Así se vive Visions of Magic de Harry Potter
Desde el primer momento en que se atraviesan las puertas de Harry Potter: Visions of Magic, los sentidos entran en juego. El aire parece distinto, más denso, como si el ambiente supiera que estás a punto de cruzar a un plano paralelo. No estás en Hogwarts, pero la emoción que se respira es similar.
En esta exposición inmersiva —que ha pasado por ciudades como Singapur y se espera pronto en más partes del mundo—, cada detalle está diseñado para que el visitante no solo observe, sino que interactúe con el universo mágico. Te entregan una varita, y con ella, comienzas un recorrido en el que la magia literalmente se activa con tus movimientos.
Un recorrido visual, sensorial y emocional
Al cruzar el vestíbulo, un breve tutorial te enseña a usar la varita interactiva. Luego, ¡listo! Montas el Knight Bus, con bunk beds vibrantes que recrean su movimiento, un arranque perfecto para tu travesía mágica.
La siguiente parada es el misterioso Grimmauld Place: apuntas con la varita al Tapiz de los Black, revelas secretos familiares, prendes chimeneas ocultas. Tras eso, un pasillo ministerial proyecta las sedes de Londres, Nueva York y París. Al marcar un número en un teléfono mágico, accedes al resto del recorrido.
Pero no es hasta llegar al Salón de las Profecías cuando la experiencia alcanza un nuevo nivel. Decenas de esferas flotan suspendidas, cada una con una luz interior que se intensifica cuando el visitante interactúa con ella. Apuntar con la varita y ver cómo la esfera responde genera una sensación de poder, como si de verdad hubieras aprendido un hechizo. Aquí, decenas de orbes flotantes reaccionan a tu varita: un silencio expectante cobra voz con fragmentos de diálogo de la saga. Es un momento de pura emoción suspensiva y que nos remite a cuando Harry Potter encuentra su profecía.
El Hall de las Profecías y los ecos del Ministerio
Tras familiarizarte con la varita y cruzar escenarios iniciales como el Knight Bus y Grimmauld Place, el ambiente se vuelve solemne. El Hall de las Profecías te recibe con esferas suspendidas en penumbra. Al apuntar con la varita, las luces internas de cada orbe despiertan, revelando fragmentos de voces y visiones. Es un espacio que no requiere palabras: el silencio y los reflejos lo dicen todo. En esta sala un silencio expectante cobra voz con fragmentos de diálogo de la saga. Es un momento de pura emoción suspensiva.
Al salir, un pasillo monumental te transporta al Ministerio de Magia. No es un solo ministerio: las paredes proyectan imágenes de los gobiernos mágicos de Londres, Nueva York y París, envolviéndote en arquitectura visual y sonidos ambientales. Es un momento de transición narrativa: de lo profético pasamos a lo político, del misterio privado al orden institucional. Aquí puedes marcar un número en un teléfono mágico de estilo antiguo, que funciona como acceso simbólico al siguiente capítulo del recorrido.
Newt’s Menagerie: el respiro encantador del viaje
El rigor ministerial se disuelve cuando entras al santuario de criaturas de Newt Scamander. La sala es clara, brillante, casi infantil en su calidez. Las criaturas no solo aparecen, se manifiestan: Nifflers juguetean con montones de oro, Bowtruckles se asoman entre ramas fluorescentes, criaturas escurridizas parecen seguirte.
Este espacio representa una pausa emocional que nos recuerda lo antecedentes de Harry Potter. No hay que defenderse ni interpretar señales ocultas. Solo mirar, asombrarse y dejar que el instinto mágico recupere su pureza. Es el lado amable del universo mágico, y justo cuando te has relajado, el recorrido se curva nuevamente.
Knockturn Alley: sombras que seducen
Del mundo de los magizoologistas pasamos a la penumbra peligrosa del Callejón Knockturn. Es un giro abrupto pero efectivo. Las vitrinas están cubiertas de polvo, los carteles de “Se busca” parecen seguirte con la mirada, y los sonidos del ambiente son susurros que apenas se dejan oír.
Aquí, tu varita ya no produce encantamientos evidentes, sino reacciones sutiles: un reflejo en un escaparate, una vela que tiembla, una voz que se corta. Es una experiencia sensorial más sugerida que explícita, que se disfruta en el detalle. Representa el otro extremo del mundo mágico: el que existe, aunque nadie quiera hablar de él.
Room of Requirement: lo que necesitas (aunque no lo sepas)
Cuando crees haberlo visto todo, te recibe el Cuarto de los Menesteres. El pasillo de entrada refleja tu silueta como si el espacio te observara. Adentro, el caos visual de objetos acumulados contrasta con la precisión emocional de la experiencia: cada gesto con la varita revela elementos icónicos que conectan directamente con el fan.
Ver la Diadema de Ravenclaw o el Sombrero Seleccionador aparecer ante ti no es solo una referencia visual: es una emoción concreta.
Antes de pasar a las siguiente sala, te espera el Espejo de Oesed. Sin aviso, sin guía, te refleja… pero no del todo. Su imagen pesa. Y en silencio, te lanza la misma pregunta que a Harry Potter: ¿Qué es lo que más deseas?
El Pensieve: el eco de todos los recuerdos
Al continuar con el recorrido subes de nuevo y el tono cambia por completo. El Pensadero es una instalación flotante que proyecta memorias como constelaciones. Hogwarts, Dumbledore, Harry, Voldemort, todos aparecen en ráfagas visuales que giran a tu alrededor. Aquí no apuntas, solo observas.
Es un final que no necesita palabras ni acción. Es un acto de contemplación. No te despide con una explosión de efectos, sino con una pausa para recordar por qué la magia te conmovía en primer lugar.
La salida: recuerdos físicos y dulzura mágica
Al final, la magia se embotella: la tienda oficial te espera con varitas, túnicas, ilustraciones y más. Y por supuesto, una Butterbeer espumosa y dulce sirve como brindis simbólico de despedida.
Aunque la experiencia no es perfecta —ciertas salas podrían ser más extensas—, Visions of Magic logra lo más importante: hacerte sentir dentro de un mundo que amas, sin recurrir a la nostalgia vacía. Sales con la sensación de haber sido parte de algo… como si la magia, por un momento, sí hubiera sido real.
¿Vale la pena visitar Visions of Magic de Harry Potter?
Si eres fan de Harry Potter, esta experiencia es un regalo. No es una recreación literal de las películas, sino una interpretación artística del universo mágico. Aquí no hay actores ni escenas tradicionales, pero sí una propuesta inmersiva que combina arte, tecnología y emoción.
También es apta para quienes no son fans acérrimos, pero disfrutan de experiencias visuales diferentes. La duración del recorrido varía de 45 minutos a más de dos horas, dependiendo de tu ritmo y cuántas veces repites los hechizos, así como fotos y videos.
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La experiencia Harry Potter: Visions of Magic se puede visitar en la Gran Carpa Santa Fe, en la Ciudad de México, hasta el 30 de agosto de 2025, con horarios de jueves a domingo, de 11:00 a 21:00 horas (pueden variar según el día).
Aunque el recorrido incluye espacios memorables como el Knight Bus, Grimmauld Place, el Hall de las Profecías, el Ministerio de Magia, Newt’s Menagerie, Knockturn Alley, el Room of Requirement y el Pensieve, no cuenta con algunas salas exclusivas que han estado en otras sedes como Singapur, tales como la Cámara de los Secretos y la Trampa de la Piedra Filosofal. Aun así, la versión mexicana mantiene su esencia inmersiva y emocional, ofreciendo una travesía mágica que vale la pena vivir para cualquier fan del mundo creado por J.K. Rowling.
