Entonces, las bases de su dibujo pasaron de ser más técnicas al estilo artístico que más disfrutaba. Durante su vida estudiantil, Pepe había trabajado de medio tiempo en un restaurante en Vancouver, además de organizarse para pintar alguna chamarra y apoyarse económicamente. El proyecto final de aquel diplomado canadiense le dio la chispa para abrazar su pasión y dedicarse de tiempo completo a la creación desde hace un año y medio. Empezó con pequeñas ilustraciones. Cuando abrió su Instagram y publicó sus dibujos, la gente empezó a pedirlas para tatuajes (él mismo tiene más de 25 tatuajes en el cuerpo). Así evolucionó a artes más grandes y vibrantes, especialmente para chamarras.
Niño considera su primera pieza como una de las más significativas en su carrera. “Cuando me moví a mi primer departamento en Vancouver, me dejaron un cuadro impreso de un elefante. Yo lo pinté de blanco y fue la primera pieza que se me ocurrió, no era un pedido de la gente. Le puse flores y detalles, y fue el primer cuadro que vendí en Canadá”.
Para Pepe, el arte es la expresión de una persona. Para él, fue un choque encontrarse con la tendencia digital en Vancouver que contrastaba con su dibujo old school en lápiz, colores y papel. Pero ahora se alegra de ese cruce: “Es muy chido poder mezclar y aprovechar mi estilo con pinturas y marcadores usando las herramientas digitales. Acabo de adquirir un iPad y es increíble todo lo que puedes hacer en una pantalla. Yo lo llamo magia”.
Pepe recibió el llamado inicial a colaborar con Playboy porque él había pintado una chamarra para nuestra Playmate Jamila. Así, nuestros directivos conocieron su Instagram y se interesaron en las piezas de Niño. Pepe presentó un boceto de su colaboración con la revista que resultó aprobado. “Colaborar con ustedes es un honor para mí. Playboy es una gran marca. Este año es clave para mi carrera y quiero darme a conocer en México”.
Roy ha ejercido su amor por los trazos toda su vida, excepto por el tiempo en que se concentró en sus estudios de Arquitectura, aunque hacía dibujo arquitectónico. Desde hace diez años, retomó su carrera artística y divide su vida entre la labor profesional de arquitecto e ilustrador.
Lo que más le gusta realizar es el diseño de personajes humanos, con sus vestimentas, armas, accesorios y aditamentos, en el universo fantástico.
“Me atrae mucho el arte con acuarelas físicas o digitales, aunque la manejo poco. Me inspiro mucho en artistas de ilustración japonesa, además de ilustradores mexicanos”.
Para crear, Roy necesita inspirarse. “Nunca trato de forzarme a hacer algo, porque me bloqueo. Entonces me relajo y trato de sacar inspiración de alguna película, alguna serie, videojuegos, para abrir un poco la mente. Ya después hago algo de investigación en Internet, creo que es bueno tener referencias externas, no para copiar, sino para ver qué se ha hecho y qué no,y así poder innovar”.
Después de su búsqueda, Roy traza bocetos a lápiz muy generales, y en ellos hace pruebas de colores para sus propuestas. Ya convencido del color, limpia el dibujo, da estilo u ocupa herramientas digitales, según sea el caso. “Todo es prueba y error”, dice riendo, “busqué muchos años mi estilo hasta que decidí dibujar como me sale”. Suele trabajar en dos horarios: entre 11am y 1pm y,sobretodo, desde las 9 pm y “hasta que el cuerpo aguante. Es que, si paras, se te va la idea. Pero si ya no puedes, es bueno anotar las ideas en una liberta para darle continuidad”.
Aunque no tiene una pieza suya favorita, Roy le tiene cariño a una ilustración de la diosa griega Enio, que realizó para un concurso. “Le dediqué tiempo, me salí de mi estilo y me gustó el resultado, aunque creo que todavía la puedo pulir más”. Para este ilustrador, el arte es aún más importante en nuestra época, marcada fuertemente por lo visual, con aplicaciones y dispositivos digitales. Considera que es un tiempo muy fértil para los ilustradores, incluso en ramas como la publicidad, el diseño o los videojuegos. Roy conoce la relación de Playboy con el arte.
“Además, a lo largo de la historia han tenido varios ilustradores importantes y hasta participaciones de caricaturistas como Matt Groening. Creo que la publicación aporta al arte con las fotografías y el diseño”.
“En el Reino Unido hacía homeschool, pero aquí en México, en la primaria, tuve que exponer temas. Entonces yo siempre era la que dibujaba (risas)”, explica. “Después, más grande, seguí dibujando, pero después conocí el modelaje y me olvidé del arte”.
Tehani hizo modelaje profesional en pasarelas, trabajó para algunas marcas de vinos y licores, e inclusive fue Conejita oficial de Playboy en el pasado.
“¡Por eso me parece increíble que ahora hayan venido a hacer- me una entrevista para hablar de mi obra!”, expresa.
Cursó la licenciatura en Diseño Gráfico, pero además es fanática de la literatura fantástica y la ciencia ficción. Todo eso fue nutriendo su estilo, ya que a Tehani lo que más le gusta es dibujar mujeres en contextos más allá de la realidad. Guerreras épicas, galácticas y escenas cargadas de una gran sensualidad. También ha diseñado carteles oficiales para bandas de metal, como los famosos Exodus, y hace ilustración publicitaria. Recientemente, colaboró con el canal E! Entertainment en una campaña contra el bullying.
“El diseño me ayudó a trabajar con los materiales, colores y espacios. Originalmente aprendí a hacer todo a mano, de una forma artesanal, pero últimamente me he enseñado a hacerlo también de manera digital. Pero en general soy muy autodidacta”, cuenta.
“Soy mujer, me veo todos los días en el espejo y por eso, si necesito una modelo, me utilizo a mí misma. Pero también soy muy admiradora de artistas como Luis Royo o Milo Manara, que dibujan mujeres. De repente hago hombres, pero me salen con facciones muy finitas, casi femeninos (risas). Creo que estuve tanto tiempo relacionada con el modelaje, que de alguna manera los personajes que creo, y las historias que les invento, están influenciados por el modelaje”.
Además de nuestro país, ha expuesto en galerías de Colombia, Ecuador, Suiza (en el museo de su admirado H. R. Giger, creador de Alien), Alemania, Inglaterra, Japón y próximamente lo hará en Grecia, Estados Unidos y Transilvania, en Hungría.
Lejos de los apoyos oficiales o la censura, a ella le parece que el principal obstáculo que los artistas plásticos mexicanos tienen que superar es el miedo, “porque a veces no nos creemos las cosas, y hay que entender que los demás no son competencia dañina, sino un impulso para que hagamos mejor las cosas”.
Se confiesa adicta a la pornografía, lectora del Marqués de Sade y compradora compulsiva de Playboy. Originaria de Guadalajara, Jalisco, donde nació en 1975, es también directora de la Galería de Arte de la Secretaría de Economía, y promotora de otros artistas. Goza de lo que ella define como una estabilidad artística, ya que cuenta con un taller propio en el que incluso despacha obras por encargo. Algo que la mayoría de los artistas descalifica y rehúye.
Pasó por el diseño gráfico y la arquitectura hasta que, finalmente estudió en La Esmeralda y fundó su propio taller en la casa de sus padres. Desde muy joven se obsesionó con el erotismo y el sexo. Su tesis tuvo como tema central al autor de Las 120 jornadas de Sodoma y La filosofía del tocador.
Aunque ha expuesto con gran éxito en muestras colectivas en países como Estados Unidos, Inglaterra, Irlanda y Japón, entre muchos otros, tristemente en México sigue siendo víctima de la censura, porque en sus obras aparecen siempre senos, nalgas y besos entre mujeres.
bisexual no se hacen esperar”, comenta Rigel, quien contra lo que se le critica está casada con un hombre que la apoya incondicionalmente. “Aquí no se acepta que una pintora explore la sensualidad del cuerpo femenino”.
Y añade que en ocasiones las galerías tienen bien establecidos sus principios en el sentido de no aceptar desnudos de ninguna especia y está bien, “pero cuando la confrontación es directa contra el cuerpo, me parece que sí hablamos de una censura muy estúpida”.
Mucho comparte con el ADN de esta revista, porque está convencida que el cuerpo de la mujer es el principio de toda belleza.
“Playboy lo hace muy bien, porque explora el placer desde la perspectiva de hombres y mujeres. A ustedes les da la voluptuosidad, la piel que quieren ver; pero a la mujer le brinda esa posibilidad de mirar la pornografía desde una óptica más erótica”.
Hablando de óptica, confiesa que es precisamente la mezcla entre miopía, astigmatismo e hipermetropía que padece, lo que la obligó desde muy joven a desprenderse de la escultura. Debido a que le cuesta mucho trabajo resolver el espacio en tercera dimensión y volcarse a la fotografía como principal influencia de su pintura.
Respecto a la frontera entre lo erótico y lo pornográfico, expresa que ha pasado gran parte de su vida intentando definirla. Y concluye, “creo que radica en el ojo del espectador”.
Nacida en 1962, desarrolló una temprana fascinación por el arte, a pesar de que dedicó unos años de su vida a los negocios familiares. Hasta la fecha, sigue considerando cada una de las piezas que realiza como terapia.
“El arte ha estado conmigo toda mi vida, pero al llegar a Colima me llené de sensaciones únicas. Realizar piezas con mis propias manos me da la oportunidad de expresarme y resulta algo bastante terapéutico. Con el tiempo he aprendido a vender y exponer mi trabajo al que le tengo tanta pasión”.
Su primera exposición tuvo lugar en 1996, en un evento privado en Casa Lakam-Ha, en Guadalajara, Jalisco. Pero con el paso de los años la artista ha llevado sus obras a diversas partes de la República y más allá, Corpus Christi, Minnesota y Ciudad del Rio.
Para Maria Elena, moldear piezas en barro es sinónimo de permitir que sus sentimientos fluyan de una manera lúdica. Cada una va surgiendo lentamente, con gran soltura, sin la necesidad de hacer un boceto previo.
Desde piezas de resina y cerámica que representan los cuatro elementos de la naturaleza o que insinúan a una pareja, hasta cuerpos con soltura y que presentan estados de ánimo, son parte del trabajo de Jasso. En cada una de sus colecciones se puede apreciar su amor por la figura humana y su sentir, respecto a temas universales como la libertad.
“Me gusta meditar mi siguiente trabajo; sobre todo, me gusta tener claro lo que estoy sintiendo. Playboy es una palabra que he escuchado a lo largo de mi vida, pero que no conocía con tanto detalle hasta que se acercaron a mí para invitarme a participar en este especial de arte. Medité y logré llegar al fondo de lo que es para mí Playboy, y también quise expresar lo que es para los demás. Fue un reto lleno de emociones”, concluyó.
De acuerdo con ellos, en su cosmovisión, la serpiente tiene mucho poder, convencimiento y manipulación, y la marca Playboy tiene estas tres virtudes. Mientras que el coyote es observador y cuidadoso, además de que el conejo representa exactitud, afecto y amor.
“Queríamos que el erotismo en la pieza no fuera tan evidente, así que recordamos los senos de la mujer en los ojos del conejo para tener una pieza más interesante”, dijeron de la obra hecha en madera de copal, con pigmentos minerales y acrílicos, decorada con iconografía zapoteca, cuyo proceso artístico fue de dos años.
La complejidad de la obra de arte se aprecia en el hecho de que es una escultura de un sólo pedazo de madera y no tiene ensambles. Además de que está decorada con simbología zapoteca, obteniendo una filigrana de pintura en la que cada centímetro cuadrado está lleno de dibujos.
Estudió dos meses en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP), pero a su vez aplicó a la Universidad de Londres y fue aceptada. Ella sólo conocía Pixar y Disney, pero ahí descubrió una forma distinta de hacer animación, con recortes, arte y pintura. Fue así que culminó estudiando tres años la carrera de Animación en el Colegio de Arte de Edimburgo.
Las temáticas que le apasionan son las que aportan algo positivo al mundo, como el cuidado del medio ambiente, reincorporar valores y la familia. Algunos de los artistas en los que ha encontrado aportación a su arte son Frédéric Back con El hombre que plantaba árboles, y Yann Arthus-Bertrand con la película Human.
“Los animadores no nos preocupamos por nuestra presentación como lo hace un diseñador, somos personas tímidas, pero sobre todo apasionadas por lo que hacemos. Inclinarte por esta carrera es hacer algo por amor”, dijo al contextualizar que dos preciados trabajos son el video musical ‘Beautiful Girl’, que hizo para Triciclo Circus Band, y el cortometraje Separate Lives, que es un homenaje a sus padres.
Supo de la convocatoria gracias a un amigo de Londres. Cuando aplicó tuvo que trasladarse a Polonia para realizar un examen de tres días que consistió en hacer el cuadro animado del personaje principal; y en una segunda etapa realizó una prueba de tres semanas. Posteriormente le explicaron cuál era la técnica de Vincent Van Gogh y se unió a la producción.
Para Loving Vincent se requirieron 12 cuadros por segundo, cada semana un artista hacía de uno a dos segundos.“Al final y a pesar de que estuve siete meses en Polonia, mis cuadros lograron un minuto de animación, trabajo que en conjunto con los minutos del resto del equipo, conformamos un largometraje. Utilizamos 6 mil 500 litros de pintura”.
Al cierre de esta edición Mayra se dirigía a Guadalajara, entidad en la que vivirá durante un año o dos para trabajar en la animación de la película Inzomnia, dirigida por Luis Téllez y Karla Castañeda, que será el primer largometraje de stop motion a nivel nacional; y que trata de una ciudad que no desea dormir y consume una pastilla para ello.
“Cuando Playboy México me buscó, me pregunté, ¿es de verdad? Saber que harían una edición especial de arte me emocionó”.
Más tarde, estudió la carrera de arquitectura y decidió llevar su pasatiempo, la pintura, al siguiente nivel.
“Siempre la vi como un hobby. Toda mi vida académica dibujé y regalé retratos. Un día, un amigo me dijo que por qué no hacía un cuadro gigante con más detalles, y lo llevé a cabo. Estudié arquitectura y esa sensibilidad que demanda, más aquella que proviene de la música, me han servido de inspiración a la hora de pintar.”.
Su técnica es hiperrealista, tendencia surgida a finales de los años 60, la cual consiste en reproducir la realidad casi como si fuera una fotografía. En su caso, los rostros de personas, así como las imágenes de animales, son los principales protagonistas de sus obras, en las que el detalle nos obliga a percibir texturas arrugadas o el elemento agua.
“El hiperrealismo me encanta porque siempre fui muy minucioso para hacer las cosas y me gusta desarrollar lo más difícil. La gente a veces quiere tocar mis cuadros porque generan realmente la ilusión de tener agua o estar arrugados”.
“Los rostros humanos y las figuras de animales son mis favoritos. Obviamente, antes de pintar realizo una sesión de fotos para saber cuál será la imagen que dibujaré. La mirada es muy importante porque comunica emociones y sentimientos. Soy muy sensible siempre que voy a pintar y, por eso, hago de ello todo un ritual. Comienzo tocando el piano hasta que las ideas vienen y mientras pinto, si me desespero, regreso al piano para relajarme”.
Cabe destacar que Ricardo ha sido nombrado por el Instituto Nacional de Bellas Artes como “el mejor pintor joven hiperrealista de nuestro país”.
Durante los últimos años, ha trabajado en Europa y México pintando para diversas colecciones, haciendo retratos a las familias más influyentes, políticos y celebridades. A la par, es fotógrafo. En marzo de 2016 fue el encargado de realizar nuestra portada “Leather Dreams”.