Daniel Sosa: el fin de la infancia, el bullyng y la contingencia ambiental

Ya no es lo mismo se llama el más reciente especial de comedia de Daniel Sosa, subido a YouTube en mayo.
Definitivamente, las cosas cambiaron para él y para quienes le den play a 57 minutos y 6 segundos de agudas observaciones a lo que significaba ser niño en el pasado y lo que es hoy. Los juegos, la escuela y claro, el bullyng.
De entrada, dice Daniel en los primeros minutos, “cuando empecé, a los 18 años, era yo el niño del stand up. Ahora tengo 26 y soy el niño gordo del stand up”.
Existe una razón por la que el especial se grabó en Puebla, explica, “porque fue el primer lugar fuera de la ciudad al que me invitaron a hacer stand up, cuando te pagan unas chelas y te pagaban 1,000 pesos de viáticos. No sabes, yo me sentía que estaba de gira. Así que regresar a Puebla muchos años después, con dos teatros llenos, sentí muy bonito”.
De la contingencia a la contingencia
No es lo mismo, definitivamente. En su rutina, Daniel recuerda los días en que se cancelaba su clase de educación física por culpa de una “contingencia ambiental”. En 2020, la entrevista tiene lugar gracias a una videoconferencia porque un virus aterroriza a la humanidad desde que un chino –rumor como sacado de un chiste– se comió una sopa de murciélago y atravesamos, en consecuencia, una contingencia sanitaria.
Los comediantes, igual que los escritores de novelas, también tienen obsesiones.
La de Daniel parece que es la infancia. En cada uno de sus especiales, Sosafado y Maleducado, tarde o temprano termina regresando a la época que a Picasso le animó a decir “Cada niño es un artista. El problema es cómo seguir siendo artista una vez que crezca”.
Por eso Ya no es lo mismo es para él una vuelta a la página.
“Durante muchos años escribí comedia mirando el mundo a través de los ojos de Danielito, quizá esconda un poco de frustración”, reconoce. “Son cosas que en su momento no pude decir, pero que ahora sí, porque se terminó. La historia del mí haciendo una observación cómica desde el pasado, ya fue. Lo que sigue será algo actual. Diré: hoy salí a la calle me pasó esto. Dejaré atrás el anhelo de una vida pasada”.
Se acabó la guasa
Hasta el momento de redactar estas líneas, el especial sumaba más de un millón de visualizaciones, con más de 51,000 deditos arriba. Mucho más de lo que aquel antiguo niño del stand up hubiera soñado tener.
Sin embargo, en ocasiones Daniel Sosa extraña ciertas cosas de su época de novato en la comedia.
Principalmente, la falta de responsabilidad, “porque no había un nombre qué llenar, podría hacer los chistes más sexuales, más tontos o más Godínez, sin importarme nada. Ya no puedo subir al escenario a echar la guasa, ahora tengo que escribir cada línea hasta 8,000 veces, hasta que se acabe la tinta, porque es mi trabajo”.