Kevin Paker se levanta temprano. La mente maestra de Tame Impala responde a una llamada de Playboy México desde su casa-estudio en Perth. En México son las 9 de la noche de un viernes, pero allá, en el continente australiano, el músico debe tener abierta la ventana porque se oye el cantar de unos pájaros.
“¿Te molesta? ¿Interfiere en tu grabación?”, me pregunta, amable, el tipo que nos tiene a todos tarareanto la melodía de Borderline desde el año pasado. “De ninguna manera”, le respondo. “Es sólo que me da envidia, la Ciudad de México es muy ruidos y rara vez puedo escuchar algo así cuando abro mi ventana”.
Este 14 de febrero se publica The slow rush, el cuarto disco en su trayectoria. Producido, tocado y compuesto en su totalidad por Parker, en el que aborda el paso del tiempo como temática principal. Consta de una docena de canciones, parte de las cuales conformarán el setlist del concierto que Tame Impala ofrecerá el 19 de marzo en el Foro Sol de esta capital y el 21 en Monterrey, dentro del Festival Pa’l Norte.
“Prácticamente puedo escribir en cualquier lugar. Es verdad que hay sitios incómodos, pero a veces la incomodidad es lo mejor que hay para explotar la creatividad. Por lo menos para mí. La creatividad proviene de la energía más tensa, como la que se produce de un sitio nuevo. Pero también me agrada la idea de alquilar una casa alejada de todo, en medio del campo, y encerrarme ahí cinco días a solas para componer canciones. Puedo escribir música donde sea, pero para grabar sí necesito estar en mis lugares favoritos. Ahora mismo estoy en mi estudio en Perth, que prácticamente es mi segundo hogar”, dice.
Un bello desastre
Entre las influencias que alimentaron The slow rush figuran ritmos tan dispares como el hip hop, la música tecno y la electrónica pura, aunque estos no se perciban explícitamente, añade Parker. Entre los conciertos que como público le han marcado radica el de Chemical Brothers en Glastonbury, festival en el que compartió cartel con los británicos.
“Mi gusto musical es sumamente ecléctico. Me explico, cuando te gusta una sola cosa resulta muy sencillo enfocarte en ello, pero cuando te agradan tantas cosas es muy difícil encontrar la manera de que todas encajen. El reto fue que este disco no acabara siendo un desastre (Risas), pero incluso aunque lo fuera, a veces aunque sea un desastre, me gusta que sea un bello desastre”.
La entrevista completa se publicará en la edición impresa de Playboy México correspondiente al mes de marzo, ¡no te la pierdas!