El trío de Chicago, Horsegirl, anuncia su álbum debut, Versions of Modern Performance y presenta el sencillo y video, ‘Anti-glory’.
Penelope Lowenstein (guitarra, voz), Nora Cheng (guitarra, voz) y Gigi Reece (batería) – las mejores amigas que componenen Horsegirl – hacen todo de manera colectiva, desde escribir canciones, turnarse en la voz e intercambiar instrumentos hasta el sonido y el diseño de arte.
La cercanía y fortaleza de su lazo es evidente en cada segundo de su debut. Las letras son intencionalmente impresionistas y de interpretación abierta y un sonido que oscila con alegría y entusiasmo entre diferentes estilos, Versions of Modern Performance, ofrece muchos caminos.
Después de ‘Billy’, el sencillo ‘Anti-glory’ es elástico y propulsor, cautiva al oyente con un llamado central: “Dance / Dance / Dance / Dance / With me”.
El video, dirigido por Erin Vassilopoulous, exude confianza y exhibe la habilidad de Horsegirl para hace capas de sonido.
“Escribimos ‘Anti-glory’ casi por accidente, mientras jugábamos con una vieja canción durante el ensayo. La canción se completó de inmediato y mirando atrás, no tenemos idea de cómo la escribimos” explica la banda.
“Como siempre, esta canción y el álbum son para Chicago, nuestros amigos, las bandas de nuestros amigos, todos los que pueden tocar la guitarra y todos los que no pueden tocar la guitarra”.
La amistad en las tres va más allá de Horsegirl. Reece y Cheng, en su primer año de universidad, y Lowenstein, en su último año de bachillerato, aprendieron a tocar – y se conocieron- a través de los programas juveniles para las artes de Chicago, y tienen su propio mini underground, con todo y distribución de zines.
Se regocijan en el talento de sus amigos y dicen que cualquier banda de la escena podría ser elevada de la misma forma en que les sucedió a ellas.
Versions of Modern Performance fue grabado con John Agnello (Kurt Vile, The Breeders, Dinosaur Jr.) en Electrical Audio de Chicago.
“Es nuestro debut fundamental en una institución de Chicago con un productor que nos parece que realmente ha respetado lo que estamos tratando de hacer”, dice la banda.
A lo largo del disco, Horsegirl jugó expertamente con texturas, formas y sombras, mostrando su gusto por la improvisación y experimentación.
Uno puede oír elementos de la música independiente de los ‘80s y ‘90s que tanto ama la banda —las melodías cutres de lo que antes se conocía como “college rock,” el brillo alegre y espacial de las repeticiones lounge y noir de los ‘90s; el rugido ruidoso del shoegaze; los hooks económicos y ritmos del post-punk.
Incluso hay algo de no wave por si acaso. Pero cuando Horsegirl fusiona todo esto, no parece un pastiche o una nueva versión de eso, sino algo tan juguetón y único como lo de sus antecesores.
Se les puede entender mejor como parte de un continuo, pero están construyendo algo por su cuenta.