Antonio Sánchez hace volar a Birdman en vivo
Antonio Sánchez lo volvió a hacer, fue y triunfó en Estados Unidos y ayer por la noche nos conquistó a nosotros también.
Siempre hay una película que nos provoca volver a verla, nos produce cierta satisfacción saber qué pasará con los personajes que la primera vez no sabíamos el papel que jugarían; ponemos más atención a ciertas escenas que otras y revivimos emociones de aquel primer contacto. Pues bien, disfrutar de Birdman en el Auditorio Nacional se sintió como la primera vez, ¿qué fue diferente? La voz que le dio Antonio Sánchez en vivo.
Fotografía de Fernando Aceves
La gran noche llegó para este mexicano, la emoción podía notarse en su voz cuando dio un breve discurso antes de empezar a tocar, y con esto fue inevitable no adentrarse más en Birdman, pues entre la clara excitación de este artista, combinada con la del público impaciente, hizo que su historia resultara aún más entrañable. Se trata de cómo llegó a trabajar en esta cinta, memorable.
“Que no suene tan afinada”
Casualidad o destino, llevaron a Antonio y a Alejandro González Iñárritu a conocerse luego de una presentación que el baterista tuvo unos años atrás en Los Ángeles. Ahí nació la chispa que en 2013 los volvería a unir bajo el propósito de crear una cinta que se quedará en la memoria de todos, que nos transportará a la visión de Iñárritu y que innovará la forma de hacer una gran banda sonora.
Era casi imposible no reírse con él cuando mencionó algunas de las dificultades a la hora de hacer la película, cosas como que Alejandro le dijo que no quería que su batería sonara tan afinada o que esperaba más improvisación de su parte. Y fue inevitable para muchos sentirse orgullosos por el éxito que había tenido este mexicano en un país que no es el suyo, sobre todo, cuando el mismo Antonio hacía énfasis en el orgullo que sentía de haber nacido aquí.
Todo eso elevó los ánimos entre los asistentes y admito que fue difícil contener los gritos cuando el artista pidió tomarse una selfie con su público. Con esto, el espectáculo dio inicio.
Sobra decir que a cuatro años del rotundo éxito de esta película, el Auditorio Nacional río, se exaltó y la disfrutó como si fuera la primera vez, sólo que todo fue diferente. Desde los primeros golpes a la batería que eran dictados por las letras iniciales de los créditos, hasta las escenas jazzeadas de toda la cinta, tenían un sabor diferente, y claro que fuimos advertidos, el mismo Antonio confesó que una de sus más grandes satisfacciones de esos shows era que siempre hacía algo diferente porque, por si no lo sabían, gran parte de esta increíble banda sonora nace de la improvisación de este mexicano.
La música envolvente junto con una buena película siempre son buena combinación. Así transcurrió la noche. Deleitarnos con el ritmo de Antonio en vivo y la impecable dirección de Iñárritu nos reafirmaron el porqué del éxito de esta película. Pero sin duda, lo mejor, como todo, vino al final… y no me refiero al final del largometraje.
Fotografía de Fernando Aceves
Créditos que satisfacen
¿Alguna vez has sentido esa satisfacción que te deja una buena película cuando termina y comienzan los créditos? Pues bien, Antonio hizo un poco más largo ese momento de felicidad cuando decidió dejarse llevar e improvisó durante un justo y necesario rato después de que la proyección terminó.
Como un acto de hipnosis, el baterista nos mantuvo sin aliento y pegados a las butacas durante su solo. Por todo el recinto eran soltados gritos de emoción cuando el mexicano aceleraba el ritmo de su batería o abría un silencio que más de final, era de suspenso, y es que la pasión con la que tocaba era algo peligrosamente contagioso.
En el momento fue difícil superar el final de la improvisación de Antonio Sánchez, y es que es fácil hacerse adicto a su ritmo, el público estalló y de pie fue aplaudido su trabajo.
La proyección de Birdman en el Auditorio Nacional no se sintió como la primera vez, fue mucho mejor.
Fue un Playboy Jazz Festival
Un día antes del show, Antonio Sánchez dijo en conferencia de prensa que una de las razones por las que su trabajo en la cinta gozó de tanto reconocimiento fue debido a que siempre se interesó por la improvisación.
“Me acuerdo que cuando era niño fui con mis abuelos al Playboy Jazz Festival y ahí vi a Buddy Rich, y cuando veo a este viejito tocando la batería de esa manera para mí fue: ¡wow!, increíble”.
Por Jennifer Garl
