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Sólo conoces a los “headliners” o peor: únicamente ubicas a las bandas que eran famosas hace unos cinco años.
“Está bien, pero creo que le podrían bajar un poquito”, si pensaste esto, es momento de que te vayas a casa.
La gente disfrazada del EDC te pareció “demasiado”, o crees que “huele mucho a petate quemado”. Ñor.
Te aventaste la ñorez de llegar en coche y tardaste cuatro horas en salir del estacionamiento, porque “iba a ser más cómodo”. No puede ser.
Si te quejas de la cerveza caliente o no entiendes porque “no sirven un trago decente”, tal vez seas demasiado viejo para andar ahí.
Cuando tenías 15 años, eras capas de soportar la presión de miles de personas, con tal de estar en primera fila. A los veintitantos no tenías problema de estar un poco más afuera “para poder ir por más chela”. Tal vez ya llegó el momento de que te compres la edición especial de concierto en DVD (por aquello de la caja padre) y lo veas en la comodidad de tu hogar.
La verdad es que andan alrededor de los 22, pero desde tu perspectiva “todo mundo se ve muy chamaco”.
Antes, le sonreías a una chica y ella te sonreía de vuelta. Ahora, de entrada no ves a nadie a quien sonreírle y cuando lo haces, las chavas te ven con cara de “creo que el señor está perdido, tal vez necesite ayuda”.
No entiendes porque hacen que “la gente camine tanto”
No sólo no te gustó la comida, sino que te quejaste y querías hablar con algún gerente… con 120 personas esperando por un dogo detrás de ti.
Entiende: zapato “tipo teni” y pants para correr, no es apropiado para ningún lugar.
Acéptalo, no la pasas nada bien. Ya presumiste que tienes boleto para el Vive, pero sólo quieres ver a dos bandas y te aterra tener que pasar la tarde ahí. Los festivales son para disfrutar de golpe y porrazo, muchas de las cosas que ahora te tomas el tiempo de hacer. Si ya no es tu momento, ya no es tu momento. Llegó la hora de las comidas y el vino, ¿y sabes qué? Eso está muy bien.