El apoteósico regreso de los espartanos en 300, el nacimiento de un imperio.
Una pequeña gran batalla
Cuenta Frank Miller que su padre lo llevó a ver de niño Los 300 espartanos y sin saber bien a bien qué eran las Termópilas o quién era el Rey Leónidas, la historia de un puñado de guerreros que pudieron retrasar la llega de un enorme ejército a sus tierras se le quedó grabado en la cabeza. Así, en distintos comics Miller hacia guiños a esta historia. Era cosa de esperar unos años para que el guionista se dedicara cambiar el formato de la historieta y escribiera y dibujara la historia de Xerxes, Leónidas y la batalla que sigue resonado siglos después.
La película de Zack Snyder, metamorfoseado en el rey nerd de Hollywood (Superman, El amanecer de los muertos), fue una adaptación correcta de la historia hecha por Miller. Snyder pirateo la estética creada por Robert Rodriguez para otra adaptación del mismo Frank, Sin city, y siguió cuadro por cuadro el comic. Sin embargo, la historia misma era ya épica y popularizada de esa forma el orgullo masculino (pese a estar bañado de una homosexualdiad sugerida) la volvió un taquillazo. Así que no era raro que Warner buscara de inmediato una secuela.
Una adaptación que no existió
Miller no pudo entregar a tiempo la secuela Xerxes, sólo un par de capítulos, pero no importa; en Hollywood la maquinaria se echa andar antes de si quiera tener un actor firmado. Durante varios años se esperó a que Miller terminara su proceso creativo pero los ejecutivos, los hombres de trajes obsesionados con los estados de cuentas, no le veían el caso a esperar más sin meter dinero en las taquillas; así que llamaron a Snyder y la cosa comenzó a tomar forma.
La incursión de Eva Green le dio un poco de aire a un proyecto que desde lejos y a los ojos de los fans de la historieta, parecía ser sólo una inversión segura para sacar dinero en las vacaciones. Eso sumado a que no sería una precuela como se había asegurado, es decir el ascenso de Xerxes y su enorme ejército persa, sino una continuación de la historia de Leónidas.
La cinta es como todo lo que produce Hollywood a últimas fechas, ENORME. La historia de un grupo de valientes y kamikazes soldados que apoyados en el compañerismo y el amor a su ciudad desafían las adversidades quedó atrás. Snyder en el guión y el casi debutante Noam Murro en la dirección, piensan que acumular extras y secuencias en CGI es más épico, así que no tienen empacho en mostrar musculo con la enorme armada persa desplegada en el mar Mediterraneo.
La cinta es hecha ya no pensada para verse en 3D sino en 4D. Es decir para que la gente abarrote los cines y no se decante por la pantalla pequeña, no por lo menos ahora. 300, el nacimiento de un imperio es un sube y baja de emociones que nos recuerdan que nos hace recordar lo divertidos que son los blockbusters. Snyder ha demostrado que lo suyo no son los guiones sino el hacer ver las cosas de la mejor manera y en esta cinta se confirma. Todo es enorme y emocionante pero hueco.