2×1 Amores extraterrestres

Extrañado a Valentín Trujillo
Por fin después de varios meses de retraso se estrena y con pésima suerte, Tlatelolco, verano del 68. Película dirigida y escrita por Carlos Bolado quien ya se había metido al ruedo político con Colosio, el asesinato. Si bien la cinta del malogrado candidato del PRI a la presidencia a veces parecía medio timorata (no llamar Salinas a Salinas, por ejemplo), lograba el cometido de ofrecer una historia interesante y el hablar de uno de los temas que más están en el ideario nacional, el posible complot dentro de las mismas entrañas del poder. Con Tlatelolco… parece que no tuvo nada a su favor.
La cinta es una especie de Amar te duele con trasfondo social. Resultó curioso descubrir entre los créditos de productor a Fernando Sariñana, director de la citada película. Pareciera que Bolado hubiera desaparecido ya que en la cinta no se vislumbra nada de él. La edición es torpe (la cual es uno de las habilidades de Bolado), los personajes son estereotípicos y la falta de recursos se nota a leguas. Los mítines donde se mezcla pietaje real con el dramatizado son de lo más falso. Todo el tiempo uno recuerda a esa película producida por Valentín Trujillo, Rojo Amanecer, la cual tuvo que filmarse a escondidas en un set y con resultados muy diferentes.
Terrores nocturnos
Los extraterrestres habían abandonado un poco las pantallas cinematográficas o habían pasado a ser unos personajes bonachones o guerreros envueltos en batallas intergalácticas. Dark Skies, retitulada en México como Los Elegidos, se aleja de ese tópico para presentarnos a malignas criaturas que viven entre nosotros. Seres más cercanos a demonios que tripulantes de una nave.
La premisa parece ser interesante; una familia de clase media norteamericana, que pasa por un periodo bajo en cuanto a dinero, sufre extraños fenómenos en su casa. El hijo más chico, de escasos siete años, percibe a un ser extraño que lo visita en las noches. El hijo adolescente, mientras tanto, comienza a tener sus primeros escarceos amorosos y el padre busca en lo posible conseguir un trabajo. En ese amasijo de problemas cotidianos la irrupción de un ataque de pájaros y situaciones extrañas durante la noche parecen conducirnos a una trama llena de espantos la cual se diluye cuando recurren a lo conocido: cámaras dentro de la casa para observar qué sucede. Innegablemente los productores, quienes ya nos habían entregado Actividad paranormal e Insidus, pensaron que sería muy bueno incluir cámaras, como sucede en sus anteriores éxitos. A partir de ahí la cinta comienza a desarrollarse a saltos, con incongruencias (no hay dinero para pagar un terapeuta pero sí para comprar cámaras, escopetas y tablas para tapiar ventanas) hasta acabar en un final aleccionador.
Los feos también aman
Las comedias románticas tienen cuando menos dos elementos que no deben evitarse: una mujer que no encuentra a su pareja y el ambiente urbano. Si suceden en Nueva York y aparece el rostro siempre a medio llorar de Meg Ryan, entonces son un taquillazo. Delicadeza, la cinta dirigida por David Foenkinos y Stéphane Foenkinos se salta varias de estas convenciones, para empezar está situada en París y la historia de amor perfecto sucede al principio. No hay bodas ni finales rotundos. La cinta es como lo indica su nombre, delicada. Va soltando su trama poco a poco hasta envolverte. Hay un príncipe azul medio torpe, medio seco y un beso dado antes de la confesión amorosa. Hay una mujer delgada y pequeña, Audrey Tautou y un enorme François Damiens que juntos nos brindan varios de los mejores momentos de la película. De esas películas que te dejan con
una sonrisa.
Las tres películas se estrenaron este fin de semana y están en las diferentes cadenas cinematográficas.