lo dice, se cumpla. Toma control de la situación, y puedes aceptar que es muy inteligente. Pero insoportable. Intuitiva, pero insoportable. Interesante, pero insoportable. Ya ni tú te crees el “insoportable”.
Va al gym religiosamente. Mantiene una alimentación correcta y se levanta a las 5 AM para ir a correr todos los días. Siempre anda en ropa sport y con la actitud como de correr un maratón. Nomás de verla, te cansa. Te cansa pensar en hacer ejercicio, porque verla no cansa: tanta actividad paga muy bien. Además siempre parece estar de buenas, comparado contigo, un Godínez irremediable. No te hagas, quisieras poder ser su compañero de rutinas.
Es un reverendo desastre. Esta mujer siempre está hecha una piltrafa. Nunca parece estar a tiempo en nada, no sabe que ocurre y todo en ella es torpeza y descuido. Parece que necesita ayuda, pero todo lo toma tan a la ligera que te llega a molestar. No se toma muy en serio. Y la verdad es que da risa. Bueno, a ti te hace reír. ¡Ah! Pero habíamos quedado que no “la soportas”. Este sí, claro.