Moderatto: así se vivió el primer autoconcierto en México
Han pasado 145 días desde el último concierto masivo en México. El Vive Latino fue el último concierto previo al confinamiento a causa de la pandemia por la Covid-19.
Según el semáforo epidemiológico que actualizan continuamente las autoridades, hay algunas actividades que han podido reanudar sus actividades, restaurantes, centros comerciales, tiendas departamentales y próximamente los cines.
Pero de conciertos masivos, ni hablamos.
Existen muy pocas alternativas para la música en vivo, la principal ha sido la transmisión por streaming. Pero nada reemplaza la emoción que te da sentir las vibraciones del bajo en tu pecho, corear una canción al unísono con otras personas, deslumbrarte con las luces e incluso, espantarte con la pirotecnia. Y todo eso regresó gracias a Moderatto.
Autos moda y rock and roll
El 7 de agosto se llevó a cabo el primer auto concierto del país, fue en el Foro Pegaso en Toluca, Estado de México. Un recinto que ha albergado al Festival Ceremonia con 30 mil asistentes o al Knotfest con 40 mil, pero ahora, fueron 1500 autos con aproximadamente 4 o 5 pasajeros; es decir, más o menos 7,500 almas que olvidaron todo lo que acontece en el mundo por casi dos horas.
El acceso al Foro Pegaso fue ordenado y con las medidas sanitarias necesarias, cuatro carriles para cada una de las áreas. Un sticker en el parabrisas, revisión de cajuela y medida de la temperatura de cada uno de los pasajeros en diferentes filtros con el personal totalmente protegido.
Cubrebocas de recuerdo
Al ingresar te daban un “Kit Sanitizante”, que contenía cubrebocas y gel antibacterial. Olvídate de las activaciones y muestras gratis, ahora eso será tu souvenir. De igual manera te daban un reglamento donde además de ciertas indicaciones, había un apartado que decía que sí podías descender del vehículo, siempre y cuando te colocaras frente a él, con cubrebocas y sin acercarte a otros autos.
La mayoría hizo caso, uno que otro despistado — como siempre — no lo hizo, pero, el personal del lugar se encargó de que en la segunda o tercera canción el orden volviera a reinar y hubiera Su-sana distancia entre todos.
Imagina un estacionamiento, un cajón por auto, uno sí, uno no y así sucesivamente. En la fila de atrás de igual forma pero de manera escalonada, cual piezas de ajedrez y así se fue llenando hasta que cayó el atardecer y con ello, las luces se encendieron y el “Detector de metal” hizo lo propio.
Dos veces más grande
A las 20:00 horas sonaron los acordes de la canción que no podría faltar de Moderatto “Autos, moda y rock and roll”. El repertorio estuvo conformado por 17 canciones, donde desfilaron éxitos como “No podrás”, “Zodiaco”, “Sentimettal”, “Entrégate” y más.
En un escenario que duplicaba las dimensiones que normalmente conocemos, era un enorme cuadrado por el que fueron desfilando uno a uno los integrantes de la banda por uno a uno de los lados de la tarima.
Bryan Amadeus no abandonó la banda como lo anunciara Ventaneando, todo lo contrario, demostró que es y sigue siendo uno de los mejores frontmans del país, supo adaptarse a las “nuevas” circunstancias. El sonido era tan brutal que los cánticos de los fans se escuchaban pero no tanto, así que Bryan solicitó a los asistentes el uso de claxons, luces e incluso limpiaparabrisas para generar interacción con el público.
Olvidar el encierro
Xavi Moderatto, el bajista de la banda, sorprendió a los asistentes al iniciar el cántico de “We Will Rock You” de Queen, que dio paso a “Muriendo lento” (cover que hicieran famoso en 2004 de la mano de Belinda). Mick Marcy y Roy nos ensordecieron con sus guitarras. Y Elohim tenía una batería que tenía cuatro frentes, es decir, tocó para todos los asistentes con la brutalidad a la que nos tiene acostumbrados, además, tenía una capa que en cada tarolazo se levantaba y lo hacía lucir como un superhéroe.
El primer autoconcierto nos hizo olvidar el encierro, nos regresó ese sentimiento que tanto nos hace ir a conciertos, con miedo, sí, de pronto es inevitable pensar si uno está haciendo lo correcto, o no. Pero lo que sí es cierto es que fue un éxito, la gente se fue contenta y la experiencia fue grata, al grado que valdría la pena repetirla.
