Por Iván Farías.
A partir del pasado 10 de enero y durante todo el primer semestre del año, todos los sábados a las 20:00 horas y domingos a las 18:00, se irán reestrenando en la Cineteca Nacional 25 películas que representan por sí mismo mucho de la historia del siglo XX.
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El ciclo empieza con El puente sobre el río Kwai dirigida por David Lean, que en su tiempo se llevó ocho premios Oscar y ha sido visita obligada de muchos treintañeros, porque nuestros padres nos obligaban a verla en la televisión.
Otra de las cintas imperdibles que llega a la Cineteca es Casablanca, con toda su carga de romance condenado al fracaso, sus diálogos filosos y esa sencillez de las obras maestras. Orson Welles nos receta dos golpes como para mandarnos a la lona, por un lado La dama de Shanghái y la multicitada Ciudadano Kane, ambas representativas del cinenegro y poderosos vehículos cinematográficos. Infaltables en la dieta cinéfila.
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El western, ese género tan emparentado con el cine negro, está también representado por Río Bravo el director Howard Hawks. Película entrañable, que a la fecha sigue siendo referente para muchos cineastas actuales. Otro clásico es El bueno, el malo y el feo obra de Sergio Leone que tanto influenciara a directores como Tarantino o Robert Rodriguez. Otro western, pero sin vaqueros sino espadachines, es la obra más conocida de Akira Kurosawa, Los siete samuráis. Además de cine de México, francia e Italia, la muestra incluye ese enorme cinta dirigida por Martín Scorsese, Taxi Driver.
Los grandes estudios lo saben: una cosa que hacían bien los norteamericanos era contar historias. Sin embargo lo habían estado perdiendo basando sus más grandes éxitos en efectos especiales. Parece que ahora han decidido regresar a sus clásicos con nuevas versiones, con la intención de obtener el prestigio de antes. El apostador es un remake de 1974 dirigida por el checo británico Karel Reisz y protagonizada por el entonces galán, James Caan. Esta nueva versión toma con riesgos al ubicuo y disparejo Mark Wahlberg, cobijándolo con grandes actores como Michael Kenneth Williams, Jessica Lange y John Goodman, que acaba robándose la cinta.
El apostador es una película de acción con una temática existencialista, llena de grandes diálogos y una trama que a veces parece demasiado increíble, pero que nos atrapa desde el primer momento. Odiamos y amamos al mismo tiempo al ludópata personaje de Wahlberg, y todo el tiempo tenemos la certeza de que su vida se irá por el retrete debido a su soberbia. Dispareja, se deja ver en todo su esplendor desde la oscura sala de cine. Yo sí apuesto por ella.