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Difícil de creer: Palabras sucias

Por: Jafet Gallardo 05 Jun 2018
Una de las palabras que más le incomoda escuchar a mi amiga @chefyolo es verga. Cada vez que surge en […]
Difícil de creer: Palabras sucias
Una de las palabras que más le incomoda escuchar a mi amiga @chefyolo es verga. Cada vez que surge en una plática o alguien la dice como parte de una expresión – “me lleva la verga” – pareciera que esa palabra le penetrara de fea forma sus castos oídos. Si bien la palabra verga no es bonita ni en su fonética así como tampoco en su ilustración, lo cierto es que se usa muchas veces sin pena alguna.
 
Verga viene del latín virga que significa ramita o varilla, de ahí podría ser el origen de llamarle así al pene, pero hay que aclarar que verga no sólo se le llama al miembro masculino, por ejemplo en el lenguaje de los marinos, la verga es un pequeño mástil o un palo que se coloca en los mástiles para sujetar las velas de un barco. O sea que si en altamar “te dejan caer la verga”, podría ser que el barco está siendo hundido. O si el capitán “te manda a la verga”, no te está despidiendo, te ordena que vayas a revisar las velas. Y si en otro contexto alguien presume Vergas, no es que tenga más de un pito, seguramente es un habitante de la ciudad Vergas, Minnesota. En serio, así se llama.
Y ya que estamos en esto, hay otras poblaciones que bien podrían ser bautizadas como ciudades hermanas. Por ejemplo: 
 
Pene, Guinea – Bissau, cuyo slogan podría ser “Sonríe a lo largo y ancho”.
 
El Pito, Asturias, España: “Disfruta de un paseo en lancha”.
 
Dildo, Canadá: “Vente a la Isla del Placer”.
 
 
En la actualidad, dildo es un juguete sexual con la forma de un pene, un consolador. Pero en el argot náutico inglés, un dildo es un instrumento de madera o metal con forma cilíndrica que se inserta en un hoyo para sujetar los remos de una embarcación. Así que si los marineros llevan dildos, ellos sabrán utilizarlos.
 
Pero aquí no para la cosa. Hay otras palabras que muchas personas prefieren decirlas en voz baja, aun cuando sean correctas. Una de ellas es vagina. Esta palabra viene del latín vagina que significa vaina, es decir, funda o estuche. Entonces decirle vagina al órgano femenino originalmente era algo obsceno, porque se hacía referencia a que los hombres guardaban su “arma en el estuche” de las mujeres. Recordemos que los soldados antiguos desenvainaban su espada, es decir, sacaban su espada de la funda. Esto nos ayuda a entender la frase “mi fundita”, cuando un hombre describe de manera vulgar a su amante.
 
Ahora que si alguien quiere conocer no una sino dos vaginas ligeramente cálidas y húmedas en verano, les recomiendo que viajen a Rusia. Resulta que en este país hay dos poblaciones que tienen el nombre de Vagina. Por fortuna para los rusos la palabra vagina como la conocemos no significa nada en especial, porque ellos al órgano femenino le dicen ????????? y se pronuncia vlagálisce.
 
¿Y qué creen?, las vaginas de Rusia tienen una ciudad hermana, nada más y nada menos que en el territorio de su eterno adversario, Estados Unidos. En Gringolandia está:
Panocha, California: “Bienvenidos todos”.
 
Para los lugareños, el nombre de su ciudad hace referencia a un fruto, una especie de caña que crece en la zona. Así que las panochas de California literalmente son dulces. En español, la panocha de una mujer es la vista exterior de la vagina y tal vez se le dice así porque panocha viene del latín panicula, un término que en botánica describe la masa de hilos que envuelven las espigas o mazorcas de ciertos cereales.
 
Si seguimos viajando por la geografía corporal llegaremos también a otros lugares del planeta. ¡Qué tal dormir en Loma Nalga de Maco! Este lugar pertenece a República Dominicana y lo describen como una cima compuesta por dos macizos montañosos. Para nosotros, nalga es cada una de las porciones carnosas que están entre el final de la columna vertebral y el inicio de los muslos, así que no me extrañaría que el nombre del poblado fuera un disfrazado homenaje a los atributos de sus mujeres.
 
En esta aventura de la gramática sexual llegamos al Seno y a la bubi.
 
España levanta la mano de nuevo porque en su territorio tienen una pequeña villa llamada Seno con poco más de 40 habitantes.
 
Difícil de creer: Palabras sucias 0
 
Seno, España: “Pocos pero cálidos”
 
¿Cómo se les dice a las mujeres que viven ahí?, no se les dice tetonas, su gentilicio es senéricas. Por cierto, seno es todo aquello cóncavo, curvo o que tiene un hueco. Así las mujeres planas literalmente no tienen senos porque no tienen curvas.
 
Finalmente nos despedimos con Bubi, Etiopía: “Mi negro, déjate consentir”
Conclusión: Jugueteamos con palabras sexuales, a veces las manipulamos, sobamos o manoseamos, otras ocasiones son juguetes gramaticales que nos divierten o agreden; lo cierto es que cada una de ellas tiene un origen largo o profundo, usémoslas sin pena que para eso está la lengua. ¡Ah!, por no dejar, verga se escribe con ve chica no importando el tamaño del palo.
 
Difícil de Creer.
 

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Foto perfil de Jafet Gallardo
Jafet Gallardo Digital Editor Periodista de formación. Creador de contenidos, analista, especialista en viajes, entretenimiento y estilo de vida.
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