El bondage no se trata de sorpresas. Si quieres intentar alguna cosa que incluya sogas, látigos y demás, lo mejor es que todo quede perfectamente platicado, en acuerdo mutuo. Además, el platicarlo, los prenderá bastante a los dos.
Para los principiantes en el bondage y más adelante el sado, la palabra de seguridad es primordial: es la que se usa para avisar que la experiencia ya no está siendo disfrutada. Se recomienda que sea una palabra totalmente asexuada, para que no sea malentendida como parte del juego. Vamos empezando, somos torpes, mejor prevenir.
¿Los dos quieren pero les da miedito? Es normal. Pueden empezar contándose lo que les gustaría hacerse, qué es lo que quisieran experimentar. Esto les ayudará a poner límites.. y les servirá de jugueteo previo.
Suenan muy bien, pero pueden ser demasiado agresivas para una primera oportunidad. Por el momento intenten con una bufanda de seda o satén. Nada de nudos de marineros, el asunto es fantasear, no tener que ir a buscar unas tijeras para terminar la aventura.
No es necesario que contrates un helicóptero, con unas rosas al momento de encontrarte con ella o algún detalle por el estilo (no, no a todas las chicas les gustan las rosas), es suficiente para recordarle que tú eres ese amante que estaba esperando.
El bondage es una experiencia atractiva, pero es para hacerlo paso a paso. Con algo de comunicación y mente abierta, pueden pasar una gran experiencia. Platícalo con ella, sabemos que lo agradecerá.