El mundo detrás de la elaboración del tequila

Antes de su origen vivíamos trises, no teníamos ningún motivo para regocijarnos y cantar. Ehécatl sabía de nuestra situación y viajó por la noche para convencer a la diosa Mayáhuel de abandonar su morada y unirse a él en un árbol. La abuela de la diosa, al descubrir la ausencia de su nieta, bajó a la Tierra y encontró a los dos amantes; para castigar la osadía partió el tronco y destrozó la rama en la que se encontraba Mayáhuel. Ehécatl volvió a su forma y enterró los huesos de su amada, del cual surgió una mística planta de la que los hombres podrían conseguir el jugo que nos traería alegrías y placeres.

Así se explicaron los mexicas el origen del maguey, la planta de la que conseguían la bebida que les daba motivos para cantar, bailar y adorar. Este regalo de los dioses continúa siendo nuestro tesoro y su jugo un néctar con múltiples sabores y variedades; sin duda alguna, de entre ellas, el tequila es el más amado, pero para muchos su origen puede ser tan misterioso como la historia de la diosa Mayáhuel.

Por esta razón, en Playboy México decidimos adentrarnos al mundo detrás de las botellas de nuestra bebida favorita. Todo nace en los campos de maguey azul, variedad de la cual se produce el tequila, tierras que son pobladas por miles de agaves plantados a partir de los hijuelos que produce cada uno de ellos. Una vez que alcanza su maduración, el machete largo se afila y las hojas son cortadas por cientos de hombres que con la coa dejan a la penca lista para el siguiente paso al calor.

Las piñas son horneadas a altas temperaturas, una vez cocidas son exprimidas para extraer el codiciado aguamiel. Anteriormente se realizaba en molinos de rodillos, pero en la actualidad una serie de difusores hacen el trabajo.

Al aguamiel resultante se le agrega levadura y es depositada en tinas para que se fermente en un proceso que dura alrededor de 60 horas y a continuación se realiza la primera destilación. El resultado de este primer proceso no es apto para consumo, por lo que se tiene que repetir en una ocasión más. Una vez finalizadas las dos destilaciones se obtiene lo que es conocido como el tequila blanco.

Seguido, se realiza el proceso de maduración que le da al tequila sus múltiples clases: el reposado se deja en barricas de roble o encino por lo menos dos meses, en el añejo el tiempo aumenta hasta un año y en el extra añejo se mantiene desde dos hasta 12 años. Entre ellos puede haber combinaciones, como el caso del tequila joven, que es resultado de una mezcla entre el blanco y algún reposado.

El universo detrás del tequila no es un misterio y está abierto para todo el que desee conocerlo y catarlo. Sin duda alguna Tequila, Jalisco, es el sitio ideal para degustar este origen, los volcanes de la región han hecho de sus tierras recintos perfectos para cultivar el regalo de Mayáhuel. La aventura por esta zona puede iniciar desde Guadalajara gracias al Jose Cuervo Express, un tren estilo antiguo que te llevará al codiciado pueblo mágico.

En Tequila podrás visitar las hectáreas de campos de agave azul que rodean al pueblo, donde es posible observar el proceso por el cual se corta la planta y se obtienen las piñas necesarias para la creación del tequila.

También te puedes adentrar en la fábrica de la Rojeña, donde además de observar todo lo que se encuentra detrás de una botella, podrás realizar la degustación de la Reserva de la Familia, uno de los mejores secretos ocultos en las entrañas de la cava.

 Cada una de estas experiencias forman parte de Mundo Cuervo, una experiencia que todo amante del tequila debe vivir, conocer y degustar.