Por David Hochman
fotografías de David Rose publicadas originalmente en Playboy E.U.A. octubre de 2004.
En 2004, Playboy se entrevistó con Donald Trump, uno de los hombres más ricos del mundo, pero al mismo tiempo una de las celebridades más controvertidas. |
Divorciado dos veces de súper modelos (Ivana Zelníková y Marla Maples) con su respectivo desembolso económico, pero casado actualmente con una tercera, Melania Knauss, Trump posee un imperio de bienes raíces que no sólo se levantó de una atroz crisis financiera en los 90, sino que extendió su poderío a la industria del entretenimiento, abriendo Resorts y Casinos. Asimismo, es propietario junto con la cadena NBC de la Organización Miss Universo que dirige los concursos Miss Universo, Miss Estados Unidos y Miss USA Teen. Su reality show, El aprendiz, lanzado en 2004 y que en 2012 anunció su regreso, se convirtió en un hito en la televisión. También es autor de varios bestsellers como El arte de regresar (1997) y Cómo volverse rico (2004). No en vano, lo que el periodista David Hochman recuerda especialmente de aquella charla con el magnate fue lo complicado de su agenda.
“Conseguir buenas dosis de tiempo libre de su ocupada agenda no es fácil. Durante una entrevista de dos horas, su asistente ejecutiva, Rhona Graff-Riccio, tomó más de 50 mensajes telefónicos. La única llamada que Trump tomó fue la de Eric, uno de sus cuatro hijos. Trump dice que él siempre contesta las llamadas de sus chicos. A pesar de una agenda de producción hostil y una lista de citas, eventos públicos y funciones de caridad, así como varias interrupciones de los mandamases de la Trump Organization como Carolyn Kepcher y otras estrellas involuntarias de El Aprendiz, Trump estuvo concentrado, entusiasta, abierto y directo. Incluso fue tan gracioso como para regalarme un pin de solapa que mostraba la frase del año: You´re fired [“¡Estás despedido!”]”, dijo Hochman.
He aquí aquella conversación, inédita en nuestra país hasta ahora.
PLAYBOY: Empecemos con la pregunta fundamental entre todas: ¿Qué hay en tu billetera?
TRUMP: (metiendo la mano en su bolsillo) No mucho dinero, en realidad. Una tarjeta Platinum American Express, algunas tarjetas de clubes de golf, otras tarjetas de crédito, fotos familiares, un artículo de periódico sobre uno de mis últimos proyectos y, déjame ver, 3 cuentas por un dólar. Uno tiene una foto de mi padre. Los otros dos son de apuestas que gané.
PLAYBOY: ¿Pero no se supone que eres un multimillonario?
TRUMP: Creo que 5 mil millones o más es la última cifra.
PLAYBOY: ¿Y tienes sólo tres dólares en tu bolsillo? ¿De qué se trata?
TRUMP: Honestamente, no gasto mucho durante el día. En realidad nunca tengo que pagar cosas con dinero. Nunca he usado un cajero automático. Por supuesto, siempre tengo acceso al dinero, y tengo cientos de cuentas de cheques. Pero no manejo dinero con frecuencia. Cuando voy a un restaurante, especialmente desde El aprendiz, siempre consigo comidas gratis. “Oh, por favor, señor Trump, no es nada”. Incluso si estoy ahí con 10 o 15 personas. La parte triste es que si yo fuera alguien que necesitara dinero, tendría que pagar.
PLAYBOY: Estuviste a punto de la bancarrota durante la caída de los bienes raíces a principios de los 90, y los tabloides de Nueva York se burlaron de ti durante años. ¿Qué se siente ser el rey otra vez?
TRUMP: Es algo impresionante y un gran honor. En realidad yo tenía un perfil alto antes, y no pensé que pudiera ser mayor. Estuve en la portada de Time, Newsweek, Fortune, Playboy, mucho antes de El aprendiz, pero ahora todo está aún más candente. Es cierto que un hombre de negocios en televisión nunca ha estado cerca de este éxito. Es como ser un rock star. Seis personas no hacen otra cosa que ordenar mi correo. La gente viene y quiere un autógrafo de Robin, mi secretaria. Si una limosina se detiene en frente de la Trump Tower, cientos de personas se reúnen alrededor, aunque no sea mía. Me pregunto “¿Puede ser esto una vida normal?”. Tal vez es el poder que viene por tener el reality show más candente de la televisión, pero a la gente le gusto más ahora que antes de El Aprendiz. Si piensas en eso, todo lo que hice en el show fue despedir gente, lo que prueba qué tan mala debió ser mi reputación antes de esto.
PLAYBOY: Acerca de tu cabello… ¿Puedes explicarnos tu rutina diaria?
TRUMP: Me despierto, tomo un baño y lavo mi cabello. Luego leo los periódicos y miro las noticias en televisión, y lentamente mi cabello se seca. Toma cerca de una hora. No uso una secadora. Una vez que está seco, lo cepillo. Una vez que queda como me gusta, aunque a nadie más le guste, le pongo spray y queda bien para el día.
PLAYBOY: ¿Quién te lo corta?
TRUMP: Mi novia, Melania.
PLAYBOY: En serio debes confiar en ella.
TRUMP: Lo hago. Y por cierto, ella tiene más dotes de artista de lo que mi cabello indicaría. Pero ella cree que si te gusta algo como es, debes dejarlo así. Ella no se vuelve loca con el cabello. No está tratando de reinventar la rueda.
PLAYBOY: ¿Puedes explicar por qué te vas a casar otra vez? No has sido el ícono de la felicidad matrimonial.
TRUMP: Ésa es una pregunta interesante viniendo de Playboy. Melania es una mujer muy especial, una buena mujer. Ha sido leal a mí, y soy un gran creyente de que hay una gran mujer detrás de un hombre. Lo veo con Bob Wright, de NBC. Su esposa, Suzanne, es una gran fuerza positiva. También lo veo de la otra forma. Desde que Andre Agassi se casó con Brooke Shields, no pudo volver a jugar tenis. Su ranking cayó al lugar 200, y salió de la cancha volando. Creo que Brooke Shields es una mujer maravillosa; la conozco. Pero luego él se casó con Steffi Graf y de repente ya era el número uno otra vez.
PLAYBOY: Escribiste en The Art of the Comeback que las mujeres son cazafortunas. ¿Aún lo crees?
TRUMP: Creo que es difícil para las mujeres que salen con hombres muy ricos no ser seducidas por ese estilo de vida, los apartamentos en lo alto de la Trump Tower, los helicópteros y los aviones. No hay nada más hermoso para mí que una mujer. Las amo y las respeto. He conocido a mujeres realmente buenas y he tenido excelentes relaciones. Pero como con los hombres, hay mujeres buenas y malas.
PLAYBOY: ¿Qué tan seguido estás solo?
TRUMP: Últimamente, no mucho, porque vivo con Melania y tenemos una buena vida juntos.
PLAYBOY: ¿Extrañas el tiempo a solas? ¿No te mueres por tenerlo ocasionalmente?
TRUMP: Escucha, Melania realmente me entiende. Me da tremendo espacio. Puede leerme mejor que cualquier persona que haya conocido. Ella entiende cuando quiero estar solo y me deja. He estado con otras personas que decían: “No me hablas, algo está mal, ¿por qué no vamos a caminar juntos, por qué no hacemos esto juntos?”. Pero Melania puede decir cuando estoy en el humor correcto. Eso hace más fácil mi vida.
PLAYBOY: Hablando de estar de humor, ¿eres fan del Viagra?
TRUMP: No, no lo soy. Creo que el Viagra es maravilloso si lo necesitas, si tienes problemas médicos, si tuviste una operación. Simplemente yo nunca lo he necesitado. Francamente, no me molestaría si hubiera un anti-Viagra, algo con el efecto opuesto. No estoy alardeando. Sólo tengo suerte. No lo necesito. Siempre he dicho: “Si necesitas Viagra, quizá estás con la chica equivocada”.
PLAYBOY: ¿Qué tan apropiado es el uso de la sexualidad en el actual mundo de los negocios? Una de las grandes críticas de El Aprendiz es que las mujeres en el programa usaban desvergonzadamente su sex appeal para manipular a los hombres y conseguir lo que querían.
TRUMP: Las mujeres en el show eran hermosas y muy sexuales, al punto que tuve que reprenderlas por eso. Pero no estaban haciendo nada que no exista en el mundo de los negocios. Un profesor inteligente nos criticó diciendo que esas cosas no sucedían en los negocios. Pero vamos, la sexualidad ha sido importante desde el inicio del tiempo. Si la gente piensa que el sex appeal no existe en la sala de juntas, están equivocados.
PLAYBOY: Las mujeres en el programa ciertamente parecían estar coqueteando contigo. ¿Te dabas cuenta?
TRUMP: Nunca las vi coquetear. Tal vez estaban coqueteando conmigo en un sentido de negocios, pero no hay nada malo en ser atractivo, joven y confiado con el sexo opuesto.
PLAYBOY: Debe ser difícil ser hijo de Donald Trump. Tus cuatro hijos tienen seguridad y todas las posesiones materiales que podrían pedir, pero ahora algunos de ellos, como Donald Jr., un graduado de Wharton, están entrando al negocio familiar. ¿Cuál es la presión que pones en ellos?
TRUMP: Creo que hay presión en ellos, pero no demasiada, espero. No es fácil para ellos. Cuando tu padre hace un programa de televisión y se convierte en el número uno, cuando tu padre es por mucho el más grande desarrollador inmobiliario de Nueva York, es difícil de captar. También es difícil crecer siendo el centro de atención. Ellos se han ajustado bien, han sido buenos estudiantes, fueron a buenas escuelas, pero tal vez lo más difícil es encontrar tiempo privado con mis hijos. Hasta cuando los llevo a un restaurante, la gente se acerca y se vuelve loca. Nunca he sido el tipo que lleva a sus hijos a jugar pelota, pero creo que soy un buen padre.
PLAYBOY: ¿Qué tipo de hijo eras? ¿Fuiste rebelde?
TRUMP: Era muy malo. Por eso mis padres me mandaron a la escuela militar. Era rebelde. No violento ni nada de eso, pero no era exactamente bien portado. Una vez le puse el ojo morado a uno de mis maestros. Le contestaba a mis padres y a la gente. No era el hijo perfecto.
PLAYBOY: Pero entraste al negocio familiar desde que te graduaste de Wharton. Era 1968. ¿No consideraste por un momento subir tus cosas en un Volkswagen y viajar a Woodstock?
TRUMP: No. Cuando me gradué, todo se trataba del trabajo. Amo trabajar tanto como mi padre lo hacía.
PLAYBOY: Un psiquiatra comentó una vez que tienes la imperiosa necesidad de escapar de la sombra de tu padre.
TRUMP: No discutiría eso. Soy una persona competitiva. Ésa no es una teoría compleja; la he oído con respecto a muchos hijos exitosos. Amé totalmente a mi padre, pero diría que al principio especialmente, fui muy competitivo con él.
PLAYBOY: ¿Qué te dio la idea de que podías lograr más?
TRUMP: Una combinación de mi madre y mi padre, creo. Mi mamá fue una gran hacedora de su hogar. También tenía habilidades de promoción y era una gran contadora de historias. Venía de Escocia y se sentaba y leía sobre la familia real de Inglaterra cada vez que podía. Amaba la pompa y el esplendor. A mi papá no le gustaban mucho, por eso amaba Brooklyn y Queens y fue tan bueno en lo que hizo ahí. Pompa, esplendor y amor por el negocio. Si los juntas, tal vez tienes a Donald Trump.
PLAYBOY: ¿Eres de esos que hablan de los problemas con sus padres con un psiquiatra?
TRUMP: No. Estoy muy ocupado y disfruto mi vida. Mucha gente ve psiquiatras porque no tiene suficientes cosas en su mente. Yo paso mucho tiempo pensando en edificios, tratos y clubs y haciendo lo que hago y no tengo tiempo de meterme en problemas mentalmente.
PLAYBOY: Siempre leemos acerca de tu famoso miedo a los gérmenes. Un psiquiatra tendría un día de fiesta con eso. ¿Aún es un problema?
TRUMP: El concepto de dar la mano es absolutamente terrible y estadísticamente estoy en lo correcto. Muchos estudios han encontrado que te contagias de gripa y no sé cuántas cosas más por dar la mano. Un tipo entró a mi oficina hace dos semanas. Me estrechó la mano, me abrazó, se sentó y dijo: “Tengo la peor gripa del mundo”. El tipo me miró como si se estuviera muriendo y acababa de darme la mano. La gente no tiene idea. Es muy molesto. Pero honestamente, no me siento lisiado por eso. Sólo me lavo las manos.
PLAYBOY: ¿Cuándo fue la última vez que le gritaste a un empleado?
TRUMP: Debió ser hace dos días, pero no estaba loco de ira; era un método para conseguir que hiciera un mejor trabajo. A veces eso funciona mejor que nada. En realidad no tengo un mal carácter. Yo lo llamo violencia controlada. Me enojo con la gente por incompetencia. Me enojo con la gente a la que le pago mucho dinero y no son listos al trabajar para mí. Es una razón por la que lo hago mejor que todos. Eso es parte de por qué soy tan exitoso.
PLAYBOY: ¿Alguna vez te preocupa perderlo todo?
TRUMP: Intento no preocuparme. A principios de los 90 había comprado mucho con dinero que no era mío cuando los bienes raíces colapsaron. Había pedido prestado mucho y tenía muchas deudas. Muchos de mis amigos y enemigos en el negocio se declararon en bancarrota pero yo nunca lo hice. Regresé. De hecho, el Libro Guiness de Récords me enlista como el que ha logrado el más grande regreso financiero personal en la historia.
PLAYBOY: ¿Es cierto que nunca has probado un vaso de alcohol?
TRUMP: Nunca he tomado drogas ni alcohol ni una copa de café. He tenido otras cosas que quizás no les gustarían a muchas personas. Ciertamente me gustan las mujeres en abundancia. Y disfruto mi trabajo, al punto de que no lo considero como trabajo.
PLAYBOY: Sin embargo, siempre te mostrabas en lugares donde se consumían drogas. Debiste ser el único multimillonario durante el auge del Studio 54 que no estaba inhalando cocaína en el baño.
TRUMP: Sí, supongo que probablemente era una de las pocas personas que no estaban consumiendo drogas.
PLAYBOY: ¿Cuál es tu memoria más salvaje de esos días?
TRUMP: Uno veía cosas en el Studio 54 que nunca había visto antes. No veías a una, sino 30 superestrellas. O veías que se cogían a las top models del mundo en las mesas, en medio de la pista. Verías cosas que ahora no se ven primeramente debido al sida y otras enfermedades. Pero era increíble. Veías a las mujeres más bellas del mundo, veías a la gente más bella del mundo. Y luego, una hora después, los veías haciendo el amor enfrente de ti.
PLAYBOY: ¿Y tú en qué estabas?
TRUMP: Estaba pasándola bien. No necesitas drogas ni alcohol para pasarla bien. Te puedes drogar de vida. Eso es lo que hago.
PLAYBOY: ¿Estabas saliendo con un millón de modelos al mismo tiempo?
TRUMP: Un millón. Salía con muchísimas mujeres. La pasé muy bien. Fueron años grandiosos, pero eso era antes del sida, y podías hacer cosas que en estos días son un riesgo. El sida lo cambió todo.
PLAYBOY: ¿Hubo un tiempo en que te preocuparas del sida por lo que habías hecho?
TRUMP: Sí, pero me hice las pruebas. Creo que es difícil para los jóvenes ahora. Es muy diferente. Les digo a mis hijos que se consigan una novia linda y sean felices, porque afuera es peligroso.
PLAYBOY: ¿Por qué todo se vuelve auto-promoción para ti? ¿Cuál es el valor de decirle a la gente constantemente lo grandioso que eres?
TRUMP: Porque si tú no lo haces, probablemente nadie lo hará. Si estoy construyendo los mejores edificios en Chicago, Nueva York, California o donde sea, creo que tengo crédito por ser un gran promotor. Realmente, lo que soy es un gran constructor. Construyo grandes cosas y me vuelvo exitoso, y todos hablan de eso. Me gustaría ser recordado como alguien con un gran gusto que pudo hacer el trabajo y también puso a trabajar a mucha gente, ganó mucho dinero para los pobres y alimentó a muchas familias.
PLAYBOY: ¿Crees que la Trump Tower y otros edificios tuyos perpetuarán tu nombre cien años más?
TRUMP: No, no lo creo.
PLAYBOY: ¿Por qué?
TRUMP: No creo que ningún edificio estará aquí. Y a menos que haya algunas personas inteligentes dirigiendo el mundo, este mundo no será el mismo lugar dentro de cien años. Las armas son demasiado poderosas y fuertes, y se consiguen más fácil, así que creo que el paisaje que vemos no será el mismo.
PLAYBOY: Eso asusta.
TRUMP: ¿No lo crees?
PLAYBOY: Sólo me sorprende viniendo de ti. Todo tu mundo es ladrillos y argamasa.
TRUMP: Tuve un tío que fue un gran profesor y un hombre brillante, el Dr. John Trump. Él me dijo que las armas eran tan poderosas hoy que la humanidad estaba en tremendo peligro. Eso fue hace 25 años, pero tenía razón. El mundo es duro, y algunas cosas terribles van a pasar. Por eso es que llevo la vida que tengo. La disfruto. Sé que la vida es frágil.
PLAYBOY: Una última pregunta. Haces que adquirir riqueza parezca muy fácil. ¿Por qué no todo mundo es rico?
TRUMP: Algunos no están hechos para ser ricos. Es como con Babe Ruth, el más grande jonronero de todos los tiempos. No ha habido nadie como él y sus compañeros de equipo le preguntaban, “Babe, ¿cómo le pegas tan lejos a la pelota?”. Y él decía, “no sé, sólo hago el swing”. Lo veo como eso. Es algo que tienes, algo con lo que naces. Mucha gente no tiene la habilidad para ser rica, porque son muy flojos o no tienen el deseo o la perseverancia. Es un talento. Algunos lo tienen para el piano o para criar una familia o para el golf. Yo tengo talento para ganar dinero.
(Traducción: Adán Medellín)