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James Conner, la mejor historia en el primer cuarto de la NFL

Por: Iván Montejo 28 Sep 2018
La batalla de James Conner trascendió los emparrillados cuando se le detectó una enfermedad que potencialmente podía acabar con su vida
James Conner, la mejor historia en el primer cuarto de la NFL

Prácticamente estamos en un cuarto de la temporada de la NFL y las historias que por meses se construyeron en la pretemporada se han venido derrumbando. La preocupación por las intercepciones de Patrick Mahomes durante los campamentos de entrenamiento se ha convertido en asombro por las 13 anotaciones que ha hecho en tres partidos; la confianza de los Patriots en su cuerpo de receptores se ha finalizado tras una serie de desafortunadas lesiones y el esperado regreso de Jon Gruden se está convirtiendo en una pesadilla para los Raiders.

Parece que los siete meses de letargo crean un sobreanálisis de los equipos y jugadores, en ocasiones son acertadas, pero en muchas ocasiones no lo son. Una de aquellas historias fue la del número 30 de los Pittsburg Steelers, un camino improbable que se está materializando con cada acarreo.

Una nueva oportunidad

En 2014, James Conner era uno de los mejores corredores de la NCAA; defendiendo los colores de las Pittsburgh Panthers corrió 1,765 yardas y anotó 26 touchdowns. En temporada siguiente, tenía todo para colocarse como uno de los mayores prospectos, pero la pesadilla de todo jugador lo afectó al romperse el ligamento colateral en el partido inaugural de la temporada.

Aquella noticia es devastadora para cualquier corredor, es una tragedia perder todo un año en un deporte en el que sólo tienes cuatro para demostrarle a los profesionales lo que tienes. En el caso de Conner fue mucho peor, ya que con la lesión detectaron que tenía la enfermedad de Hodgkin, un tipo de cáncer que afecta a los glóbulos blancos de la sangre.

Decidió enfrentar la enfermedad en lugar de negarla: “Me di cuenta que el miedo es una elección. Elijo no temerle al cáncer. Elijo luchar y voy a ganar”. Un año después estaría libre de cáncer y correría 1,092 yardas y realizaría 16 anotaciones.

Conner, a pesar del esfuerzo en su último año, no se encontraba entre los mejores corredores de la liga. Leonard Fournette y Christian McCaffrey se llevaron todos los reflectores durante el Draft, fueron los únicos corredores en ser elegidos en la primera ronda; acción que se está haciendo más rara en una liga donde  Le’Von Bell es el mejor de su posición y fue elegido en la segunda ronda.

Conner se hizo compañero de equipo del mejor de la liga al ser elegido después de 104 jugadores. Ser el segundo corredor en los Steelers no era sencillo, los partidos se resumían a ver a Le’Von Bell dominar desde la banca, mientras sus compañeros de tercera ronda, Alvin Kamara y Kareem Hunt, estaban impactando en el emparrillado.

Tomar el protagonismo

Su lugar en la banca cambió de un día para otro con la disputa salarial entre Bell y los Steelers. Por segundo año consecutivo Pittsburg lo asignó como jugador franquicia, lo que le garantizaría un sueldo de un año por 14.5 millones de dólares. Sin embargo, el corredor estrella desde hace dos temporadas está buscando un contrato por múltiples años y para demostrar su descontento se ha ausentado de todos los entrenamientos y partidos.

La disputa salarial de Bell determinará el futuro de la posición, debido a que se convertiría en el mejor pagado de toda la historia. Mientras ese día llega, James Conner tomó su lugar y se ha convertido en un ejemplo para cualquier persona que combate a la enfermedad.

 

 

Conner podía darse por vencido, se podía haber dado cuenta que jugaba en una posición que tiene sobredemanda, que la posibilidad de ser profesional era ínfima y se reducía con su enfermedad, que en el año en el que le detectaron el tumor 23 mil 900 estadounidenses murieron por este cáncer; pero no se dio por vencido, salió adelante y este año se convirtió en el corredor titular de los Steelers.

Sin duda, el momento cumbre de la temporada se dio tras el partido en contra de los Chiefs. Poco importó la derrota, al final se trata de un juego y, como dice el lema de la NFL “Football is Family”; en medio del campo las cámaras captaron el abrazo entre Conner y Eric Berry, profundo del equipo rival.

El defensor no jugó por una lesión, pero Berry venció el mismo tipo de cáncer en el mismo año en el que se le detectó a Conner. El abrazo entre los sobrevivientes le dio la vuelta al mundo deportivo, el corredor de los Steelers resumió el momento de la mejor manera: “sólo estamos contentos con la posición en la que estamos, ser capaces de inspirar a otros y estamos agradecidos de continuar practicando el deporte que amamos”.

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