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Michel DeQuevedo; música que derrite el frío del norte

Por: Iván Montejo 04 Jul 2018
Desde joven salió del país para conocer una escena musical diferente. Michel DeQuevedo pasó de ser el baterista del rock en español en nuestro país a ser un embajador musical en Canadá
Michel DeQuevedo; música que derrite el frío del norte

La Lupita, Julieta Venegas y Pulpo; proyectos y bandas que lo tuvieron en algún momento entre sus filas. Michel DeQuevedo se encontraba en el centro del rock en español cuando comenzaba a salir de la oscuridad. Era un momento en el que la radio por primera vez les comenzaba a hacer réplica, un tiempo difícil para él que lo llevó a abandonar el país.

La Ciudad lo asfixiaba y necesitaba un nuevo escenario para encontrarse a sí mismo, dejó atrás lo hecho en México, necesitaba otros aires. Michel DeQuevedo halló en Canadá un nuevo hogar, las diferencias en el clima y el ambiente fueron perfectas para reforzar su identidad, ideales para convertirse en un embajador de su cultura.

Parece que el espíritu de Huehuecóyotl lo abraza, el llamado coyote viejo por los mexicas, señor de la música y la danza, un dios bromista y fiestero que alivia todos los males a través del baile. Michel DeQuevedo en las tierras canadienses fue más allá de ser el baterista de una banda, creó un proyecto propio basado en los sonidos de su tierra.

Después de años en los escenarios,  Michel DeQuevedo presenta por primera vez su proyecto personal, un deseo que nace de la superación de un miedo. En Playboy México platicamos con el músico mexicano sobre las intenciones y los orígenes de su nueva aventura.

Pb: ¿Cuáles son tus influencias musicales?

DeQuevedo: Tengo muchas, empecé tocando salsa, cambié al rock y después comencé a tocar jazz. Toda mi vida ha sido una especie le licuadora musical, nunca me enfoqué a un solo género. Siempre traté de escuchar lo más posible para poder aprender de lo que más se pueda.

Pb:¿Cuándo decidiste se serías músico por el resto de tu vida?

DeQuevedo: Lo decidí cuando era muy joven, hay muchos músicos en mi familia, por ello desde chico estuve relacionado con la música. Mi mamá me metió a una clase de apreciación musical para niños a muy temprana edad. No tuve opción, siempre me decían: “Tú vas a ser músico”.

Pb: Si no hubieras sido músico, ¿cuál sería tu profesión ahora?

DeQuevedo: Me hubiera encantado ser piloto de carrera, pero siempre tuve muy claro que sería músico. Aunque hubo un momento en el que no sabía si quería estudiar veterinaria, porque mi papá lo es; en este tiempo estuve en una escuela técnica en Zihuatanejo y tenía clases de ganadería, ahí me llamó la atención. Sin embargo, la música siempre fue mi predilecta.

Pb: Colaboraste en un proyecto muy interesante que se llamó Pulpo, ¿qué pasó con la banda?

DeQuevedo: Ya había comenzado cuando yo entré y teníamos una licencia de distribución con Sony Music, pero no pasó mucho. Sacamos dos videos, uno estuvo en MTV (con bastante rotación); pero cuando estaba en la banda ya tenía planeado irme del país, la Ciudad me estaba pegando muy fuerte.

Pb:¿Fue en este tiempo cuando decidiste salir a Canadá?

DeQuevedo: Sí, ya no estaba haciendo muchas cosas en México. Estuve tocando un tiempo con La Lupita, esa etapa fue de las más importantes de mi formación en mi país y en el grupo conocí a muchísima gente nueva, como a Julieta Venegas, con quien trabajé posteriormente, Los Malditos y a Fobia. A toda esa camada que dejó ser underground del rock en español; gracias a Culebra Records, que fue la primera disquera en llevar al género a un ámbito más comercial.

Pb:¿Fue una decisión difícil salir del país? Por lo que me platicas partiste cuando comenzabas a dejar el underground del rock en español.

DeQuevedo: Claro que fue difícil, pero en el momento no pensé en eso. No estaba consciente del tamaño de la decisión que había tomado, me nubló el estrés de la Ciudad. Primero me fui a Playa del Carmen, porque Julieta paró y con Pulpo no estaba haciendo casi nada, fue un respiro para mí por un tiempo. Después no me sentí tan a gusto y se me metió a la cabeza Canadá, no tenía ni idea de lo que me iba a encontrar, fue más como una aventura.

Cuando vine no tenía planeado quedarme, compré mi boleto de regreso al adquirir el de ida. El plan era conocer y ver si me gustaba, para regresar a México y preparar todo. No obstante, al llegar aquí me gustó todo y me quedé.

Pb: Comenzaste con percusiones y ahora eres un hombre banda, si únicamente pudieras tocar un instrumento por el resto de tu vida, ¿cuál sería?

DeQuevedo: Irónicamente es un instrumento que no sé cómo tocar, me encantaría aprender y tocar el piano. Si fuera alguno de los que sé tocar ahora me quedaría con el bajo o la batería.

 

Michael-DeQuevedo-tocando

 

Pb: ¿Te gustaría aprender a tocar piano?

DeQuevedo: Conozco lo suficiente de piano para componer, el problema es que en algún momento me dio síndrome del túnel carpiano en ambas manos, aunque es una condición fácil de controlar y no afecta a mi vida notablemente, hay ciertas cosas de las que me tengo que cuidar; sobre todo movimientos repetitivos. Con el piano me pasa eso, después de tocarlo por un tiempo las manos me comienzan a doler.

Pb: Tu carrera se ha caracterizado por la diversidad y una gran cantidad de proyectos musicales, ¿cuál ha sido tu favorito?

DeQuevedo: Han sido muchísimos, cada uno ha tenido ciertas cosas que los han hecho favoritos en ciertas épocas. La Lupita es un recuerdo que tengo con muchísimo cariño porque no sólo me abrió las puertas a conocer a muchísima gente, también me la pasé súper bien: eran unos fiestones, los toquines eran muy buenos, la música era muy enérgica. Esas experiencias en el escenario y fuera de él fueron inolvidables.

Por otro lado, ahora estoy en un proyecto musical aquí en Canadá que se llama Eric St-Laurent Trio, tocamos un jazz afrocubano. Musicalmente es muy refinado, requiere de mucha atención, de mucha técnica y creatividad; además de improvisación.

Pb: Pudiste experimentar la escena musical en nuestro país y en Canadá, ¿en qué se diferencian?

DeQuevedo: Las principales diferencias entre los dos es el tamaño del mercado. Canadá, aunque en territorio es uno de los países más grandes del mundo, tiene una población muy pequeña. Debido a que la mayor parte del territorio está cubierta de nieve, toda la población está concentrada en la frontera con Estados Unidos. Es un país que tiene un poco más de 30 millones de habitantes, si lo contrastas con México es casi la población de la Ciudad de México. Ahí se encuentra la mayor diferencia, en las posibilidades que tienes de exposición.

Musicalmente también existen diferencias, en México tenemos influencias latinoamericanas y la música folclórica mexicana. Acá hay mucha influencia estadounidense, no quiero decir que sin sabor, porque creo que todo tiene y depende de los gustos. El origen es muy diferente, al igual que las formas de escribir y los sonidos.

Pb: Últimamente has fungido como una especie de embajador de la música latina en el extranjero, ¿cómo ha sido esta experiencia?

DeQuevedo: En primer lugar, tienes el apoyo de los mexicanos que están por acá, cada vez que nos juntamos es una fiestota; también hay muchas comunidades latinas, hay salvadoreños, ecuatorianos, argentinos, colombianos, chilenos, de todas partes de Latinoamérica. Es emocionante cuando nos reunimos todos. Tengo un amigo que se llama Saúl Torres, que hace covers de rock en español, cuando va a tocar todos vamos a verlo y hacemos lo mismo con otro músico que le decimos el Oso. Todos fungimos como embajadores de la música mexicana acá.

Se siente bonito porque también viene gente de Canadá y de todo el mundo a vernos. Toronto tiene una comunidad cultural muy variada, es emocionante mostrarles a todos cuáles son nuestras raíces, qué es lo que hacemos y cómo nos divertimos y vivimos.

Pb: ¿Cómo ha sido la colaboración con Quique Escamilla?

DeQuevedo: Él llegó dos o tres años después que yo acá y lo conocí por ese tiempo. Quique estaba buscando hacer una banda con mexicanos y un amigo en común nos presentó. Nos conocimos en una fiesta, donde tocamos juntos. Él se movió muy bien y lo ha demostrado, se ganó un Juno, que es como el Gramy canadiense.

Pb: ¿En tu nuevo proyecto continúas siendo un hombre orquesta?

DeQuevedo: Voy a hacer más colaboraciones con otros músicos, a mí me gustaría hacer lo más posible y trabajar en el disco lo más que pueda, pero, siendo realistas, hay cosas que no puedo hacer muy bien. Si voy a sacar un producto, que va a ser mi primer proyecto original, tiene que salir bien. Sé de mis limitaciones y no me voy a poner de necio, si yo no puedo y existe alguien que lo puede hacer mejor y me va a hacer sonar bien, ese es el camino a seguir.

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Pb: ¿Qué podemos esperar de tu próximo álbum?

DeQuevedo: El plan es hacer una fistesota, la música que más me gusta es la que me hace bailar, la que me hace sentir contento. Lo que quiero hacer es música con buena energía y tratar de hacerlo lo más alegre posible. Obviamente cuando estás escribiendo también tienes que abarcar los otros sentimientos; también habrá algunas canciones que hablan de momentos oscuros de mi vida, pero al mismo tiempo quiero compartirlo para que todo el que esté en un momento similar tenga razones para salir.

Pb: ¿Cuál ha sido el punto más alto en tu carrera? ¿Cuál fue el más difícil?

DeQuevedo: El más alto fue ir a los MTV Music Awards con Pulpo, que fue un video que tuvo gran rotación en el canal. Lo sacamos un poco tarde para ser considerado para premio, pero al director de MTV en ese momento le gustaba mucho la banda y nos invitó con pases de alfombra roja. Entramos al teatro en Miami, primero Korn y después nosotros. Éramos unos desconocidos, pero fueron nuestros 15 minutos de fama.

El punto más difícil creo que fue cuando me vine a Canadá, el primer año. Nadie me conocía, no tenía trabajo, tenía muy poco dinero, vivía en un muy mal vecindario, prácticamente en un clóset. En ocasiones no tenía para comer, eran momentos de desesperación donde no sabía lo que iba a hacer. Aunque una de las cosas que tenía muy clara era que tenía que ser músico; tuve ofertas para hacer trabajos de construcción o inventariado que hubieran sido una salida muy fácil, no los tomé porque mi idea era hacer lo que amo. Esa decisión me provocó momentos muy complicados.

Pb: Has tenido una larga trayectoria como músico, ¿por qué hasta ahora presentas tu primer proyecto personal?

DeQuevedo: La respuesta más honesta es miedo al fracaso. No estaba completamente seguro (todavía no lo estoy) de que soy un buen compositor y cantautor. Durante mucho tiempo escribí canciones: una noche llegaba motivado escribía y me iba a dormir  y a la mañana siguiente lo leía y lo tiraba. Además tenía la comunidad de trabajar como músico detrás de quien fuera la persona que estaba al frente, es una posición más fácil y cómoda.

 

 

El miedo me hizo dejarlo y no mejorar, siempre lo dejé hasta que aquí quise aprender. El plan original era aprender producción musical, cuando tenía todo el equipo no sabía qué grabar, no tengo la mejor idea de qué estoy haciendo. Comencé a escribir canciones con el propósito de grabar y experimentar con los sonidos, aprender a mezclar. Le mostré el resultado a mis conocidos y les gustó, ahí me di cuenta que a lo mejor no soy tan malo.

Pb: ¿Cuál fue tu primera experiencia con Playboy?

DeQuevedo: Es un ícono de nuestra generación, algo que siempre ha estado presente en nuestras vidas, ahora ser entrevista por Playboy es un honor enorme.

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