El lugar dónde se dobla el brazo, está lleno de terminales nerviosas y muy cerca del flujo sanguíneo (por eso es de ahí de donde te sacan sangre) por lo cual es una zona extremadamente sensible. Un beso pequeño, casi un roce, podría resultar muy placentero.
La parte de atrás de las rodillas, es una zona extremadamente sensible a la que raramente le ponemos atención. Un beso ahí –suave, delicado y cuidadoso– podría sorprenderla gratamente.
Es una zona tan poco expuesta al contacto, que resulta muy íntima. Tal vez de ahí, la sensación de “nosotros” que da tomarla de la cintura. Pasa tus dedos muy suavemente, acerca tus labios, bésala y observa.
Más allá del cuello y su atractivo, la nuca es el lugar ideal para besarla. Es una parte extremadamente sensible y que puede crear un lazo de confianza con ella.
Suena tan obvio que te preguntarás por qué la incluimos en esta pequeña lista. Besarla en los labios no sólo se trata de acercar tu boca con la suya. Es un momento de extrema compenetración. Y no se trata de que sea una relación, o la pasión de una noche. Más allá de su status de pareja, en ese momento son compañeros sexuales. Si logras comunicación y confianza, la pasarán increíble. Bésala en los labios con conciencia, sin prisa y sin pausa.
Esperamos este pequeño mapa te ayude a tener una gran noche, sólo recuerda que cada mujer es un universo completamente diferente: lo que le puede gustar a una, puede desagradarle a otro… o matarla de la risa (lo cual, puede no ser tan malo: hacerla reír siempre es un logro). Mucha suerte.
Fuente: ScienceDirect.com