The Pretenders y la sofisticación del rock: una noche para la memoria en el Pepsi Center

Sin duda, la noche de ayer en el Pepsi Center será inolvidable. The Pretenders, la legendaria banda de rock comandada por Chrissie Hynde, ofreció una verdadera cátedra de cómo los clásicos no solo sobreviven al tiempo, sino que se disfrutan con mayor intensidad cuando se viven en carne propia.
La banda reafirmó que el rock, cuando es auténtico, no necesita adornos: basta con la música y una entrega total al escenario.
Todas las generaciones reunidas en un mismo lugar
Desde los primeros acordes de “Don’t Get Me Wrong”, pasando por la entrañable “Back On The Chain Gang”, hasta el himno emocional “I’ll Stand By You”, el público respondió con una devoción palpable.
Cada estrofa fue coreada al unísono por una audiencia diversa, que reunía a familias enteras, fans de toda la vida —literalmente— y nuevos escuchas que heredaron el gusto por The Pretenders de generaciones anteriores.
Chrissie Hynde, elegante y agradecida, no dejó de mostrar su aprecio por el público mexicano a lo largo de toda la presentación.
Entre Pretenders y Relentless
En medio de su conexión cercana con los asistentes, aprovechó para presentar algunas canciones de su más reciente álbum, “Relentless”, manteniendo el equilibrio entre lo nuevo y lo clásico.
No obstante, condensar casi 50 años de historia en una sesión de apenas hora y media no fue tarea sencilla.
“Brass In Pocket”, uno de los sencillos más esperados, brilló por su ausencia, lo que generó murmullos nostálgicos.
Aun así, la energía no decayó. Los riffs estruendosos, la potencia intacta de la voz de Hynde —que suena exactamente igual que en aquel primer álbum homónimo de 1980— y la entrega de la banda no permitieron un solo segundo de descanso.
Incluso las baladas tenían la fuerza suficiente para hacer que el público sacudiera la “melena imaginaria”, en su mayoría inexistente, pero sentida con fervor.
La huella de Ray Davies
El legado de Ray Davies, fundador de The Kinks y figura importante en la vida de Hynde, se hizo notar en temas como “Kid” y “Time the Avenger”, piezas que muestran esa mezcla de sofisticación británica con la sensibilidad rockera que caracteriza a The Pretenders.
Más allá del sonido, hubo una estética compartida entre músicos y público.
Varios asistentes se sumaron al estilo sofisticado de la banda, llegando con gafas oscuras y sacos entallados, en una moda que muchos creían propia de los 2000, pero que en realidad es una reinterpretación del estilo de las bandas de los años 60 y 70.
Todo el evento respiraba una elegancia que no suele encontrarse en conciertos de rock convencionales.
La puntualidad, en sintonía con el estilo británico, también fue parte del show.
A pesar de cierta confusión en los horarios —la banda anunció el inicio a las 10:00 pm, mientras que el foro lo hizo a las 9:00—, para esa última hora las puertas ya estaban cerradas, el público acomodado y la expectativa flotando en el ambiente.
Aunque el foro no estuvo completamente lleno, la intensidad y calidad del show hicieron que eso pasara a segundo plano.
The Pretenders logró convertir el Pepsi Center en un refugio sonoro para quienes crecieron con su música y para quienes apenas comienzan a descubrirla.
Sin duda, la noche quedará en nuestra memoria, y ya comenzamos a contar los días para su regreso.
Mención especial
Al cierre de esta crónica, quiero dedicar unas líneas a mi abuelito, quien me acompañó en esta travesía.
Sus datos culturales sobre la banda y su análisis musical enriquecieron la experiencia de una forma que solo él podría lograr. Gracias, papá, por ser parte de esta noche histórica.
Taller de Rock Nude: haz fotos como un Rocksar