En un tiempo donde la imagen se consume con voracidad pero pocas veces se digiere con profundidad, Tadeo Melgoza se impone no solo como un artista multidisciplinario, sino como una presencia que desafía moldes.
Bailarín, director de arte y creador visual, Melgoza no interpreta el arte: lo encarna.
Su cuerpo, su mirada, su discurso, todo en él es una extensión de un universo creativo que propone, cuestiona y provoca.
En esta conversación con Playboy México, nos adentramos en su filosofía creativa, su relación con el cuerpo, la sensualidad, y su necesidad de crear desde un lugar radicalmente libre.
Siempre estuvo en mí, desde chiquito era ese niño hiperactivo que le gustaba bailar, desde chiquito era al que jalaban para todos los festivales de la escuela y donde se pudiera ahí estaba, por eso siempre me dijeron que era el “ajonjolí de todos los moles”. Pero al final me di cuenta que esto era mi pasión al ver que esa pasión por lo que hago no lo encuentro similar en ningún otro trabajo.
Claro que sí, aunque más bien ha sido algo intermedio, al saber que el arte en México es terrible por muchos sentidos, estudié una licenciatura que me acercara a algunas metas, pero siempre he regresado al arte ya que de alguna forma, aún sin bailar o alguna de las ramas que también hago, estoy presente.
Al final el dedicarte al arte, al mundo de la producción, publicidad y mundo fitness convergen en un mismo punto: transmitir, comunicar, tener orden, disciplina y constancia. Son mundos muy celosos, cada uno conlleva mucha dedicación, esfuerzo y concentración. Aunque en cada proyecto tengas dirección, de alguna forma tu sello, tus formas y tu decencia están en cada detalle de lo que haces.
En todo. Mi trabajo es demandante al extremo físicamente y mentalmente. Te pones en un reto constante de resistencia física y mental. El montaje de un show o una obra, el montaje en cuestión producción, todo, todo es demandante físicamente. Desveladas, mucho tiempo de pie, activo en todo momento, sudar, estar exhausto, deshidratado y aún así tener que resistir tus horas de ensayo y montaje al dar una linda cara y buena energía.
Pues he trabajado con un sinfín de mensajes, emociones y sentimientos. Pero creo que lo más honesto que se haga arriba de un escenario, representación artística y cualquier momento es ser tú. Obvio, si estás en el escenario, basarte en la dirección que te den, pero tu sello es esa honestidad y conexión que tengas con tu pasión al hacer lo que estás haciendo. Ese será tu sello para que te volteen a ver.
Empieza desde el día de audiciones, desde ahí comienza el proceso creativo. Que es la mente y tu resiliencia. El talento es una herramienta más para concretar un proyecto. Creo que es el todo al mismo tiempo. Hacerlo parte de ti.
Soy más team amor, aunque la vida y el arte se componen por blancos y oscuros, ¿o quién no ha cantado a todo pulmón una canción triste? Mi personalidad es muy amorosa, apasionada y divertida, pero si nos toca vivir la otra parte, intentar encontrarle el para qué y salir adelante.
Ufff, qué fuerte… creo que depende mucho del contexto. La libertad creativa recae mucho al proyecto y la gente a cargo de la dirección. La industria oprime en todo momento y aunque no quieras, en algunos momentos debes de ceder y caer en el sistema, es terrible pero el nadar contra corriente es cerrarte puertas. Debes de ser lo más honesto y mantener tus principios en todo momento, que tu creatividad pueda ser tan moldeable y acoplarse. Que si es un proyecto tuyo en todos los aspectos, ni el cielo es límite para ello.
En todo momento y lo peor es que nunca le das el gusto a nadie. El sistema te pide tanto, ahora debes de saber de todo a una muy corta edad y, desgraciadamente, los recursos en México para conquistar el ser tan “360” es complejo. Eso te lo va dando la forma en la que te desenvuelves, el aprender sobre el camino, pero la presión siempre existirá y no todo por talento, puede ser por físico y un sinfín de peros más. Saber que este medio se basa en perfiles que luego ni el sistema sabe bien qué busca y tener mucha suerte.
En todo, es parte de mi sello. La fuerza emocional y física es ese sello en toda mi vida de expresión artística. La sensualidad se vive en todo y quitarle ese mal estigma y saberlo llevar y portar.
Sí, siempre he sido muy expresivo. Vengo de una familia muy expresiva, demostrativa de amor, de emociones y sentimientos que hasta siento que nos pasamos jaja. Al llevarlo a escena es encontrarle la forma adecuada que embone con el proyecto y la dirección lo permita. Pero entre más vulnerable te muestres al arte, más lo sientas, lo haces más vivencial, más real, más tuyo y quien reciba el mensaje lo entiende con más fondo.
Es muy raro, he tenido la suerte que en momentos ya gente me ubica o reconoce en lugares públicos. La verdad no sé cómo reaccionar más que siendo yo, educado, divertido y lindo. Hasta ahora es algo que puedo manejar en persona. Por redes sociales sí es algo más caótico. La gente pierde sentido y llega a ser grosera y muy cochina, pero al final también saber a qué darle importancia.
Las dos, una no va sin la otra. En muchos casos el arte ha sido una expresión en contra del sistema. Desde la pintura, la música, la ópera, teatro, todo ha sido para expresar. Y siento que es una responsabilidad muy grande cuando expresas algo ya que, como efecto mariposa, eso puede resonar y activarse en alguien y pues siempre esperando que sea de una forma positiva e impulsando el deseo de expresarte, sentir y disfrutar.
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Ambas opciones son con las que vivo creando y expresando. No va una sin la otra.
El tema de sentirte suficiente, ÚNICO, valioso sin tener que voltear es difícil y eso me ha perseguido. Aún trabajando en terapia es complicado no voltear y pensar qué no tuve, qué me faltó para esto o lo otro; dentro o fuera de un proyecto.
Lo vivo en toda la expansión posible. Soy un ser en extremo multifacético, puedo ser lo más varonil posible, fuerte sin decadencias o ser más femenino, jugar con esos detalles, fluir con lo que se pide. Se vuelve tan rico que se disfruta todo. No hay por qué ponerse límites y menos etiquetas dentro del arte.
El expandirme y conocer aún más de mí, a veces te limitas y piensas que ya viviste todo (de alguna forma) y darte cuenta que como en la vida, el arte siempre te sorprende. Me motiva el saber que estoy vivo y puedo seguir aprendiendo, disfrutando y viviendo de esto que tanto amo y también he padecido.
Me encantaría poder realizar un musical de gran formato de Disney o el musical Wicked. Es mi musical favorito, encararía la vida y sería la cereza en el pastel. O bailar con Danna Paola o poder realizarme como modelo para grandes marcas.
Desde el escenario hasta la lente, desde la vulnerabilidad hasta la fuerza, Tadeo nos recuerda que el cuerpo y el arte no solo se mueven sino se transforman. En tiempos de ruido e inmediatez, su arte es un acto de resistencia y de profunda belleza.
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