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PANTEÓN ROCOCÓ REVENTÓ EL PALACIO

Escrito por:Jafet Gallardo

Por Jacqueline Ponce

Fotografías de César Vicuña / Cortesía de OCESA

Empujones, cuerpos sudados, cerveza en el aire y baile eran la dosis perfecta de energía para recibir a Panteón Rococó en el Palacio de los Deportes el pasado 3 de diciembre, quien ofreció un concierto ante 25 mil personas, donde la banda tocaría las canciones elegidas previamente por sus seguidores a través de una aplicación.

La innovación del concierto era un escenario de 360º en medio de la pista del Palacio de los Deportes, desde donde sus fans podían admirarlos. Como una extensión del escenario hubo un rectángulo que simulaba una pasarela por donde salieron poco a poco los músicos para dar inicio a la presentación.

Todo arrancaba con “Arréglame el alma”, tema que coreaban todos los asistentes. Los brincos iniciaban. Pequeños slams en la pista. Las primeras notas de “Hostilidades” y “La ciudad de la esperanza” sonaban. Los ánimos se iban calentando poco a poco. “Nosotros, directamente en esta noche desde la Ciudad de la Esperanza”, decía Dr. Shenka.

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Hasta la victoria

Con el puño izquierdo arriba, la gente brincaba y coreaba “Asesinos”. En la pantalla se mostraba un vídeo de indígenas. Dr. Shenka gritaba a su público: “Resiste México. Levanta el puño con la mano izquierda”. Las primeras notas de “Marcos Hall” comenzaban a sonar. Las almas reunidas hacían la señal de la V de la victoria.

Todos brincaban. Hombres cargaban a sus novias sobre sus hombros. Algunos aprovechaban la ocasión para cargar a sus hijos mientras sonaba “Dime”. Animaciones en la pantalla circular. Manos arriba, aplauden al ritmo de “Buscándote”.

El momento del primer invitado de la noche llegaba. Aarón y su grupo Ilusión eran los encargados de interpretar “Cumbia del olvido”. Hacían un homenaje a la cumbia hecha en México al lado de Panteón Rococó. Algunos de los asistentes no perdían la oportunidad para bailar con sus parejas.

Una vueltecita

Con “Pequeño tratado de un adiós”, Dr. Shenka hacía una pausa en la canción para pedir que la gente aplaudiera al ritmo de la canción. Al final de la canción se escuchan los ya conocidos sonidos del sax y de los tambores. Se realizó una rotación de los instrumentos en el escenario para cambiar la perspectiva en que el público podía ver a Panteón Rococó.

“Gracias, compañeros. Qué grato darnos cuenta que somos muchos los del Ejército de Paz, los que todavía creemos en que canciones con sentido pueden transformar un poquito la ideología y el pensar de este país. Les presentamos esta travesura que fue Panteón Rococó Random… Las canciones que han estado escuchando desde el principio del concierto hasta ahorita son exactamente esas que ustedes eligieron”, decía Doctor Shenka.

La energía iba creciendo con “La rubia y el demonio”. Shenka invitaba al segundo invitado de la noche: Luis Humberto Navejas, integrante de Enjambre, para interpretar “¿Qué pasará?”. Continuaron con “Vendedora de caricias” en versión tango en el que subían al escenario bailarinas vestidas de rojo y una de plateado con negro para bailarles a los músicos. Los hombres estaban encantados con los sensuales movimientos de las chicas.

Se curaron en salud

Las luces se tornaban suaves. El público grababa el momento mientras la banda interpretaba “Fugaz”. Algunas parejas se besaban. “Esta es la canción que todos querían escuchar, se llama ‘Cúrame’”, declaraba el vocalista. Con 5127 votos en la aplicación, “Cúrame” era de las canciones que provocaba el slam en la pista. Incluso, algunos formaron un tren por toda la pista.

Las bailarinas regresaban al escenario con “Seguir bailando”. Los chiflidos de los caballeros no se hacían esperar. Había quienes aprovechaban para tomar una foto del recuerdo. Una nueva rotación se realizaba en el escenario. Los músicos se deslizaban por todos lados para interactuar con su público.

“El Ejército de Paz está presente. ¿Qué más podríamos pedir? Se nos ocurrió hacer una aplicación donde pudieran elegir las canción que querían escuchar. Lo más chistoso de todo es que votaron por las mismas. Eso quiere decir una cosa, que la banda quiere escuchar lo mismo”, declaraba Dr. Shenka.

La banda elegía una persona para subir al escenario. El elegido era un niño llamado Gael. “Como ustedes podrán ver, Gael es un gran fan de Missael. Se vino sin playera. Vamos a hacer una cosa. Te vamos a poner una ruleta con cinco canciones. Aprietas el sombrero y eliges la canción que vamos a tocar esta noche”, le explicaba Shenka.

Al preguntarle su edad, Shenka declaraba sentirse como Chabelo, lo cual causaba algunas risas entre la gente. En la ruleta salió “Bailar contigo”. el niño se quedaba en el escenario y conquistaba a la gente mientras daba algunas vueltas de carro y se paraba de manos.

El vocalista dividió al público en izquierda y derecha. Hizo una especie de concurso y pedía que gritaran. El ganador era el lado derecho y decía: “Se ve que las chelas están haciendo bien su trabajo”.

Puro clásico

El tercer invitado de la noche era el vocalista de Liquits, quien entraba por la pasarela. Los acompañaba para interpretar “Acabame de matar”. La noche avanzaba y seguían temas clásicos de la banda, tales como “Estrella roja” y “No te recuerdo”. El momento de reflexión e indignación con alusión al 2 de octubre llegaba con “Nada pasó”. “Abajo y a la izquierda” era la canción con la que continuaron la línea musical. Agradecían a sus bandas teloneras: La Toma y Salario Mínimo.

La energía se derrochaba cada vez más y continuaban con “Toloache pa’ mi negra”, canción en la que muchos dejaron sus butacas para menear sus caderas al ritmo de las notas de Panteón Rococó. De nuevo, hacían otra rotación de instrumentos. Mientras tanto el público gritaba: “Ole, ole, ole, Panteón, Panteón…”.

Sábado de ska

El concierto era en sábado, por lo que adaptaron la letra de “Viernes de Webeo” por “Sábado de Webeo”. Continuaban con “Esta noche”. Llegaba el momento del segundo sorteo. Invitaban a otro niño del público. Rodrigo Fabián era el afortunado de compartir algunos minutos con la banda y seleccionaba “Es tan poco el tiempo”.

Con algunos tonos acústicos tocaban “La Dosis Perfecta”. “Ya es casi momento de irnos. Vamos a hacer un círculo grande donde quepan hombre y mujeres, simulando un círculo de paz. Si te pegan, no te rompas las medias”. Después continuaban con la versión normal de la canción, mientras se armaba el slam. Una chica sin playera sobre los hombros de un chavo resaltaba en medio del círculo de paz. Los hombres no perdían la oportunidad para tomarse fotos con ella.

Los últimos invitados de la noche fueron Nana Pancha para tocar “La Carencia”. “Vamos a hacer temblar este lugar”, decía Dr. Shenka luego de casi dos horas y media de concierto, mientras se lanzaba fuego alrededor del escenario. Generaban una especie de catarsis con el público mientras se hacía el slam en la pista.