El gran problema con los maratones de series

Estoy volviendo a ver Breaking Bad después de que por fin convencí a mí novia que tenía que ver la premiada obra de Vince Gilligan. Yo llegué tarde a la serie, todas las temporadas ya estaban disponibles en Netflix y las vi por primera vez en un maratón que duró menos de una semana.

Ahora que regresé al mundo de Walter y Jesse me pasó algo extraño. Recuerdo con claridad el final de la serie, pero mi memoria borró por completo detalles sumamente importantes y el camino que los personajes tomaron.

Esta falta de comprensión de mi parte no es nueva, siempre me pasa cuando se estrena una nueva temporada: veo en pocos días una serie, pero cuando se estrenan la continuación no recuerdo nada y paso los primeros capítulos preguntándome quiénes son esos personajes que vi por 10 horas un año antes.

Esta amnesia tiene dos razones: tengo una memoria pésima que no puede recordar una serie o esos maratones afectan mi capacidad de comprensión.

El reinado de los maratones

Esta forma de consumir la televisión es relativamente nueva, 20 años atrás muy pocas personas tenían la capacidad de ver una serie completa en unas cuantas horas o días. La mayoría las veía semanalmente y frente al televisor, cuestión que provocaba lo que S. Matrix califica de efectos culturales de unificación, o esas pláticas matutinas que hacen de un programa una experiencia comunitaria.

Claramente esta forma de ver televisión no ha muerto. La última temporada de Game of Thrones creó todo un fenómeno cultural, cada semana abría la discusión y análisis del más mínimo detalle de la serie. La cuestionable calidad del final jugó en contra del programa, pero sin duda se trató de un evento que por más de un mes unió a millones de personas.

No obstante, este fenómeno comenzó a escasear desde que Netflix brindó acceso inmediato a diversas series y al estrenar al mismo tiempo todos los capítulos de una temporada. Claramente es mucho más satisfactorio tener una respuesta inmediata a las preguntas que antes tomarían una. Así, los maratones el usuario toma el control del tiempo y la llegada del final únicamente depende de su fuerza de voluntad.

Estudiando los maratones

Dejando a un lado los problemas de salud que puede implicar estar por más de 10 horas en una posición. Ver una serie en maratón puede afectar directamente la experiencia y la capacidad de recordarla.

Esto fue demostrado en un estudio de la Universidad de Melbourne, que estudió la forma en que los maratones afectan a la memoria. Los participantes vieron la serie The Game, en tres grupos: uno que vio un capítulo semanalmente, otro que lo vio diariamente y un último que vio el programa en maratón. A todos se les dio un cuestionario después de terminar la temporada, mismo que repitieron 140 días después.

Los resultados respecto a la memoria son claros: las personas que realizaron un maratón tuvieron mejores resultados en las pruebas que se realizaron 24 horas después de ver la serie, pero fueron muy inferiores a sus contrapartes 140 días después. Según los autores, este aspecto es constante con los estudios que indican que una “distribución” de una práctica es contraproducente para la memoria a corto plazo, pero es mucho más favorable con respecto a tiempos más largos. Por si fuera poco, los que participaron en el mataron dijeron que disfrutaron menos la serie con respecto a los que la vieron diariamente o semanalmente.

¿El fin justifica los medios?

El estudio tiene sentido si reflexionamos en la forma en que consumimos una serie cuando la vemos en maratón. Al ver la televisión en serie estamos buscando llegar a una meta, a ese final que resuelva todas nuestras dudas; cuando el desenlace está en nuestras mentes los detalles de la narrativa se pierden si no tienen una clara relación con la esperada conclusión, por lo que olvidamos los nombres, escenas e incluso personajes.

En lugar de  disfrutar el programa parece que estamos ante una tarea más por conocer el ansiado final. Una meta para gritar al mundo que vimos la serie y salvarnos de esos temidos spoilers que tanto pueden arruinar nuestra experiencia.

Paradójicamente, mi empeño por ver a una de las mejores series de la historia no vi todos esos detalles que hacen de Breaking Bad un gran programa. Es tiempo de bajar la velocidad, disfrutar cada momento y restarle la importancia a los spoilers, en pocas palabras ver a las series como una experiencia integral y dejar de verlas como una carrera.