Emily Ratajkowski; la pintora que se convirtió en musa
Su sensualidad nos impactó en el video ‘Blurred Lines’ de Robin Thicke. La facilidad con que Emily Ratajkowski se presenta al natural nos enamoró y esa habilidad no es coincidencia. Durante su juventud visitó múltiples playas nudistas, lugares que le enseñaron que el cuerpo no puede ser sujeto a la vergüenza.
Su participación en el controversial video la convirtió en una de las modelos más codiciadas. Protagonizó desnudos en múltiples revistas, caminó por las pasarelas más importantes y dio inicio a su carrera actoral.
Continuó enamorándonos al compartir pantalla con Zac Efron, Ben Affleck y Amy Schumer. No tardó mucho para que su belleza fuera reconocida como una de las mujeres más hermosas del mundo.
La maldición de ser hermosa
En numerosas ocasiones ha criticado a la doble moral, que por un lado la celebra como una musa, mientras que al mismo tiempo la juzga y la encasilla como una figura sexual. Parecería que al optar por celebrar el desnudo únicamente puede ser “la mujer más sexy del mundo”.
No obstante, Emily Ratajkowski va más allá de un nombramiento. Tiene un talento mucho más grande que posar para las cámaras y lo demuestra con su amor al arte, pasión que heredó de su padre, John David Ratajkowski, artista y profesor.
Esta influencia la llevó a estudiar artes en UCLA, pero después de un año desistió de terminar la carrera. Razón por la cual abandonó la universidad para perseguir su sueño de convertirse en modelo.
Esta decisión le cambió la vida, pero no su interés por lo sublime no se modificó. Prueba de ello es su loft de Los Ángeles, que resguarda una colección de arte única, que incluyen obras de Katherine Bernhardt, Jonas Wood, Henry Taylor y por su puesto de su padre.
La belleza de Emily Ratajkowski en ocasiones oculta su talento, que va desde la actuación hasta el conocimiento del arte.
