Anciana arruina obra de arte

Su intensión era restaurar un fresco del siglo XIX
Un fresco de Jesucristo era el orgullo de la localidad de Borja, cerca de Zaragoza, España, desde hace más de 100 años. Pintado por el artista Elías García Martínez, la obra era considerada un tesoro nacional hasta que, una anciana de nombre Cecilia Giménez, decidió que le hacía falta una manita de gato.
La señora declaró que el deterioro de la pintura le causaba angustia y que temía que la humedad de las paredes terminara por arruinar la obra, así que comenzó a restaurarla por voluntad propia, pero con el consentimiento del sacerdote de la iglesia y frente a la vista de todo el mundo.
Los descendientes del pintor, en especial una de sus nietas, exigen que el daño sea reparado y que expertos restauradores puedan arreglar el cuadro que pasó se ser una genialidad a una caricatura trazada en crayola de un fulano muy peludo.
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