¡Arte ahí o disparo!

Como artista Bran Symondson ha convertido el horror en belleza. Después de unirse al ejército británico, durante el cual sirvió en Afganistán, volvió a abrazar la que siempre fue su pasión: la fotografía. Inspirado por haber enfrentado el rostro más cruel del ser humano durante la guerra, se obsesionó con los AK-47, el rifle de asalto creado por el ingeniero militar soviético Mijaíl Kaláshnikov, hasta adoptarlos como materia prima en su obra. Symondson comenzó a adquirir ejemplares de AK-47 fuera de circulación y a intervenirlos con mariposas, joyería y dólares. Así creó su exhibición AKA Peace, en la que invitó a colegas como Damien Hirst, Gavin Turk, Sam Taylor-Wood, Sarah Lucas, Gary Hume, Antony Gormley y los hermanos Chapman para que realizaran sus propias interpretaciones de un AK-47 y formaran parte de la exposición. El resultado fue avasallador. AKA Peace logró recaudar más de 430,000 libras esterlinas en solo una noche. “A un AK-47, lo veo más como un lienzo en blanco que como un arma”, dice Symondson, “aunque la historia del rifle en el que estoy trabajando también estará presente dentro de la narrativa de la obra. Los simbolismos me parecen fascinantes, por eso intento incluir temas como la lucha en pro de los derechos humanos y el medio ambiente, son tópicos que llevo siempre cerca de mi corazón”. Entre el cielo y el infierno El artista nació en Londres en 1971, Comenzó a trabajar junto a otros nombres destacados de la fotografía como Gavin Bond, David La Chapelle y Nadav Kander. Durante su periplo por Afganistán, trabajó con una cámara Canon G9, muy sencilla, pero que le permitió completar su primera muestra titulada The best view of Heaven is from Hell. Dado que las imágenes fueron tomadas mientras era un soldado en servicio, el Ministerio de Defensa prohibió la muestra.

Poco tiempo después, el periódico The Sunday Times lo envió de regreso a tomar fotografías a Afganistán, esta vez en calidad de civil, y fue así que su obra “Lost Boys” le valió el Premio 2011 de Amnistía Internacional a los Medios. “Soy prácticamente autodidacta. Cuando comencé mi carrera, le pedía muchos consejos a otros amigos acerca de su visión del mundo del arte, que puede resultar abrumador para un principiante. Invertí mucho tiempo en mejorar mis técnicas; pero, al final, me di cuenta de que, para crecer en un ambiente creativo, tienes que aprender de tus errores”, explica. En el ejército, añade, se le inculcó la búsqueda constante de la excelencia, por lo que hasta la fecha lo aplica como máxima de vida. Inspirado lo mismo por Caravaggio, Picasso y Frida Kahlo, está convencido de que, “el arte ante todo, significa libertad”