Cada uno de los platillos que componen el menú degustación de Rafael Prado en el restaurante Barolo va más allá de la unión de ingredientes; son una invitación a conocer, de la mano del chef y a través de los sabores de sus platillos, la esencia de aquellas personas que formaron parte de su vida personal y laboral.
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Barolo. El chef Rafael Prado te da la bienvenida.
Un menú de diez tiempos que combina la cocina ítalo-mediterránea sirvió para que el chef Rafael Prado abriera su corazón a los comensales con los que festejó el segundo aniversario del restaurante Barolo, el cual, desde su apertura, busca ofrecer una experiencia de lo que es la cocina italiana centrada en ingredientes frescos y platos tradicionales. Utilizando las técnicas de cocina mediterránea, el chef Prado mostró esa parte punk y rockera de vivir con pasión para ofrecer una gastronomía más real y rebelde, donde además de compartir experiencias personales, también destacó la importancia de la caza en cada uno de sus platillos.
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“El Inicio” es el primer platillo de degustación, con el cual demuestra lo elaborada y compleja que es su cocina, pues su preparación y conceptualización empezó hace un año. Este platillo destaca sus raíces mexicanas, en este caso con un foie gras con mezcal.
El segundo platillo, en honor a su madre Josefina, lleva por nombre “Joss”. Está basado en una frase que ella le decía: “Vuela alto, pero con los pies en la tierra”, de ahí que sus elementos principales sean el faisán, los hongos y la tortilla tatemada. Este último deja un aroma característico en la cocina, similar al de su casa cuando su mamá calentaba las tortillas a fuego lento.
Santiago Migoya fue el mentor del chef Prado y el homenajeado en el tercer platillo. “El platillo debe de saber a lo que es”, fue una de las enseñanzas que le dejó, además del respeto por el producto. Por ello, en este platillo, el pescado y el dashi parmesano destacan por su sencillez, y la hueva de trucha aporta ese toque de innovación.
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La suavidad y sutileza se encuentran en “Champi”, dedicado a la pareja del chef. En este platillo, cuyo principal elemento es un elote baby, también se percibe su carácter fuerte, distinguido por el queso taleggio. Además, es un homenaje a las raíces de la familia de ella, originaria de Oaxaca. Su apoyo se encuentra plasmado en el polvo de chicatana con el que fue sazonado el elote.
Carolo. Cada platillo cuenta una historia.
“Barolo” es la representación de lo que es el restaurante y la gente que lo conforma desde sus inicios. Se trata de un raviol tejido de pato, donde la pasta representa el ciclo de la vida. El color azul simboliza lo que come el animal, el amarillo de dónde proviene, y el rojo, la matanza. El trenzado, hecho a mano, simboliza la amistad.
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“Rubens” es el plato fuerte dedicado a su padre, Rubén, un hombre fuerte e intenso, pero sutil al momento de dar consejos. Por ello, el cordero y la alcachofa brillan en este platillo. Antes de llegar al final de esta degustación, es importante siempre ver al “Futuro” y preservar esa alma de niño que todos guardamos, tal como lo ha hecho Barolo en estos dos años de vida. Por eso, este platillo está compuesto de spaghetti de melocotón.
Barolo. Ya puedes vivir la experiencia.
El menú degustación del chef Rafael Prado en Barolo no es solo una muestra de destreza culinaria, sino un viaje íntimo a través de su vida, sus raíces y sus pasiones. Cada platillo cuenta una historia personal, convirtiendo la cena en una experiencia multisensorial que conecta profundamente con el comensal.