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2×1: Ryan Gosling, o cómo deshacerse de Disney

Por: Jafet Gallardo 05 Jun 2018
Hombre duro e impasible, Ryan Gosling ha comenzado a perfilar un tipo de actuación el cual ha fascinado a propios […]
2×1: Ryan Gosling, o cómo deshacerse de Disney
Hombre duro e impasible, Ryan Gosling ha comenzado a perfilar un tipo de actuación el cual ha fascinado a propios y extraños. Su más reciente película, Solo dios perdona, únicamente lo confirma.
 
Disney y el nicho de la maldad
Tal parece que lo primero que les dicen sus managers a los actores provenientes del canal infantil de Disney es que deben hacer de los excesos (reales o imaginarios) su vida. Ahí tenemos a Myles Cyrus y Britney Spears para confirmárnoslo. El canadiense Ryan Goslin se suma a esta lista pero no por haberse desnudado o por haber sido encontrado con drogas en su mansión sino por el tipo de papeles a los que poco a poco ha sido confinado. 
 
Luego de pasar por anodinas series es que llega El creyente con la que da el campanazo y los directores (no tanto la crítica) le dan un voto de confianza. La esquizofrénica historia de un neonazi que es a la vez estudiante de la Torah le sirve como lucimiento para sus dotes actorales. Luego vendrían algunas cintas más hasta llegar a Blue Valantine, dramática historia donde una pareja vive la decadencia de su amor. Alejada de la comedia romántica o de las pretensiones aspiracionales, ofrece un crudo retrato de cierta clase de personas.

El rey del white trash
Pero sería hasta la llega de Drive que todo mundo pondría los ojos en él. La cinta del danés Nicolas Winding Refn, que ya nos había dado cintas como Valhalla Rising, supo sacar lo mejor de Gosling, es decir utilizar lo mejor posible su rostro entre adolorido y seco. Drive es a la vez fría pero entrañable, como el mismo protagonista. Se da el tiempo suficiente para ir soltando los personajes como piezas de ajedrez sobre el tablero. 
 
Utiliza la música en el momento preciso para inducirnos estado de ánimo. El personaje de Gosling utiliza como capa torera su chamarra de un alacrán en la espalda, con lo que lo convierte en un seco caballero andante. Llena de una violencia gélida Drive, es en sí una balada a la soledad de la urbe.
 
Caminos cruzados vendría a posicionarlo como una especie de héroe del white trash, de ese grupo que pese a ser caucásico vive en la marginalidad, la ignorancia y que está confinado a los peores empleos. Gosling haría su parte de esta gran épica de la basura blanca gringa, siendo un motociclista de riesgo que descubre la paternidad y decide cambiar su vida. La cinta tras muchos vuelcos nos dejaría con el deseo de haber sabido más del personaje de Gosling.

Con todos estos antecedentes Solo dios perdona es el esperado regreso de Gosling en la actuación y Nicolas Winding Refn en la dirección. Con las primeras tomas uno se emociona. La fotografía y los encuadres son preciosistas, sacando lo mejor que ofrece la noche tailandesa, esos neones iluminando la densa oscuridad, esos rostros impasibles, el morenaje en sus sitio y los rubios fuera de su lugar. Sin embargo la trama avanza y no hay más que eso, luces, rostros y mucha violencia sin llegar a ningún lugar. Ni complejidad psicológica ni acción simplona (cuando menos). Solamente encuadres y uno sigue esperando que suceda algo, que venga el punto de inflexión que por fin destrabará la trama pero llegan los créditos y con ellos la esperanza de que esto cambiará.

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“Sólo dios perdona” está en todas las cadenas comerciales.

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Foto perfil de Jafet Gallardo
Jafet Gallardo Digital Editor Periodista de formación. Creador de contenidos, analista, especialista en viajes, entretenimiento y estilo de vida.
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