Por Ernesto Pareja (@holaernie)
En tiempos de corazones agrietados, heridas punzantes y amantes descreídos, aún persisten voces en cantarle a la pasión/destrucción más adictiva de las emociones humanas; el amor romántico.
Tras llenar el WiZink Center, plaza con un aforo para 17,000 personas en Madrid, España y donde encumbró su visión actual del pop en español ante sus connacionales; Sen Senra aterrizó en la CDMX para ofrecer una fecha más compacta en el Auditorio BB.
Aún con un número más reducido de asistencia el clásico foro de la colonia Condesa agotó todas sus entradas el pasado 9 de abril.
Durante la hora previa al concierto el sofocante calor capitalino fue cubierto por un ligero manto de lluvia que fue ideal para diluir las lloraditas silenciosas que estaban por brotar.
Debido a que Senra es especialista en transmitir frases plagadas de sensibilidad para todo tipo de momentos sentimentales.
Pues en su canto habitan sensaciones que ilusionan, reconfortan y enamoran, o si tú estabilidad amorosa va en dirección opuesta esas mismas líneas pueden acuchillarte el alma.
Pero como el amor en 2022 no está para tragedias griegas se nos arropó con la musicalidad del synth pop y los rasgueos de guitarra que irradian de su catálogo.
Ataviado por un tipo de bandana que cubría su rostro Sen Senra emergió entre el humo y penumbra para iniciar con la última presentación de su gira.
Es así, que durante hora y media de show resonaron en suelo mexicano temas insignia como “Sublime”, “No me sueltes más”, “Tumbado en el jardín”, “Por ti ½”, “Euforia”, “Wu Wu” o “Ya no te hago falta”.
Y de los que siempre hubo una respuesta unísona por parte de la audiencia asistente. Hecho que me parece un total obsequio para el español que de este lado del océano Atlántico una creciente multitud le reciba a coros desenfrenados.
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La pasión desbordada del público capitalino es legendaria y no se olvida con facilidad, porque sabemos que se mantendrá en la memoria del cantante (pese a tener llenos absolutos en su país) que le harán volver por más.
De manera que así pudimos ser testigos en tiempo real de un ascenso sónico del que en años venideros se estudiará con intensidad en busca de los detonadores del trayecto musical de una nueva estrella (que no pretende ser fugaz) dentro de los pasajes del pop en español.