Noche de rock en el Lunario

El Lunario del Auditorio Nacional ofreció una unión de propuestas musicales el viernes, integrando a las bandas mexicanas Puerquerama, Nunca Jamás y Machingón en una sola noche.

“¡Puercos! ¡Puercos!”, era el grito que llamaba a la primera banda a abrir de una buena vez el show.

Así, seis hombres diferentes entre sí, con estilos distintos, salieron al escenario con ganas de empezar ya, invitando a todos a palmear al ritmo de “No me arrepiento de nada”.

La leyenda de Alex Lora se reafirmará en este documental

Para los que tienen una necesidad de decir algo pero no saben cómo hacerlo son las palabras con las que la agrupación dio pie al tema “Sal del closet”, icónico momento en que cada uno de los integrantes se quito la playera asegurando que sería la única vez en que se les vería de tal manera.

Gente del público los imitó, quitándose las playeras, como si eso los liberara y les hiciera más fácil bailar slam en el pequeño recinto.

Después de unas canciones más, con el mismo grito de protesta y el estado de frenesí al bailar, la banda estaba agradecida por el apoyo que recibe de su grupo de seguidores, así como de la gente que hace posibles sus presentaciones, reconociendo que no son los músicos más profesionales, pero que aún así tienen mucho decir.

Fotografías de Liliana Estrada

Nunca Jamás

Se despidieron entonces, dando lugar a la presentación de Nunca Jamás, quienes subieron con cervezas en mano como rastro de estar prendidos para su tiempo asignado.

A pesar de tener a tres músicos componiendo esta agrupación, conectar con su público les fue fácil en cuanto hablaron de lo orgullosos que se sienten de ser mexicanos, y de lo mucho que extrañan su lugar de origen, el estado de Sonora. “Demasiado mexicano” la canción que resume a la perfección lo que la banda es, con una ideología bien patriota.

El lado romántico del trío sale a relucir con el tema “Un minuto más”, logrando que las parejitas se besaran mientras grababan el momento para presumirse en sus instagram.

Ocho canciones completaron el repertorio de Nunca Jamás, y esto parecía no ser suficiente cuando el público pidió más. La petición se cumplió, y todos, hasta los niños, disfrutaron de esta última canción sin saber cuando será la próxima vez que verían a la banda.

Magchingón

El concierto se reservaba para la fase final a Machingón, quienes fueron ovacionados tras aparecer con sus características máscaras de luchador, contenidos de energía para cerrar la noche.

“Cómo decirte que no” hizo que el público cantara al unísono, contagiado del ritmo tan alegre que llena el Lunario. La guitarra hizo un trabajo increíble incitando a bailar o si quiera a un simple golpeteo de pie contra el suelo.

Pero la cosa no para cuando una canción que todo mexicano se sabe, sonó.

“El triste” fue coreada por los que tenían el corazón roto, y los que llevan a José José como insignia.

La noche nos sorprendió aún más. Lalo Gameros, de Caballo Dorado, fue invitado a interpretar “No rompas más”.

El publico cantó como si de un himno se tratara y, obviamente, nadie no dudó en bailar la coreografía tan conocida, que continuó con “Payaso de rodeo”. De pronto, ya no se sabía si esto era un concierto o una reunión familiar en la que tus tías competirían para saber quién conseguía bailar la canción hasta el final.