Difícil de creer: “Nunca lo hagas con una prostituta…”

Mi papá murió a los 42 años de edad. Yo tenía 23. Siempre tuvimos una relación muy cercana. Si acaso nos faltó platicar más. Pero entre las charlas que tuvimos el sexo fue un tema casi inexistente. No lo culpo, hablarle de sexo con pelos y señales a un hijo es bastante complicado.

 

Por mi lado, en su momento agradecí que mi papá no tocara mucho esos temas porque se volvía tensa la plática. Él lucía incómodo y yo nervioso. ¿A ti te ha pasado igual? Seguro que sí. De las pocas veces que él y yo charlamos de sexo les comparto el siguiente consejo de mi papá: “Nunca lo hagas con una prostituta, no te va a gustar”.

 

¿Qué contesté? No recuerdo. Pero eso hubiera sido imposible pues no tenía dinero para pagar por amor. Lo que sí hice cuando estuve en la prepa fue dar el rol por la calle de Sullivan en el D. F., en el auto compacto íbamos cinco menores de edad a ver putas. Sólo ver, no tocar. Si acaso nos formábamos en la fila de coches para verlas de cerca y preguntar el costo del servicio. ¿Qué ganábamos? Divertirnos, matar la noche, hacernos chaquetas mentales con muy poco.

 

Regresando a lo aconsejado por mi padre, hoy pienso que debí preguntar si él lo hizo alguna vez con una prostituta pues dijo “no te va a gustar”. Tal vez sí o quizá lo hizo para quitarme las ganas. Lo cierto es que de putas hay mucha Historia e historias.

 

Heteras > Damas de compañía en la antigua Grecia. Por lo general esclavas o extranjeras que recibían educación. Una hetera famosa fue Friné, amante del escultor Praxíteles, tan hermosa que fue la modelo de muchas esculturas en honor a Afrodita, diosa del amor, la lujuria, la belleza y la sexualidad. Ambos se pagaban con trabajitos. Él la esculpía, ella se dejaba. Él le entregó su trabajo más valioso, ella su cuerpo. Puta culta y artista lujurioso pasaron a la historia.

 

Meretrices > La meretriz era una mujer joven que practicaba como afición la prostitución. Más claro, cogía por gusto y aunque lo hiciera bien no era una profesional pues no recibía pago. Algunos dicen que la emperatriz Teodora primero fue meretriz y actriz al mismo tiempo. Presentaba actos indecentes públicos y otorgaba favores sexuales privados. Como la actriz que abre las puertas de su camerino.

 

Cortesanas > En la Edad Media, las mujeres más bellas de una región que no pertenecían a la nobleza no podían casarse con los reyes, pero su físico les daba la oportunidad o la desgracia de entrar en la corte, es decir, estar entre sus allegados y hasta vivir en palacio para que los señores contaran con sus favores. Desde entonces había prostitutas de lujo.

 

En Babilonia, una ley obligaba a todas las mujeres a ir al menos una vez en su vida al templo de Venus para tener sexo con un extranjero a cambio de un pago simbólico como muestra de hospitalidad. Las mujeres se sentaban para ser elegidas y no podían regresar a su casa sin que alguno les pagara por su cuerpo. Entonces la palabra prostituta viene del latín prostare que significa “estar delante y expuesto”, como ellas que estaban a la venta o vista del público.

 

Hoy día, a las mujeres de la calle les llamamos de distintas formas, algunas sin explicación clara y otras con un origen que hasta resulta simpático. Por ejemplo, el diccionario dice que “piruja” es una mujer joven y desenvuelta, así que podríamos decirle pirujita a una muchacha, pero sería mal visto. También la palabra piruja señala a una mujer que no cumple con la religión, de aquí la idea de que una mujer lujuriosa es una piruja, una pecadora.

 

Puta viene del latin putto que significa muchacha o muchacho y así le llamaban desde la antigüedad a quienes comerciaban con su cuerpo.

 

Casquivana genera la frase “mujer de cascos ligeros”, entendiendo por casco aquello que cubre o protege, algo así como una envoltura. Se acepta entonces que una dama ligera de cascos, es ligera de ropa o fácilmente se la quita.

 

¿Has aplicado colgar un calcetín en la puerta para avisarle a tu cuate que estabas en plena acción? Así lo hacían los prostíbulos en la Edad Media: colocaban ramas o ramos de flores en la entrada del local y de esta práctica surge la palabra ramera.

Loba viene del latín lupa, de ahí que al prostíbulo le llamen lupanar: “el lugar donde están las lobas”.

 

Conclusión: “Nunca lo hagas con una prostituta” también le diré a mi hijo no fomentando ese comercio. Pero como hasta en el fango hay flores, “Canonicemos a las Putas”: “Ya sea el burdel elegante, la casa discreta o el camastro de la pobreza, eres lo mismo que una lámpara y un vaso de agua y un pan. Oh, puta amiga, amante, amada, recodo de este día de siempre, te reconozco, te canonizo a un lado de los hipócritas y los perversos, te doy todo mi dinero, te corono con hojas de yerba y me dispongo a aprender de ti todo el tiempo”, escribió @Jaime_Sabines. Difícil de Creer.