La séptima edición del Festival Internacional de Danza Ibérica Contemporánea, que se celebró del 6 al 20 de Julio, contó con diversos talentos y figuras importantes para promover las raíces del flamenco, la danza española, artes plásticas y otras disciplinas que han hecho del festival uno de los mejores en todo Latinoamérica y tenemos la fortuna de que este se lleve a cabo en Querétaro.
Con más de 40 invitados, Ibérica nos ofreció una mezcla de distintas disciplinas y muestras que van desde lo más sencillo a lo más complejo; invitando a todo el público a disfrutar de ellas, haciendo de esta una gran experiencia para todo aquel conocedor, así como para quien aún resulte ajeno al mundo de la danza; confirmando una vez más que el arte, más allá de entenderlo, hay que sentirlo.
El 15 de Julio se llevó a cabo la gala de flamenco, grandes exponentes se hacían presentes, Cristóbal Reyes, uno de los grandes pilares en la escena, figuras importantes como Rafael Estévez, Sergio de Lope, Eduardo Guerrero, Pablo Egea y todo un ensamble de artistas que expresaron su enorme felicidad no con palabras, sino con pasos de baile que contagiaron a todos los asistentes, haciendo una tremenda fiesta para dar inicio a las actividades del día.
Durante la gala tuvimos la oportunidad de conocer un poco más sobre algunos artistas, uno de ellos fue Cristóbal Reyes, mostrando un gran entusiasmo y declarando que México es se segunda casa; también nos compartió un poco su opinión de la mezcla entre el flamenco tradicional y en cómo este ha ido evolucionando y haciendo fusión con lo contemporáneo “El flamenco y la fusión de música moderna, porque no es contemporánea, hay mucha gente que todavía no aprende la raíz del flamenco y hace fusión con algo nuevo y cuando no dominas bien algo, lo único que haces es meter la pata, primero debes dominar las raíces y de ahí, si tienes la capacidad, cultura, técnica y pasión; si dominas estos elementos, es cuando puedes darle un giro a este y mostrar todo el concepto que traes, es interesante y por supuesto es un desafío, yo me siento muy agradecido y orgulloso de ser pionero para muchos de los actuales talentos en ibérica”.
Lo mejor quedaba para el final, el acto de María Juncal con un lleno en el Teatro Metropolitano de Querétaro.
El escenario lucía oscuro, cinco personalidades entre ellos Jesús Corbacho (voz) dando caracterización y actuación en el acto junto con la hermosa María Juncal, la impecable y resonante armonización de David Caro (Guitarra), en conjunto; un cajón de percusión, una guitarra, dos voces y la pasión en cada paso que desprendía Juncal lo era todo, dando como resultado un panorama bastante minimalista y sombrío.
Una de las cosas que caracterizan al flamenco además de la música ya tan bien establecida y los parámetros básicos para saber distinguir esta, es el concepto que tiene en escena, en este caso se trataba de algo triste, la búsqueda de sí mismo; profundizada con cada pausa y sutileza de los músicos y la puesta en el escenario que María Juncal hacían que poco a poco nos acercáramos al clímax , con elegancia, puntualidad y ejecución sublime, el cierre de la gala no solo nos demostró la fragilidad del flamenco, sino lo complejo que es y al mismo tiempo no se necesita ser un experto para profundizar en este y entenderlo; llevándose la ovación total del recinto y por supuesto, mostrando porqué María Juncal era la estrella de la noche, dejando en claro la importancia que ha tenido los últimos años y que seguramente dará de que hablar en la posteridad.
“El flamenco es algo natural, es una fuerza que te adentra como un torbellino de los pies a la cabeza, es como una inhalación muy fuerte, lo contienes y se expande dentro de ti y se deposita, es una energía viviente y cambiante, es única y excepcional, cada interprete tiene su flamenco”, dijo ella.