Carta cándida pero séntida

Carta cándida pero séntida
El Payaso Tenebroso le escribe a nuestros candidatos presidenciales conminándolos a que, quede quien quede, se comprometan a trabajar por el bien de México y no de sus intereses personales o partidistas. Pero Brozo lo hace, sí, muy a su manera.
Josefina, Santiago, Ernesto,
Andrés, Marcelo, Enrique, Manlio:
Han de disculpar que los distraiga de sus tantos pendientes que han de tener con esto de querer aterrizar ese sueño presidencial que de nuestros votos dependerá. No soy quién pa’ adivinar lo que se traen entre manos y menos pa’ calcular las intenciones que encierra su afán, pero lo que sí tengo claro es lo que quiero que lean pa’ que luego no nos salgan con que la pérfida historia no los supo valorar.
El país está mal y de malas. La corrupción, la impunidad, el cinismo, la chafa educación, el poco trabajo y el crimen nos tienen rodeados.
El sistema que tantos frutos repartió entre tan pocos ya caducó y la teta mágica que pudo saciar a todo un pueblo, quedó enjuta gracias a la gula de la bestia que engendró la puta avaricia bajo las cobijas del poder. Con excepción de rete pocos, todos se vendieron rematando un futuro que hoy debía ser nuestro presente. No quiero entrar en los detalles de las taras nacionales o los vicios partidarios o los compromisos vergonzosos o la conveniente fragilidad del Estado en todos sus flancos. Eso lo saben ustedes mejor que nadie, pero ya también lo sabemos nosotros. El password que protegía a la simulación ha sido decodificado. Este hijo deforme que se ahoga en su silencio y en su ceguera es hijo innegable de la ignorancia ciudadana y de la traidora clase política.
Digo yo, no es un secreto que la confianza pública les ha dado la espalda y que en estos llanos la esperanza se fue como hilo de media. ¿Cuál puede ser el valor agregado que tienen pa’ ofrecer cada uno por su lado, sin que nos sintamos chamaqueados de nuez? ¿Qué nuevo remedio pa’ nuestros males pueden sacarse de la manga, cuando todos los diagnósticos son hasta groseros de evidentes? Tolanos ya sábanas de cuál remo rengueamos, por donde sangramos y cuáles dolores nos retuercen. Aquí les pregunto, ¿pa’ qué hacer el ridículo en debates que serían exhibiciones puramente masturbatorias? No es aconsejable satisfacerse en la soledad cuando se pretende una relación leal con 113 millones de seres sexuados.
Quizá nos interesemos en empoderar a algún@ de ustedes si en lugar de autocomplacerse, ofrecieran una prueba de amor. Llámenle certidumbre pa’ no empalagar el cabezudo tema. Les estoy poniendo en sus manos la oportunidad de proporcionarle al país una sucesión presidencial tersa, sin guerras de caca ni tensiones sociales que ya no son ni buen negocio. Guarden a sus mapaches y a sus operadores de pacota. No negocien puestos ni dineros que ni suyos son. Reúnanse los que queden candidatos a la grande y construyan una agenda que incluya lo que de sobra saben necesita este noqueado país. Izquierdas rotas, derechas chuecas y centros elásticos conocen desde hace un chingo lo que urge hacer y cambiar para destrabar esta carreta que nomás carga fracasos. Terminen con los chantajes perreros, con el lucro de la necesidad, con las tentaciones que convierten en bazofia a cualquier servidor público. Clausuren la gesticulación y firmen un papel oficial (no ante notario, Quique), que les cueste el cargo si no amachinan lo acordado. Firmando sus mercedes y sus partidos se asegurarían las mayorías que se requieran para aprobar lo pactado por todos los que compiten por ser merecedores de nuestro mandato.
Entonces sí podrán partirse la madre ofreciendo al electorado una historia y un estilo de hacer las cosas que ya sabemos sucederán, gane quien gane.
Ya no estamos para sustitos ni berrinches, mis chamac@s. Ingresen a la historia como estadistas y regrésenle al país por lo menos la paz, la dignidad y el respeto que se merece. Con ésta me despido. ¡Órale!