Medea no era una femme fatale

Por Adán Medellín (@adan_medellin)

Medea fue un personaje femenino extraordinario por su mezcla de pasión sexual, intereses políticos y temperamento. El director teatral Germán Castillo conversó sobre ella con motivo de su actual puesta en escena de la tragedia clásica homónima.

Modelo de la tragedia griega, el personaje de Medea ha sorprendido durante siglos por la complejidad de un carácter moldeado por el desamor, la venganza, la pasión sexual y los intereses de poder de su protagonista. Medea es una mujer contraria a la pasividad, que no duda en sacrificar a sus propios hijos con objeto de darle una lección a Jasón, el marido que la desprecia para casarse con la hija de Creonte justificándose en motivos políticos.

Entrevistamos al reconocido director teatral Germán Castillo con motivo de su versión contemporánea de la obra clásica de Eurípides, que se presenta actualmente en el Teatro Helénico.

Playboy: ¿Cuál es el mayor reto de hacer la dramaturgia y la dirección de una obra clásica como Medea para el público actual?

Castillo: Yo creo que a veces pensamos que las obras clásicas son muy difíciles para un público contemporáneo. No lo veo así, creo que era más difícil para el público de su tiempo porque era gente, en general, más sencilla, menos ilustrada, con menos referentes, con menos nociones de las distintas culturas. Aunque están algo distraídos con las ofertas del entretenimiento o las ofertas del consumo, para el hombre contemporáneo prevalece la necesidad profunda de confrontarse con los grandes mitos de la humanidad.

Playboy: En su versión, se aprecia el uso de tierra, agua, piedras, además del círculo concéntrico. ¿Qué buscaba al emplear estos elementos tan básicos en su espacio escénico?

Castillo: Fundamentalmente, una invocación de los tiempos fabulosos, no de la Grecia helenista, sino de la Grecia previa a Homero, que es donde surgen estos mitos. Es una cultura bastante primitiva, agrícola, guerrera y pastoril. Toda vida con estos rasgos vive de la tierra y del agua. Son comunidades pequeñas, circundadas por la otredad. En cuanto al círculo concéntrico, casi toda ritualidad implica una serie de estas figuras y yo lo quise hacer en el espacio, porque es una sala muy pequeña en la que el público está casi dentro del suceso.

Playboy: Su versión enfatiza la violencia de Medea. ¿Cree que la educación, la cultura, la corrección social podrán domesticar alguna vez estos sentimientos que yacen en el fondo del ser humano?

Castillo: Creo que no. Los controlan en algunas etapas más, en otras menos. Yo le diría que los años 60 se desamarraron y parece que eso está sucediendo otra vez, de manera global. El rock es una muestra de ello. Yo enfaticé la actitud de sujeto de Medea. Medea es un sujeto que pacta con un semejante una alianza política que les conviene a ambos, y esta alianza tiene el ingrediente de la pasión sexual, pero no es lo fundamental. Lo que importa es la alianza política, de interés por el poder. Y si al poder le agrega usted la sexualidad apasionada, tenemos una bomba bastante buena.

Playboy: Ahora que menciona esta feminidad mucho más política y de mayor libertad sexual, aunados al carácter tormentoso de Medea, ¿cree que sus rasgos femeninos se comprenden mejor en el público actual dadas las circunstancias del girl power?

Castillo: Tal vez hagan más catarsis con las mujeres que antiguamente. Medea, para su tiempo, es una mujer sumamente extraordinaria, fuera de la regla. Actualmente es una mujer que está mucho más cerca de la norma de la mayoría. Toda muchacha aspira al poder y a una sexualidad auténtica, e ingresar a ella como sujeto, no como objeto.

Playboy: Sin ánimo de ser reduccionistas, ¿considera que Medea era una femme fatale de la tragedia clásica?

Castillo: No, es una mujer con convicciones políticas, una mujer que traiciona por sus ambiciones y cuando ve roto este pacto evidentemente se siente traicionada y ejecuta una venganza brutal. Pero no más brutal que las que se ejecutan actualmente. Medea no es una femme fatale, sino una mujer-sujeto. Lo que la define es que su sexualidad es para ella, no para el otro.

Playboy: Los problemas entre Jasón y Medea son un ejemplo más de los problemas amorosos entre los sexos. Como creador escénico, ¿cree que los hombres y las mujeres hablamos siempre un lenguaje distinto?

Castillo: Creo que en momentos hablamos el mismo. Por ejemplo, en el encuentro amoroso. Empezamos a hablar distintos lenguajes cuando esta comunión se rompe, cuando ésta deja de ser tan poderosa que permea los tiempos posteriores. Entonces empezamos a pensar distinto, porque estamos buscando otro encuentro que nos brinde el mismo poder, la misma fuerza que hallábamos en el anterior.

Medea.

Teatro Helénico (Av. Revolución 1500, Col. Guadalupe Inn, Ciudad de México)

Lunes a las 8.30 pm, en el Foro La Gruta, hasta el 4 de abril.

Localidad: 200 pesos