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Entrevista a Juan Villoro: “Voy a muchos conciertos, hasta al de Miley Cyrus”

Por: Jafet Gallardo 08 Dic 2014
Juan Villoro se presentará en el Museo del Chopo junto a los Caifanes Alfonso André y Diego Herrera; el bajista […]
Entrevista a Juan Villoro: “Voy a muchos conciertos, hasta al de Miley Cyrus”

Juan Villoro se presentará en el Museo del Chopo junto a los Caifanes Alfonso André y Diego Herrera; el bajista de La Barranca, Federico Fong; y el guitarrista Javier Calderón. Aquí nos habla de su pasión rockera.

Entrevista a Juan Villoro, por Arturo J. Flores (@arthuralangore)

“Sigo yendo a muchos conciertos”, me dijo Juan Villoro en entrevista hace unos meses, durante la promoción de su libro Balón Dividido en los días del Mundial en Brasil. “El último que vi fue el de Miley Cyrus, después de que dejó a Hanna Montana e iba en un camino interesante de convertirse en una rockera más heavy”.

La respuesta a por qué el autor de Crónicas Imaginarias acudió a escuchar a la intérprete de “Wrecking Ball” está en la pregunta que le formulé antes: ¿por qué dejaste el periodismo de rock?

“Porque es muy difícil mantener todas tus pasiones y hacer de todo durante todo el tiempo. Me sigue gustando el rock, claro. Tengo una hija de 14 años que me acompaña a muchos conciertos. A Bruce Springsteen, por ejemplo, lo vimos juntos. Pero ése era mío, también hemos ido a muchos de ella. El jueves esteremos con Avril Lavigne”, expresó.

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Juan Villoro también había acompañado a su heredera a la presentación de Justice, “este grupo francés que viene del techno”. Sin embargo, reconoció “ya es difícil escribir como crítico de rock de tiempo completo”.

Sin embargo, el performance que ofreció en la pasada edición del Festival Vive Latino junto a Diego Herrera, Alfonso André, Federico Fong y Javier Calderón, quienes tocaron mientras el escritor leía fragmentos de su libro Tiempo transcurrido se repetirá esta noche de jueves 4 de diciembre y mañana, viernes 5, teniendo al Museo del Chopo como escenario.

Al respecto, valía la pena rescatar fragmentos de la conversación.

“Me gusta mucho el rock y me gusta mucho relacionarlo con la escritura. Ahora nos han invitado a presentarnos en el Zócalo, también queremos hacer una grabación, algo mucho más grande”, dijo Villoro emocionado, sobre el show que hoy lleva el título de Mientras nos dure el veinte. “El arquitecto de todo es Diego Herrera, que tiene la intención de hacer más canciones habladas. Toda proporción guardada, estamos en la estela de Lou Reed y Laurie Anderson, gente que ha hecho relatos con música continua de fondo”.

El rock no lo abandona, estableció, “porque también estoy escribiendo una obra de teatro inspirada en Lou Reed que me pidieron de España. Siempre ha habido guiños en mis libros. En mi novela Arrecife, los protagonistas tenían una banda de rock, Los Extraditables, que los marcó”.

Entrevista a Juan Villoro

¿El periodismo de rock ya no te atrae?

El rock está muy presente en mi escritura, pero ha cambiado mucho. Ya no es tan estimulante como antes, por muchas razones. Por un lado, el rock me gustaba como contracultura, como una oportunidad de cambiar los comportamientos de la tribu. Eso fue en los 60, cuando por escuchar rock te vestías de otra manera, abrazabas otras religiones, te drogabas y amabas de otra manera. El rock representaba un cambio de comportamiento. Esto ya no es el caso hoy en día, porque el rock perdió el sentido contracultural que tuvo. Antes, buscar información de los grupos representaba algo fascinante porque no era fácil. Casi era como ir detrás del Santo Grial. De pronto salía un disco genial y como no llegaba a México, había que preguntar quién tenía un tío, un primo o un sobrino próximo a viajar a Estados Unidos, y había que juntar la colecta para comprarlo. Y luego preguntarnos ¿cómo le hacemos para conseguir información de ese disco? Toda esa dificultad de acceso se parece al trabajo de los arqueólogos. A pesar de que el rock era cultura de masas, a México no llegaba. En cambio, hoy en día cualquier persona tiene acceso a mil cosas a través de Internet y por eso el valor contracultural del rock ya no es importante. Ha habido chispazos, como fue el grunge o el peso de los emos, pero ninguno marcó una pauta en los comportamientos sociales.

Con base en la entrevista que realizaste a Mick Jagger, ¿dirías que las disqueras son más un obstáculo que un enlace entre los periodistas y los músicos?

Depende qué compañías. Yo tuve una súper relación con Virgin, esa entrevista con Jagger fue especial. Él sólo iba a dar 5 y yo era el quinto, el cuarto fue un alemán que lo quería desmitificar. Le dijo cosas muy ciertas, pero que no cambian su valor cultural, como que es un mal cantante, un mal actor que ha hecho películas fallidas… pero eso no le quita ser parte de los legendarios y todavía activos Rolling Stones. Jagger suspendió las entrevistas después de eso, pero tuve la fortuna de que aceptó una más, la mía. Entonces se dio la dinámica de policía malo, policía bueno. El alemán fue el malo y yo tenía la oportunidad de que Jagger se reconciliara con la prensa. Como es un gran seductor, no quería acabar mal su día. Además, le cayó en gracia que fuera mexicano, aunque iba representando un medio español. Se soltó mucho, y hablamos de los temas que la compañía discográfica había prohibido. A Virgin le gustó tanto que después pidieron que yo hiciera la entrevista con Peter Gabriel y eso me permitió pasar un día entero en su casa.

En la crónica que escribiste dijiste eso, que había preguntas prohibidas y sin embargo no respetaste la prohibición.

Soy del colegio alemán y tengo tendencia a la obediencia y la disciplina. Si algo no está permitido, rara vez lo hago. No soy del tipo que dice “me vale madres”. Entonces me dije, ¿qué hacer si me están dando una lista de preguntas prohibidas? Pues lo más sano para mí fue no leerla. La doblé y me la guardé en el bolsillo. Mejor las ignoré para no caer en la tentación de no formularlas. Y hasta que terminó la entrevista, las leí: “No hable del 11 de septiembre”, y hablamos del 11 de septiembre. “No hable del divorcio de Mick con Jerry Hall”, pero fue él quien lo sacó. “No hable de otros grupos ni de chismes”y fue Jagger quien despotricó contra las Spice Girls. “No hable de los Rolling Stones, sólo del disco de Mick Jagger”, pero hablamos de ellos. Todo lo que estaba prohibido fue lo que le dio sentido a la entrevista.

Eres un cronista destacado, ¿algunas vez caíste en lugares comunes cuando te tocó escribir la crónica de un concierto?

Es inevitable caer en eso, pero en la medida que te construyes una visión propia, te fijas en lo que los demás no.

¿Cómo es que el rock no puede salir de tu literatura?

No estoy obsesionado con el rock. He seguido algunos grupos con los años . Hay cosas que van y vienen, pero tarde o temprano regresan a mí. Cuando escribí el guión de la película Vivir Mata, que fue un resultado insatisfactorio, de lo que estoy más orgulloso fueron las canciones que hice con Café Tacvba. Eran 7 letras a las que ellos les pondrían música. Pero sólo sobrevivieron dos, porque mi pasión rockera no era compartida con el resto de la producción.

En el Vive Latino, estuviste entre el público cuando Xavier Velasco…

Estuve en el concierto de Xavier, sí.

¿Concierto?

Eso era, un concierto. Xavier tiene una virtud, se ha convertido en un personaje muy performático. Él no lee, no necesita papeles. Tiene todo un show montado. Me fascinó lo que hizo con Paco Huidobro. Era un concierto en regla, cantaron, chiflaron y Xavier hasta hizo hip hop.

Ya jugaste con los Pumas y te pusiste a mano con el futbol, ¿lo que hiciste con Diego Herrera y compañía te sacó la espinita por no ser músico y tener una banda?

Claro, ese día yo era un niño, me sentía lo máximo. Era mi oportunidad de estar con músicos de primera línea.

Decir que quien escribe de rock es frustrado suena feo, ¿pero quizá podemos decir que escribir de rock se debe a que nos quedamos en el camino?

Algo hay de eso, porque la escritura es una compensación. La mayoría de lo que escribimos tienen que ver con una pérdida o un imposible en nuestras vidas. Los amores no realizados llevaron a que otros escribieran maravillosos poemas de amor o magníficas canciones de despecho. Lo que no se cumple requiere de un alivio mental o emocional que muchas veces te ofrece la literatura. Si esas chicas que los poetas cortejaron les hubieran hecho caso, no tendríamos tan maravillosa poesía amorosa. La vida es maravillosa, sí, pero no basta. El mundo es imperfecto.

Y esta noche, es el concierto de Juan Villoro.

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Jafet Gallardo DIGITAL EDITOR Me gusta capturar historias en video y escribir mis aventuras de viaje. El conejito se volvió mi mejor amigo.
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