La maldición de Ghost en México: robos, Covid e infección estomacal

El primer muerto reportado por Covid estuvo en el concierto que Ghost ofreció en el Palacio de los Deportes el 3 de marzo de 2020. Cinco años después el Papa V Perpetua sufrió de una infección estomacal que lo hizo cancelar el primero de los tres conciertos que ofrecería en ese mismo recinto.

Ghost en México. FotoÑ César Vicuña / Cortesía de Ocesa
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“Papa Perpetua… aunque ayer fui el Popó Perpetua y eso no estuvo chido”. Así sonaría en español lo que dijo Tobias Forge a propósito de la infección que lo mandó a la lona durante la segunda actuación.
En la primera, se definió como un “gringo” que había llegado a México junto a su ejército pidiendo demasiado y por eso le había caído la Maldición de Moctezuma.
Pero pasada la Noche Triste de quienes se quedaron con las ganas de ver el Skeletour de la agrupación sueca, los conciertos del 24 y 25 de septiembre se realizaron sin contratiempos. El Papa y sus Nameless Ghouls ofrecieron un setlist bastante equilibrado de viejos y nuevos hits.
Sorprendió la energía y compromiso con que los cientos de miles corearon todas, sin excepción, las 20 y 21 canciones que el grupo tocó. Hubo momentos memorables, que se repitieron con precisión milimétrica durante ambas fechas. La ensordecedora euforia con que se recitaron los hombres de los seis demonios en “Year Zero” (Belial, Behemoth, Beelzebub, Asmodeus, Satanas, Lucifer) para estallar con un eufórico “Hail Satan!”, mientras sobre el escenario se derramaban luces rojas y al fondo la pantalla proyectaba un vitral de iglesia con la imagen del único ángel que se rebeló a la voluntad de Dios.

Ghost en México. FotoÑ César Vicuña / Cortesía de Ocesa
Pero no todo fueron blasfemias. Los conciertos contaron con sus momentos románticos. En medio de la pista, un chico maquillado de pandita, emulando al Cardinal Copia, aprovechó para pedirle matrimonio a su novia, ataviada como monja, y bailar juntos “Mary on a Cross”.
Ya se había anunciado. A los asistentes se les guardarían los teléfonos en unas bolsas con cerrojo, “para que vivieran la experiencia en vez de dedicarse a tomar fotografías y videos”. Hoy se sabe que la razón de fondo es que Ghost registró sus actuaciones en México para, después, comercializarlos de alguna forma.
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Está bien. Muchos nos damos por bien pagados con la experiencia de atestiguar la actuación de un grupo como Ghost en su momento de esplendor. Hasta propina nos tocó a quienes recogimos algún billete, estampado con la imagen de Perpetua e identificado con el monto de 666 unidades, de los que se lanzaron en “Mummy Dust”.
A Ghost lo persigue una especie de maldición. La primera vez que el grupo se presentó en México en 2013, como abridor de Iron Maiden, el Papa Emeritus II subió al escenario sin Mitra y los Ghouls vestidos con sudaderas, porque habían sufrido un robo.
Después vino la coincidencia de que el primer muerto en México, reportado a consecuencia del Covid, asistió a su presentación en el Palacio. Como el mismo Papa canta en “Rats”: “En tiempos turbulentos, en tiempos como estos, de creencias contagiosas y Propagación de enfermedades”.
Moctezuma la trae con Satán.

Ghost en México. FotoÑ César Vicuña / Cortesía de Ocesa