La coincidencia azarosa de los calendarios del futbol ha provocado que en las dos últimas semanas nos hayamos topado con fechas de clásicos. Hace una semana, disfrutamos de un partido que volvió a darle vida y emparejó la carrera por el título de la Liga Española, tras la polémica victoria como visitante del Barcelona ante el Real Madrid. Se habló mucho del arbitraje, de los penales fantasma y de la expulsión de Sergio Ramos, pero el trámite del juego, con volteretas de marcadores y grandes jugadas, mostró a dos equipos que están entre las escuadras más poderosas del mundo y entre los aspirantes más serios para arrebatar el dominio europeo al Bayern Munich.
En México también se vivió uno de los más intensos clásicos locales, que enfrenta la rivalidad más añeja del futbol nacional entre el Atlas y el Guadalajara. Tras un golazo tempraneo de Aldo de Nigris, el partido sufrió de la bipolaridad que ambas escuadras arrastran en el torneo. Por parte de Chivas, un inexplicable freno en la intensidad tras un primer tiempo dominante los tuvo a un suspiro de llevarse la derrota; del lado de los rojinegros, una gran actuación en el segundo tiempo tras un primer lapso confuso y errático le permitió tener al borde de la derrota al Rebaño, pero al Atlas nuevamente no le alcanzó para cantar una victoria en su estadio.
Este video te puede interesar
No obstante, la gran nota del partido, emotivo y bastante disfrutable, fue la violencia que se desató en lo alto de las gradas del Estadio Jalisco. Barristas de Chivas y elementos policíacos se enfrentaron en escenas cruentas que dejaron un saldo de ocho policías heridos y 17 detenidos. Las autoridades de la ciudad procedieron a clausurar el estadio y se dice que habrá una investigación exhaustiva con la revisión de los videos del juego para fincar o deslindar responsabilidades. Por lo pronto, las sanciones de la Comisión Disciplinaria incluyen un partido de veto al Estadio Jalisco y una multa de 5 mil salarios mínimos para Atlas (además de otros 2 millones de pesos en multas por sobrecupo con que el gobierno de la ciudad castigó al club); del otro lado, se dio la prohibición expresa de la venta de boletos a los grupos de animación del Club Guadalajara, sea en sus partidos como local o visitante, por un tiempo indefinido.
Entre el juego vibrante y la polémica arbitral en España, y la inconstancia de los equipos de Jalisco unida a la violencia de un sector de aficionados, se desarrollará el súper clásico del futbol nacional. Chivas, y sobre todo América, llegan en una temporada a la baja para jugarse el orgullo de dos de las grandes instituciones del balompié en México. Con apenas un gol de diferencia que marca su desempeño en el torneo, se trata de escuadras que aparecen en 7º (América) y 8º lugar de la tabla (Guadalajara), en las fronteras de una clasificación que se ha apretado bastante. La mediocridad y la irregularidad de los clubes de primera división han propiciado que apenas existan 7 puntos de diferencia entre la ubicación de Águilas y Chivas y el colero de la liga, el Veracruz.
La prensa destaca el mal momento de América, que apenas ha obtenido una victoria en los últimos siete partidos de la liga y parece haber perdido el empuje goleador y convincente que definió la etapa de Miguel Herrera al frente del club. Tras una paupérrima exhibición en el empate a cero con el Veracruz en el estadio Azteca, los americanistas tienen por lo menos una noticia optimista, pues recuperarán contra Chivas a Miguel Layún, uno de sus jugadores insignia, aquejado de una lesión en el hombro. El caso de Chivas preocupa por su incapacidad de cerrar los partidos. Con el resultado ante Atlas, se suman ya tres partidos donde el Rebaño ha sido incapaz de mantener la ventaja y de obtener la victoria. Alcanzado o superado en los segundos tiempos, las señales desde el banquillo parecen extrañamente dudosas e inseguras.
Si analizamos línea por línea a los protagonistas, nos hallamos con dos equipos faltos de equilibrio. Guadalajara ha mejorado notablemente en su aspecto defensivo con la incorporación de Jair Pereira y Carlos Gerardo Rodríguez. La retaguardia ha sido quizá su línea más sólida en el torneo, ubicándose entre las cinco mejores del torneo, pero ha tenido una bajísima eficacia en la delantera, donde ha marcado apenas 9 goles. Ni de Nigris ni Márquez Lugo han podido obtener regularidad y, con un Omar Bravo con problemas físicos, su jugador más interesante en los últimos partidos ha sido el habilidoso Carlos Fierro.
Por parte de América, no es un secreto que su línea más vulnerable es la más cercana a Moisés Muñoz. Han admitido 14 goles en la presente temporada, con un promedio de más de un gol por partido y sufren de la lentitud de sus centrales ante jugadores rápidos o evasivos. Pablo Aguilar, traído como refuerzo, no ha podido solucionar el problema. Aunque con los circuitos cortados en los últimos partidos, tienen en Rubens Sambueza a su gestador de juego más desequilibrante y esperan profundidad en las incorporaciones de Paul Aguilar y Layún por los costados. Adelante, Raúl Jiménez es un joven capaz que está en deuda si lo comparamos con el nivel de la temporada anterior y Luis Gabriel Rey aguarda la oportunidad de sentenciar las oportunidades que tengan.
Aunque América tiende al desequilibrio ofensivo, no creo que Guadalajara lo invite a que se haga del balón y lo atraiga a su campo para contraatacarlo. La afición local de Chivas los impulsará adelante. Como en todo clásico, se pronostica un partido de nervio y de mucha lucha en mediocampo, donde la movilidad y juventud de Chivas parece llevar la mejor parte. No obstante, América viene de dos victorias consecutivas en el Estado OmniLife y posee el toque de experiencia necesario para cerrar los partidos y buscar perpetuar el dominio en Guadalajara.
En lo personal, no espero un partido de vistosa calidad. Tengo claro que no veremos un Real Madrid-Barcelona en su tropicalización mexicana y que habrá que poner especial atención en el aspecto disciplinario y de seguridad en un partido de alto riesgo y con los antecedentes inmediatos en el Estadio Jalisco. Más que un juego donde dos técnicos presionados salgan a no equivocarse, anhelaría inteligencia táctica en los entrenadores para buscar la victoria, no para evitar la derrota. Ya en la cancha, exijo un verdadero encuentro de futbol: apasionado, con atrevimiento, con jugadas que cambien el rumbo del partido y se pongan a la altura de la historia de ambas instituciones. A los jugadores de ambos equipos les digo: si no es por el presente, jueguen por el pasado que los obliga, por lo que le deben a las aficiones, los clubes, los futbolistas inolvidables, los símbolos y las pasiones americanistas y chivas que portan en las espaldas. Y es que hay partidos donde no basta correr y la pelota tiende hacia donde el espíritu o la pasión soplan más fuerte.