Hay gestos que dicen más que mil discursos. Y el pasado mes del orgullo, Smirnoff lo dejó claro: la visibilidad también se conquista con ingenio, fuerza y, por qué no, con un toque de irreverencia.
El 28 de junio, durante la icónica Marcha del Orgullo LGBTIQ+ en Ciudad de México, la marca de vodka se apropió de Paseo de la Reforma con una intervención visual que no pasó desapercibida.
Desde un balcón privilegiado, Smirnoff desplegó una lona monumental con el mensaje: “Orgullo el que lo lea”, resignificando una de las frases más usadas para atacar —y devolviéndola como un grito de pertenencia, libertad y celebración.
A los pies de la lona, un show de vogueras encendió la calle con movimientos feroces y bengalas de humo multicolor, sumando energía a una acción que fue tanto una declaración estética como política. Fue una postal imposible de ignorar: belleza, cuerpo, fuego y resistencia.
La intervención forma parte de la campaña “Juntos Somos Orgullo”, con la que Smirnoff invita a dejar atrás etiquetas impuestas y a apropiarse de ese clásico “____ el que lo lea”, dándole una nueva lectura.
¿Qué pondrías tú al inicio? ¿Amor? ¿Deseo? ¿Libertad? La propuesta es tan simple como poderosa: borrar la ofensa y escribirte tú.
Porque la comunidad LGBTIQ+, como bien dice la marca, no cabe en una sola palabra. Es un lienzo en blanco que se llena de
voces, de cuerpos diversos, de historias rebeldes, de noches infinitas y abrazos sin permiso.
Más allá del performance, Smirnoff reafirma así su compromiso con la comunidad, no solo como aliadx visible, sino como un actor presente que escucha, actúa y celebra sin filtros.
En un momento en que muchas marcas navegan el arcoíris por compromiso superficial, esta acción destaca por su autenticidad y fuerza simbólica.
PRIDE 2025 X Smirnoff: con arte, sabor y mucho orgullo
