Carlos Monsiváis en su mínima-máxima expresión
Un perfecto acercamiento a la obra de este importantísimo personaje de la cultura mexicana. Mordaz, inteligente, crítico y un sinfín de cualidades más se presentan en esta obra.
Por Arturo G. Canseco
La figura de Carlos Monsiváis es imprescindible para quien intenta conocer en toda su complejidad lo que es México y sus habitantes. Nadie como él para explicarnos el por qué de nuestras filias y fobias, de nuestros gustos y disgustos. Monsiváis nos legó un análisis incomparable de la realidad mexicana que con toda seguridad será un referente imprescindible para las generaciones venideras. Prueba de ello es que a más de un año de su muerte, en junio de 2010, la figura de Monsiváis sigue gozando de esa omnipresencia que lo caracterizó en vida.
Una de esas obras que se encarga de tenerlo vigente es Autoayúdate que Dios te autoayudará. Una compilación en verdad atinada que nos acerca al Monsiváis más certero e incisivo. Francisco León se encargó de revisar algunos de los textos más significativos en la obra de Monsiváis y cual cirujano, con una precisión asombrosa, se encargó de extraer las frases más memorables de ese vasto corpus. Nos presenta al Monsiváis aforístico.
Dicho trabajo resulta un perfecto acercamiento inicial al pensamiento de este gran personaje de la cultura mexicana, amante hasta sus últimos días de los gatos (así nos lo recuerda la portada del libro). Algunas de las joyas que nos ofrece la obra son las siguientes:
Si en la promiscuidad se mantiene la sensación de culpa, está bien.
Uno pasa inadvertido si se viste como pidiendo empleo en una oficina de gobierno.
Sin frustraciones dolorosas no hay acceso respetable a la bebida.
“La flojera del mexicano” más bien se llama desempleo.
Nadie mantiene una conducta irreprochable dos días seguidos.
¡Quien tuviera un cuerpo para la vida cotidiana y otro, más flexible y elástico, sólo para el Metro!
Ya renuévate, país. Occidentalízate, quítate el rebozo.
Desde niño conocí la pobreza, porque para llegar a mi colegio debía pasar por tres o cuatro escuelas públicas.
Peinarse es sentir que alguien te necesita y piensa en ti.
Si no se reconoce el albur, se nació ayer.
Andar ahora sin tarjetas de crédito, es como ser hereje en la Nueva España.
Nunca olvidará el cuerpo las veces en que fue amado.
En el terreno visual, la Ciudad de México es, sobre todo, la demasiada gente.
Autoayúdate que Dios te autoayudará. Aforismos de Carlos Monsiváis está editado por Seix Barral. Prólogo, investigación y selección de Francisco León.
