Dentro de una cabaña, en medio de paredes tapizadas de papel picado y luces de colores, Los Pericos ofrecieron un concierto virtual para México.
Estuve esperando este momento toda la semana. Me encontraba ansiosa porque era mi primer concierto virtual. El reloj marcó las 8:00 de la noche y el evento comenzó. Apareció Juanchi Baleirón caminando con Guillermo Bonetto -integrantes de Los Pericos-, mientras charlaban acerca de que: “Quedarte en casa suena bien”.
Un árbol del cual pendían luces amarillas, iluminaba a cada uno de los miembros de la banda Los Pericos. Comenzaron con la canción “Mi resistencia”, seguido de “Waitin’”, “Amandla”, “Mi flor”, “Cerca de mí” y “Voy caminando lento”; todas con una tonada suave con su ritmo característico de reggae.
Cambio de escenario
Enseguida comenzó el primer intermedio del concierto, en el que Los Pericos nos compartieron un “siempre que haya tiempo, familia, amigos y buena onda, la pasarán bien”. La cabaña fue uno de los escenarios que utilizaron para llevar a cabo este “Asado con amigos”, y así mostrarnos un poco acerca de su cultura argentina, en donde su vino favorito, Malbecaster, no podía faltar.
En todo momento nos hicieron sentir parte del concierto. Nos llamaban –al público– para que los acompañáramos. El hecho de que hablaran con nosotros, aunque fuese a través de un live, fue lo más cercano que teníamos al contacto humano.
Pasados cinco minutos, Los Pericos aparecieron de nuevo en distinta locación y con atuendos diferentes, dejando ver su lado urbano, en donde su juego de sombras y luces violetas hacían el dúo perfecto, al ritmo de las canciones más vibrantes y una tonada más rápida, que nos hacían sentir como si estuviésemos ahí, tornando imposible no emocionarse.
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La vibra que transmitieron al tocar “Pupilas lejanas”, uno de sus más grandes éxitos que cuenta con más de 30 millones de reproducciones en YouTube, fue inigualable. El tono de voz de Juanchi ayudó a crear una vibra relajada. Dentro de su repertorio interpretaron “Satélite de vos”, “Largo viaje” y “Boulevard”.
“Armamos todo un bebereque”, fue lo que dijo Ariel Raiman, cuando inició el tercer receso. Compartieron su manera de hacer carne asada y reiteraron que no puede faltar un buen vino. Los Pericos se mostraron transparentes ante nosotros, dejaron ver que su música nace de sus charlas y vivencias a la luz de la luna.
Sentados en un tronco, alrededor de una fogata, en la oscuridad, comenzaron el penúltimo bloque de canciones.
Una argentina mexa llamada Spalla
Prometieron repetir la experiencia
En medio de un ambiente más íntimo, tocaron su más grande éxito “Runaway”, “La mirada” y “Big Yuyo”.
El juego de cámaras fue un gran aliado. Gracias a ellas se pudo apreciar a cada uno de los integrantes, su manera tan sutil de tocar los instrumentos y, sobre todo, se notaba que disfrutaban el momento de la transmisión para México.
Dentro de una cabaña, en medio de paredes tapizadas de papel picado y luces de colores, Los Pericos ofrecieron un concierto virtual para México. Interpretaron las cinco últimas canciones de su concierto: “Nada te importó”, “Anónimos”, “Salmo a Bob Marley”, “Complicado y aturdido” y “Casi nunca lo ves”.
“Asado con amigos” fue el motivo para reunirse como grupo; pero no sólo eso, sino convivir sincrónicamente con nosotros como una manera de abrirnos su corazón.
Fuegos artificiales y una cena espectacular, con un total de 20 canciones y cuatro escenarios diferentes, Los Pericos cerraron su presentación prometiendo volver a hacerlo muy pronto.