La trampa de algunos atletas paraolímpicos para mejorar su desempeño
No se trata del uso de sustancias, es más, no implica inyectase o tomar nada, el boosting es una práctica de auto mutilación que aumenta el flujo sanguíneo y mejora el desempeño de los atletas paraolímpicos.
Está prohibida por el Comité Internacional Paraolímpico (IPC, por sus siglas en inglés) porque además de mejorar la condición de los atletas de manera artificial para una competencia, implica provocarse un daño.
El boosting consiste en sentarse sobre un objeto afilado, estrangular los testículos, hacerse una herida en la médula, recibir una descarga eléctrica o hasta romperse algún dedo, con tal de aumentar el flujo de la sangre y de esa manera mejorar el rendimiento físico. En algunos casos menos drásticos, los deportistas no van al baño para que sea el dolor de su vejiga el que haga que aumente la presión de la sangre.
Esta práctica es alarmantemente común en el deporte paraolímpico y no son pocos los atletas que han confesado haberse lastimado antes de una competencia.
Cuando un deportista sin alguna discapacidad comienza a hacer ejercicio o alguna actividad física exigente, el flujo sanguíneo aumenta de manera automática; sin embargo, en aquellos que sufren de alguna lesión en la médula espinal no sucede lo mismo, de ahí que provoquen de esa manera el aumento.
Por supuesto, estas prácticas pueden provocar lesiones mucho más serias como el rompimiento de vasos sanguíneos, apoplejías y hasta paros cardiacos; pero se calcula que hasta un 30% de los atletas recurren o han recurrido a este procedimiento.