¡”La obra que sale mal” es genial!

La compañía de actores de la Universidad Tecnológica de Tlalpan ha decidido montar la obra “Asesinato en la Mansión Haversham” al más puro estilo de un drama policiaco inglés, incluyendo todos los elementos necesarios para la historia: un joven rico a punto de casarse que es hallado muerto en una mansión victoriana; una novia sexy, interesada e infiel; un amigo traidor; un inspector que no se traga la versión oficial y un mayordomo
misterioso…

Sólo que las cosas se descontrolan, digamos que no salen según lo planeado. O más bien, nunca saldrán bien en esta divertidísima obra que nos regala risas, parodias y comedia cuando una compañía de inexpertos actores tiene que arreglárselas para continuar con un montaje lleno de imprevistos, errores, olvido de diálogos, mala pronunciación y una escenografía que, literalmente, se cae a pedazos en el escenario.

La obra que sale mal recibió el prestigio Premio Tony a mejor escenografía en 2017 y eso no es poca cosa. La puesta en escena llega a México bajo la batuta del director original de Mark Bell y no escatima en los detalles de la producción. Bell de verdad hace explotar el escenario ante nuestros ojos impresionados y aprovecha brillantemente cada elemento escenográfico para trasmitir el desmantelamiento de una compañía como si fuera el de una pomposa casa británica.

Pero no todo se limita a una brillantísima producción sostenida en un relevante trabajo sobre la escenografía. Bell somete a los actores a un ritmo dramático implacable, como el de una bola de nieve que se transforma en una avalancha. Las risas y el goce de los espectadores se sostiene por las repeticiones de diálogos, los juegos de palabras, la parodia, la interacción directa con el público y hasta la sustitución de actores, porque ¿qué más puede hacerse si tu joven sexy se desmaya porque le cayó un prop y sólo te quedan tu carpintera y tu sonidista para continuar con la función?

En un brillante juego de cajas chinas donde la obra que se cuenta refleja y parodia irreverentemente la obra que intentaba contar, La obra que sale mal también desmantela y aprovecha los clichés dramáticos hasta convertirlos en algo irrisorio: exhibe la pose, la sobreactuación, la artificialidad, la imprecisión, el balbuceo, la desincronización y la rivalidad actoral en un carrusel de defectos que provoca los equívocos y la catarsis de los asistentes.

Así, La obra que sale mal consigue fascinarnos y entretenernos con un humor ligero y lleno de explosiones, pero que no cae en la simpleza del pastelazo ni subestima la inteligencia de su público. En la muestra de la aparente torpeza y falta de pericia de sus actores, se ríe del teatro haciendo teatro y consigue crear un éxito desde las cenizas de un montaje desastroso. Al salir, de ella, sólo queda preguntarse con una sonrisa: ¿es posible que una obra donde todo sale tan mal pueda ser una delicia semejante?

La obra que sale mal
Teatro Helénico
Av. Revolución 1500, Col. Guadalupe Inn, Del. Álvaro Obregón, CDMX.
Del 12 de julio al 26 de agosto
Funciones:
Jue-Vie 20.30 h
Sábado 17 y 20.30 h
Domingo 17 y 20 h
Dirección: Mark Bell
Elenco: Irene Azuela, Adrián Vázquez, Juan Carlos Medellín, Artús Chávez, Ivan Carbajal,
Daniel Haddad, Luis Rodríguez, Ari Albarrán.