César Olguín: “El primer tema que me aprendí fue ella de José Alfredo Jiménez”

Por un segundo es difícil de ubicar la casa de César Olguín. Una reja sencilla, una campanita que la hace de timbre, maleza casi copando una ventana, pero eso sí, dos pendones con los colores de las banderas mexicana y argentina. La distinción definitiva es un bandoneón cantando con su orquesta y el acento inconfundible del músico naturalizado quien detiene la melodía para corregir detalles pues se preparan para la presentación de aniversario en el Lunario del Auditorio Nacional el próximo 5 de julio.

 

Pareciera que al maestro Olguín le cuesta trabajo sonreír pero cuando habla de la OMT y de su aniversario, un bosquejo de alegría se asoma por su cara. “Estamos contentos de este quinto aniversario porque en realidad nunca alimenté muchas ilusiones con este proyecto por la época que nos tocó vivir y por el tipo de agrupación que somos”.  Le molesta un poco que la gente no quiera ser tango, que no se interese en él, como dice el poema “Bandoneón” de Mario Benedetti: “sí pasa, aunque no sólo con el tango o el bandoneón. Vivimos en tiempos donde el resultado efectista y el éxito inmediato son primordiales para seguir en la escena y haciendo la música que hacemos es bastante difícil mantenerse. A mis alumnos los desilusiono un poco cuando les digo que de esto no se vive; que si quieren hacerse millonarios se integren a una banda grupera. El mercado es elitista o marginal para una orquesta de tango”.

 

Para Olguín el tango no ha cambiado en los últimos años y explica que los cambios radicales ocurrieron en los cincuenta y posteriormente en los ochenta “es en esa década donde el tango sufre una gran crisis pero logra resurgir a partir de un espectáculo llamado Tango Argentino lo que dio origen a Forever Tango, shows grandilocuentes que desde Brodway lo refrescan internacionalmente; a la par de que Piazzola para ese entonces ya comienza a ocupar un lugar importante dentro de la música universal, lo que hace que los jóvenes se interesaran en el género.

 

 

México ha sido un gran precursor del tango y el maestro Olguín conoce mucha historia al respecto: “Don Gastón Martínez Atié, gran promotor del tango en México, fundador de la Academia Mexicana de Tango, dentro de sus trabajos de investigación hablaba de grandes paralelismos entre el tango porteño y el mexicano”. Pero compositores destacados mexicanos, como Agustín Lara o Lusi Alcaraz, de mano de grandes intérpretes como Jorge Negrete, Miguel Aceves Mejía, Cuco Sánchez, Pedro Vargas, Javier Solis, entre otros, pulieron el estilo mexicano, según platica el maestro. También comenta que la OMT toca tangos mexicanos de varios autores de antes y actuales y confiesa “el primer tema que yo aprendí fue “Ella de José Alfredo Jiménez, es muy curioso, con tan poca edad no sabía lo que me deparaba el destino”.

 

En las bandas de rock el guitarrista es el personaje a seguir; en el tango el bandeononista es el de los virtuosos solos. Olguín dice al respecto “es un instrumento particular, desde su sonido y su forma. De alguna manera los bandeononistas, sin quererlo, somos líderes”.

 

Olguín se asume como un músico de tango y cuando se trata de bailarlo la historia cambia. “Pocas veces fui a milonguear porque me gusta el taco de ojo, además el tango es muy sensual. En dado caso me gusta más bailar salsa, aunque casi no lo hago. Es curioso”.

 

El nombre de la presentación del cinco de julio es “Tango que me hiciste mal…” para la cual, la OMT interpretará tangos conocidos y otros contemporáneos. Además se hará la presentación de dos composiciones de Olguín, “Sirena de mar” y “1899”, dedicado a Jorge Luis Borges. Lo peculiar de estos temas es que llevan lírica y el maestro hace música instrumental. El nuevo disco tendrá el mismo nombre y también lleva los nuevas composiciones de Olguín.