The Boys, o cómo asesinar al género de superhéroes sin salir de él
Parece que cada mes se estrena una nueva película de superhéroes y esta sobredosis ya está cobrando factura. La fórmula que sigue cada una de estas cintas en la mayoría de las ocasiones es la misma, sé que veré esa escena melancólica donde el protagonista duda de sus poderes, sé que el héroe salvará a un desprotegido en medio de un duro combate, y sé que veré esa épica batalla en el episodio final.
Las nuevas entregas siempre me tienen que brindar algo más, razón por la cual disfruté tanto Spider-Man: Far From Home. Debo confesar que sufrí la primera parte, no compraba esta historia de destrucción mundial por unos monstruos genéricos, era camino que ya había visto en múltiples ocasiones. No obstante, el giro y el discurso que tiene ante la manipulación de la realidad y las noticias falsas me fascinó, fue más allá de la eterna lucha entre héroes y villanos.
Este es el mismo sentimiento que he tenido al ver The Boys, la más reciente serie de Amazon Prime. Llegué a ella conociendo únicamente la premisa y los posters promocionales, sólo sabía que se adentraba en un mundo distópico de superhéroes, cuestión que era suficiente para mí.
Basada en los cómics del mismo nombre escritos por Garth Ennis y Darick Robertson, The Boys presenta un mundo dominado por Vought, una corporación multinacional encargada de contratar, manejar y controlar a los superhéroes del mundo.
Todo ser con superpoderes busca formar parte de la empresa, la cual no sólo es la responsable del entretenimiento y mercancía de su “talento”, también es la encargada de asignar a cada héroe a la ciudad que más requiera de sus servicios.
The Boys es el mundo de superhéroes más cercano a nuestra realidad, presenta a sus protagonistas como seres sedientos de ego y de likes, más preocupados por atrapar a los que piratean sus películas que por resolver los verdaderos crímenes que les rodean.
Al igual que en el mundo real, la corporación que maneja a los superhéroes, puede manipular a políticos y pasar sobre los derechos de los civiles sin ninguna consecuencia. Ante esta realidad, un grupo de desadaptados sociales buscan combatir a los héroes del mundo que se aprovechan de su poder.
La serie invierte por completo el mundo de las películas de superhéroes: hace de los seres con poderes villanos y de la gente común héroes con sed de venganza. Claramente este mundo violento no puede tener censura y el humor negro que presenta, digno de Tarantino, no tiene miedo de mostrar nada, desde bombas en el ano hasta personas pulverizadas por la velocidad de un “héroe”.
Al final, The Boys sigue la misma fórmula que las películas de las cuales hace una sátira al adentrarte en la dinámica de héroes contra villanos; no obstante, da un paso más allá al abordar problemáticas recientes con el excesivo poder de las corporaciones, los problemas de la fama, las noticias falsas e incluso el acoso y la violencia sexual.
No es novedad que el entretenimiento sufre de una sobreexposición a contenido de superhéroes, pero The Boys es una entrega que destaca de entre las demás, una serie que va más allá de la eterna historia entre el bien y el mal para convertirse en una cruda sátira de nuestra realidad.
